CON PERMISO

Operación en el aire y rezando hacia Bruselas

Sánchez sigue erre que erre con su deseo de hacer uso y abuso de los fondos europeos para menesteres propios. De ahí, aprobar un fondo de 10.000 millones para rescatar empresas, con el ojo puesto en Iberia y en salvar la compra de Air Europa, y si coloca consejeros... ¡la bomba!

La relación causa-efecto entre el estallido de la crisis del coronavirus y el impacto en las cuentas y en el devenir de las empresas -grandes y pymes- no va a tener parangón con ninguna otra anteriormente vivida. Y si hablamos del sector de las ... aerolíneas, nos vamos a quedar casi mudos con las consecuencias. Porque el dramático impacto económico que sufre hoy la aviación en el mundo ya supera con creces tanto al que les afectó en el escenario posterior a los atentados del 11-S en Estados Unidos como al de la crisis financiera de 2008. Tras los atentados contra las Torres Gemelas se produjeron varias quiebras al otro lado del Atlántico (US Airways, Avianca...), derivadas de la restricción del espacio aéreo en el país norteamericano y por la propagación de cierto pánico a volver a viajar. Mientras, en la crisis económica que arrancó en 2008, las compañías aéreas también se vieron fuertemente golpeadas. Entonces, Alitalia, Japan Airlines o American Airlines se declararon en suspensión de pagos; y otras, como Sterling Airways, ALMA, Aladia, o la española Air Comet, desaparecieron directamente.

Hoy, el sector vuelve a sufrir como ninguno. Y en Europa está siendo especialmente duro, muy apegada al turismo y a los viajes de negocios. Con las fronteras cerradas y los ciudadanos recluidos a cal y canto, las empresas se han apresurado a hacer ajustes rápidos y algunas tiraron de ERTE . Además, la mayoría de los Estados se han visto prácticamente obligados a salir al rescate de sus antiguas aerolíneas de bandera... a excepción del nuestro. De momento. Y mientras el ministro de la cuestión, José Luis Ábalos , ha asegurado durante días que su Gobierno estaba ultimando un plan para relanzar al sector -se desplazó esta misma semana a Bruselas, con cita previa y a petición propia, para pedir consejo a la Comisión Europea sobre la fórmula para articular sus ayudas-, los rescates se han multiplicado en el Viejo Continente. Alemania ha inyectado 9.000 millones en Lufthansa; Italia, 3.000 millones en Alitalia; Portugal lucha por sacar adelante una ayuda valorada en 1.200 millones para TAP; Finlandia ayuda con 700 millones a Finnair; el Gobierno noruego otorgaba 300 millones a Norwegian; y el grupo Air France-KLM obtuvo incluso dos líneas de crédito: una de Francia (7.000 millones) y otra de Países Bajos (3.400 millones). En conjunto, cerca de 20.000 millones en ayudas.

Y es que el coronavirus se ha inoculado en un sector que empieza a asumir que le tocará vivir una etapa en la que se volará menos y se pagará más. Los ingresos se augura que se podrían reducir en tres cuartas partes, unos 250.000 millones menos respecto a los previstos. El cielo, de repente, se ha encogido, y ya no hay sitio para todas las aerolíneas que coexisten a día de hoy. Operaciones y desapariciones a la vista. Algo que en España preocupa, pero parece que no se ocupa... lo suficiente. Aún no sabemos en qué consiste exactamente el plan de apoyo del Gobierno ni, sobre todo, ¡de dónde saldrá la pasta! Aunque el viaje de Ábalos a Bruselas esta semana alguna pista da.

De momento, las españolas han dispuesto de cerca de 1.400 millones de euros de las primeras líneas de crédito del ICO . Pero necesitan más. Están en riesgo 900.000 empleos, y han cifrado en 14.300 millones la caída de ingresos del sector en España . Piden, por ejemplo, la reducción de las tarifas, pero no sólo las aeroportuarias, también bonificaciones en las de pasajeros. Medidas adicionales que Sánchez intenta que se sufraguen con parte de los fondos del plan de respuesta a la crisis de la CE.

Para ello, y por aquello de presionar a nuestros socios -Ábalos se vino con el «no se utilizan fondos europeos para menesteres distintos relacionados con gasto sanitario»-, el Ejecutivo aprobó el viernes la creación de un Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas con 10.000 millones para reforzar la solvencia de empresas de relevancia por la seguridad, la salud de las personas, las infraestructuras o las comunicaciones. «Salud», dicen. Aviso a navegantes... europeos. Y si bien no se ha detallado cómo materializarán las ayudas, hablan de concesión de préstamos participativos (los que se remuneran con intereses y con parte de los beneficios). Veremos.

Pero, aún así... blanco y en botella. Porque me consta que el Gobierno ha fijado su prioridad en salvar (¿nacionalizar? si no, ¿por qué Sánchez quiere colocar consejeros en cuanto pueda en Iberia tal y como ha hecho el Estado alemán tras inyectar fondos en Lufthansa?) la operación por la que Iberia toma el control de Air Europa, paralizada prácticamente desde su anuncio el 4 de noviembre de 2019. Si bien el precio inicial que tenía previsto desembolsar, 1.000 millones, está en revisión... a la baja. Hoy, esa cifra cuesta... Ahora bien, en Iberia descartan recibir ayudas -y alejar el fantasma de la palabra «rescate»- que supongan la entrada de capital público en el holding hispano británico IAG, pero no rechaza otro tipo de respaldo financiero, como más créditos del ICO con una garantía del Estado del 90% en lugar del 70% actual, para acudir al mercado con más tranquilidad.

Además, el presidente de Iberia, Luis Gallego , insiste en que se mantiene la compra de Air Europa , pese a que sus Iberia y Vueling preparan despidos -muchos visualizan que el actual ERTE acabará en ERE sin piedad- y recortes de flota, ya que desde la matriz auguran que no será hasta 2023 cuando se recupere la actividad previa al Covid-19.

Aunque hay otra teoría. Porque si en realidad el problema de las aerolíneas se traslada a los bancos -los aviones son «leasing» de estos-, o el dinero viene vía UE o el nuevo fondo será una ilusión. De hecho, las entidades financieras han quedado fuera. Ahora bien, lo que no tiene sentido es que Alemania, por ejemplo, rescate a sus aerolíneas y Sánchez confíe en que le vayan a ayudar para que haga lo propio con filiales de una británica -sí, así están aún las cosas-, y que se beneficie el Brexit . Europa no traga.

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