El mapa de la economía sumergida en España: Madrid, la comunidad con menor nivel

Ante este escenario, desde el IEE abogan por tener en cuenta factores como el nivel de servicios al margen del circuito oficial a la hora de emprender una armonización fiscal en España. «Hay que empezar a plantearse que en los indicadores de presión fiscal no solamente hay que tener en cuenta la fiscal recaudatoria sino también la fiscal efectiva ajustada de economía sumergida», explica Gregorio Izquierdo, director general del IEE y director económico de la CEOE. «La paradoja es que Madrid es una de las regiones con menor economía sumergida de España, ya que cuando se tiene una normativa de tributación más normalizada con el entorno europeo y más orientada hacia la competitividad regional, los niveles de fraude son menores. Aquellas regiones con unas tributaciones excesivas desembocan en la práctica en desigualdad en cuanto que generan economía sumergida , que a su vez no deja de ser un factor de competencia desleal», interpreta Izquierdo. El director general de IEE va más allá y recuerda que Madrid es la comunidad que más aporta al sistema en conjunto. «La región de Madrid es la comunidad donde los contribuyentes pagan más impuestos en niveles absolutos. Decir que la región con menor economía sumergida y donde más impuestos pagan sus contribuyentes es la que menos cumple no parece muy cabal», argumenta.

En otro análisis de Funcas sobre este asunto también se pone de manifiesto que algunas provincias registran siempre niveles de actividades realizadas al margen del Fisco más elevados que el resto como Ávila, Albacete, Orense o Toledo; mientras que existe otro grupo con umbrales notablemente inferiores a la media tales como Madrid, Barcelona, Lérida, Tarragona, Zaragoza o La Rioja . Desde Funcas también coinciden en que «la economía sumergida distorsiona la competencia entre quienes cumplen las reglas y quienes no; al tiempo que reduce las bases imponibles y alimenta un fraude fiscal que daña la recaudación, la eficiencia y la equidad del sistema tributario». El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo y autor del trabajo de Funcas, Santiago Lago Peñas, apunta que existen « diferencias muy significativas entre territorios que tienen que ver con la estructura productiva o el tamaño empresarial medio» . «Los sectores en los que se mueve más dinero en efectivo ofrecen más oportunidades para la economía sumergida y el fraude. Por otro lado, las empresas medianas y grandes son más vigiladas que las pequeñas y las microempresas. En todo caso, nos falta mucho por saber», puntualiza Lago Peñas.

Por otro lado, el catedrático de la Universidad de Vigo niega que Madrid sea un paraíso fiscal, aunque recuerda que otras regiones, ante determinados métodos tributarios, reclaman la implantación de medidas de armonización fiscal en el conjunto del país. «El concepto de paraíso fiscal está bien delimitado y definido en la legislación internacional y Madrid no encaja de ninguna manera. Hay que ser rigurosos cuando se usan las palabras. Otra cosa es que la Comunidad de Madrid está utilizando las posibilidades legales existentes para atraer contribuyentes de altos patrimonios y rentas y eso perjudica a las comunidades que son abandonadas. Algo que, a los ojos de los perjudicados, demanda la aplicación de medidas de armonización», afirma.

Para el presidente del Consejo General de Colegios de Economistas, Valentí Pich, la idea de relacionar comunidades con el peso de la economía sumergida es «aventurada» y cree que esto tiene que ver más con el tipo de actividad o con el nivel de paro de cada zona . «Se debería hablar más de zonas industriales con un tipo de fraude ligado a operaciones más complejas y en zonas muy agrícolas y latifundistas habrá otro tipo de problemas. En lugares con cifras de desempleo muy elevado es normal que se produzca más un tipo de economía informal, que muchas veces es de subsistencia y que se diferencia de la sumergida por ser esta última una expresión más dura al referirse a una economía que voluntariamente y organizadamente se hace fuera del circuito», opina Pich.

Para evitar este tipo de operaciones, el presidente de los economistas propone que se fomente el dinero digital. «Reducir los movimientos de dinero en metálico o en efectivo y apostar por el digital ayudaría a cargarse una parte muy importante de la economía sumergida o informal. Aunque al final, todos los países tienen un determinado nivel de fraude, aunque algunos más que otros», sentencia.

Para Izquierdo, director general del IEE, los gravámenes excesivos «pueden incitar a la economía sumergida en la práctica» y por lo tanto opina que la solución reside en una fiscalidad competitiva. «Algunas regiones suben los tipos marginales de la Renta o la tributación patrimonial y esto es un problema porque supone una competencia desleal entre empresas o contribuyentes, entre los que cumplen las normas y los que no lo hacen. No es muy razonable que existan diferentes niveles de economía sumergida entre regiones en España», concluye.