Lufthansa se viste con piel de tiburón
La aerolínea alemana aprueba la siguiente ampliación de capital de hasta 5.500 millones de euros

Alemania celebra elecciones en septiembre y el partido Los Verdes formará parte sí o sí del próximo gobierno. Seguramente esa es una de las razones por las que la aerolínea Lufthansa, rescatada por Merkel y que seguirá durante un tiempo dependiendo del dinero público, ... trata de ganar puntos con los ecologistas . Su flota de aviones será equipada a partir de 2022 con un revestimiento que imita la piel de tiburón, un revestimiento aplicado en parte del fuselaje y compuesto por nervaduras de unos 50 micrómetros, con lo que disminuye la resistencia, mejora la aerodinámica y ahorra combustible: 3.700 toneladas menos de queroseno y 11.700 toneladas menos de emisiones de CO2. Ha sido uno de los anuncios del presidente del grupo, Carster Spohr, durante la última junta de accionistas, fuegos de artificio para distraer la atención mediática de la siguiente ampliación de capital de hasta 5.500 millones de euros , destinada a poder ir reembolsando las ayudas públicas del rescate mientras la compañía desarrolla una estrategia más agresiva.
Ha aprobado la ampliación una mayoría del 97.79% de los accionistas, entre los que figura el Estado alemán con el 20% de las acciones desde la operación de salvamento. Alrededor de 3.200 accionistas estuvieron representados en la asamblea general online del grupo, el 40,8% del capital, a los que Spohr aseguró que la mayor parte de la ampliación de capital será utilizada para devolver el dinero del rescate. Pero las deudas de la aerolínea alemana no impedirán que se lance a inversiones de actualización. Lufthansa va a adquirir cinco aviones Airbus A350 y otros cinco Boeing B787 Dreamliner de largo recorrido, que contaminan un 30% menos y con los que espera tomar ventaja climática respecto a sus competidoras. Pese a que el primer trimestre perdió más de mil millones de euros, prima en la estrategia la necesidad de inversión verde. Spohr destaca que esas pérdidas suponen solamente el 51% menos que el año anterior y promete seguir reduciendo costes, además de marcar un alinea de futuro eminentemente verde.
Spohr enfatizó particularmente la importancia de la protección del clima para los negocios futuros. Hizo hincapié en «hacer todo lo posible para minimizar aún más los efectos de volar en el medio ambiente». «No porque tengamos que hacerlo. No porque otros lo quieran o exijan», insistió, sino porque es ya «parte de la identidad de la compañía». Un accionista preguntó directamente qué consecuencias tendría en el negocio una futura participación gubernamental de los Verdes y Spohr eligió una respuesta diplomática, dijo que independientemente de la composición del futuro gobierno federal, hay «conversaciones muy constructivas con todas las partes sobre nuestro papel para la economía alemana» , al tiempo que mostraba seguridad en el terreno que pisa afirmando que «no puedo imaginar que cualquier gobierno que quiera liderar Alemania con éxito corra el riesgo de poner en peligro esta prosperidad poniendo en peligro la industria de la aviación».
Spohr subió a la tarima con la música de fondo de la cantante estadounidense Cher, «You Haven't Seen the Last of Me», cuya letra jugó un papel clave en su presentación. En su discurso de bienvenida, el presidente de la junta de supervisión, Karl-Ludwig Kley, citó pasajes de su balada, en los que dice: «Puede que esté en el suelo, pero pronto volveré a levantarme», haciendo memoria de varios desequilibrios en la historia de la compañía hasta la inminente insolvencia debido a la crisis forzada por la pandemia, en la que perdió el acceso al mercado de capitales y no hubo alternativa a la entrada de la República Federal como accionista mayoritario el año pasado. Kley estableció un paralelo con el mensaje de la canción de Cher y predijo con seguridad: «Volveremos a ponernos de pie». Pero tuvo que reconocer que la recuperación marcha con mayor lentitud de la esperada ¡debido a las restricciones de viaje. Lufthansa solo espera una capacidad total de alrededor del 40% del nivel anterior al coronavirus para este año, a pesar de que cuenta con un aumento de reservas significativo debido a que los alemanes tienen hambre de viajar en verano.
La aerolínea quiere permanecer entre los cinco principales grupos de aerolíneas mundiales en el futuro , «no solo en términos de ventas, sino también en términos de sostenibilidad y calidad», y se prepara para cambios ya visibles en el mercado. Por ahora, según los cálculos de la dirección, los pasajeros están pagando un 26% más para comprar billetes de avión. Lejos de lo que anteriormente fue el reinado de los vuelos 'low cost', ahora los clientes están dispuestos a pagar un poco más a cambio de mejoras en la seguridad y garantías de cambio de billete y conexiones, una modificación de la demanda que favorece precios más altos. Spohr insistió además en que la entrada del gobierno federal en la aerolínea ha sido un buen negocio para Berlín hasta ahora. El gobierno alemán pagó en 2020 la cantidad de 2,56 euros por acción e invirtió 300 millones de euros en un paquete que ha ganado desde entonces mil millones de euros en valor.
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