Las llamadas de voz y los SMS ya no suponen ni la mitad de los ingresos de las telecos

« Se ha modificado el esquema de negocio tradicional transfiriendo parte de los ingresos provenientes de voz tradicional hacia la banda ancha, debido tanto a la mejora de los nuevos accesos de banda ancha fija y móvil, como a la aparición de servicios de mensajería instantánea y la voz IP», explican los investigadores de esta escuela de negocios en su informe «Análisis estratégico del sector de las telecomunicaciones 2016».

Al tiempo que los ingresos por telefonía han menguado, la facturación por conexiones a internet fijas y móviles y por las cuotas de abono a la televisión de pago ha ido creciendo año a año y ganando peso en las cuentas de resultados de estas compañías, y suponen ya el 48,4% del total.

La suscripción de líneas ADSL y de fibra óptica reportaron a las «telecos» en 2015, último ejercicio con datos anuales, 3.799 millones, y los contratos móviles 3G y 4G un total de 4.011 millones; en conjunto, 7.810 millones de euros, un 82% más, gracias fundamentalmente a la generalización de los «smartphone» y por tanto al consumo de datos móviles.

La última gran tendencia en la industria es el actual «boom» de la televisión de pago y los contenidos audiovisuales digitales . El número de abonados a plataformas de televisión de pago era en 2007 de 3,98 millones de hogares; hoy hay 5,62 millones de suscriptores, un 41,2% más. Los ingresos por esta vía, eso sí, crecen más despacio (+2,7%), debido en buena parte a la competencia existente. Hasta el punto de que, según fuentes del sector, los bajos precios y el elevado coste de los contenidos –derechos de retransmisión del fútbol y de emisión de series– está haciendo que algunas compañías vendan la televisión a pérdidas.

La televisión de pago se ha convertido en el elemento central de la estrategia de casi todos los teleoperadores. Como la penetración del fijo y del móvil ha alcanzado ya su máximo, las «telecos» han empaquetado todos sus servicios en una sola tarifa –fijo, móvil, internet y televisión– para tratar de fidelizar clientes y facturar más. Y lo que diferencia unos paquetes de otros son los contenidos de televisión.

«El incremento en la digitalización de la sociedad está dando lugar a cambios importantes en los hábitos de consumo en los hogares y, por tanto, en los servicios tecnológicos que contratan. Por un lado, una mayor conexión a internet, donde tres de cada cuatro hogares españoles ya tenían acceso a internet en 2015 y, por otro lado, la televisión de pago, como un servicio que está creciendo de forma vertiginosa», indica el mencionado estudio.

Prueba de ello es que, para hacer frente a esos cambios en la demanda, las «telecos» que operan en España han elevado desde 2012 su inversión en nuevas tecnologías de acceso (fibra y 4G) y contenidos (televisión, vídeo bajo demanda, contenidos) un 28%, de 4.056 a 5.608 millones de euros.

Esa estrategia comercial está funcionando: el 71,7% de los hogares del país cuenta con un paquete convergente de servicios. Más de la mitad de esos paquetes suscritos incluyen fijo, móvil y banda ancha, y casi una cuarta parte de los mismos, 3,6 millones de familias (23%), tienen la oferta total, con televisión de pago. Así, el gasto medio por hogar en servicios de telecomunicaciones se cifra en 63,5 euros IVA incluido, pero supera los 80 euros en el caso de las tarifas con los cinco servicios incluidos.

Baleares (277,3 euros), Madrid (273,91) y País Vasco (262,1 euros) son las autonomías en las que los consumidores más gastan al año en estos servicios, mientras que extremeños (172,19), murcianos (173,76) y castellano manchegos (194,29) los que menos.

Asturias posee la mayor tasa de penetración de la televisión de pago (19,1% de la población), por delante de Madrid (15,3%) y Baleares (13,9%), y donde menos extendida esta es en Murcia (8,5%), Andalucía y Extremadura (9,2%). En esa línea, Madrid (87,5%), Cataluña (82,3%) y País Vasco (82,2%) son los más conectados a la banda ancha, frente a Castilla y León (76,5%), Cantabria (77,3%) y Castilla-La Mancha (77,9%). Las diferencias económicas, explica el estudio, siguen ofreciendo ciertas resistencias a la convergencia.