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La lenta reacción del BCE a los precios desbocados

El organismo tantea el nivel de subida de los tipos para evitar el shock en las primas de riesgo

La presidenta del BCE, Christine Lagarde ABC
Rosalía Sánchez

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«Desde la última reunión del consejo de gobierno, es escenario más adverso que se planteaban, que consiste en un enquistamiento de la situación en Ucrania, ha ganado peso como escenario más probable, lo que supone un riesgo a la baja sobre las últimas previsiones de crecimiento publicadas, que deberán ser rebajadas al menos al 3%», advierte Carlos Lasure , gestor de Renta Fija de Ibercaja Gestión.

Si a esto se suma un IPC del 7,5% en marzo con tendencia ascendente, parece que al BCE no le queda otra que decidir cuándo abolirá las tasas de interés negativas, cuánta precaución es necesaria debido a la guerra de Ucrania y si necesitará instrumentos de política monetaria completamente nuevos.

Terminar con las políticas ultraexpansivas de la última década podría generar un shock en las primas de riesgo y en los bonos de países más endeudados, como es el caso de España , y por eso Christine Lagarde y su equipo está trabajando ya en una herramienta de crisis que permita protegerlas, según ha adelantado Bloomberg , un nuevo programa que permitiría la compra selectiva de determinados bonos para evitar el desastre en un contexto de retirada de liquidez y aumento de los tipos de interés, aunque no se hablará hoy de este mecanismo.

Las novedades se esperan en materia de final de los programas en activo y algunos analistas cuentan también con recibir pistas sobre las próximas subidas de tipos, como los de Ebury , que cuentan con que el BCE «anuncie el final de las compras netas a cero posiblemente en junio» y que «dé un giro de 180 grados en la reunión de abril y deje la puerta abierta a una subida de tipos en julio, incluso con la posibilidad de una primera subida en junio». Ebury considera que el actual tipo de interés del BCE es demasiado bajo en relación con el actual contexto inflacionista, «una opinión que parece compartir un parte cada vez mayor del Consejo».

Otros, como los de , no esperan «ninguna decisión concreta sobre los tipos de interés ni otro cambio de calendario del programa de compras de activos; seguimos esperando que termine en julio». «Sin embargo», añaden, «esperamos que la narrativa de la conferencia de prensa de esta semana muestre que una subida de tipos a principios del cuarto trimestre de 2022 es una opción real, en caso de que no disminuya como se espera este verano».

Pero si nos elevamos por encima de los analistas y pensamos en la población de la zona euro, sometida a unos niveles de inflación e incertidumbre como no recordaba antes, lo más urgente parece un mensaje por parte del BCE de lucha contra los precios desbocados.

Incertidumbre y volatilidad

«Ante unos niveles de inflación históricamente altos, se espera que el BCE anuncie claramente la vuelta a los fundamentos de su mandato: garantizar la estabilidad de los precios», dice Franck Dixmier , director de inversiones de Allianz Global Investors, que también confía en que «el BCE confirme su programa de compra de activos en el tercer trimestre y que retire su voluntad de subir los tipos a partir de entonces», aunque reconoce que «la evolución incierta de la invasión de las fuerzas rusas en Ucrania frena una actuación más franca y rápida». Al fin y al cabo, lo único que dice el mandato que tiene que respetar Lagarde es garantizar la inflación en niveles cercanos al 2%.

Esto es lo que ha venido a recordar el respetadísimo Otmar Issing , ex economista jefe del BCE y considerado uno de los padres del euro, que ha juzgado «lenta» y «equivocada» la respuesta del BCE, «tras haber hecho un diagnóstico erróneo» de los factores que están detrás de la subida de los precios. En una entrevista concedida a Financial Times , ha reprochado a Lagarde que el BCE haya «vivido en una fantasía» en la que el Consejo minimizó reiteradamente el peligro de que la inflación se desbocase. «El BCE ha contribuido de forma masiva a esta trampa en la que se encuentra ahora, pro que nos dirigimos hacia el riesgo de un entorno de estanflación», ha sentenciado.

«La inflación era un dragón dormido y ese dragón ha despertado ahora», ha dicho, y ha criticado que «el BCE se basó en su modelo de previsión para el diagnóstico, pero ese modelo no puede dar las señales correctas porque se basa en el pasado y en la experiencia cíclica, a la que escapan la pandemia y la guerra». Issing recomienda «un enfoque mucho más amplio para explicar la inflación en una época de cambios estructurales» y señala que «si se tiene un diagnóstico equivocado, por supuesto que se tiene una política equivocada».

Un buen número de consejeros piensa como Issing, según las actas de la última reunión, que confirman la mutación del BCE en un banco central más agresivo, alejado del diseño inicial de Lagarde , que llegaba a la presidencia a luchar contra el cambio climático, y se acercan a los modos de los «halcones» impulsados por el argumento de que su servicio de estudios detecta ya una proyección de inflación de referencia para 2024 por encima del objetivo simétrico del 2%.

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