Una legión de criptomonedas alternativas para alentar las finanzas descentralizadas
Ether, XRP, cardano, tron, tezos... son cientos las monedas basadas en el «blockchain» que, ajenas a cualquier regulación, buscan funcionar como sistema de pago digital en actividades muy específicas
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Iniciar sesiónLas criptomonedas viven un gran momento. Entre diciembre y enero, el bitcoin ha duplicado su valor tras subir desde los 15.800 hasta los 31.700 euros. Sin embargo, su espectacular rendimiento podría parecer rezagado en comparación con otras «criptos». Bitcoin sólo ... es la punta de lanza de un universo de monedas basadas en la tecnología de cadena de bloques, o «blockchain», que aspiran a cambiar para siempre el sistema mundial de pagos. ¿Su objetivo final? Deshacerse de los intermediarios financieros .
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Ether , la segunda criptomoneda más grande después del bitcoin, ha subido más del 112% en el último mes. En el mismo periodo, polkadot crece un 180%, cardano un 125%, litecoin un 84% y bitcoin cash un 81%. «Si bitcoin sube, las “altcoins” lo hacen mucho más. Y si bitcoin baja, el resto cae con mayor fuerza», dice Javier Pastor , analista de Bit2Me, una plataforma que permite la compraventa de criptomonedas. Esa volatilidad se debe a que la capitalización de mercado de las «criptomonedas alternativas» es mucho menor que la del bitcoin , por ello, se requiere menos entrada o salida de dinero para provocar cambios drásticos en su cotización, según explica.
Alternativas útiles
El término «criptomoneda alternativa», o «altcoin» , engloba todas las monedas digitales que no son bitcoin. Ether, XRP, cardano, litecoin, bitcoin cash, tron, chainlink o tezos son algunas de los cientos de monedas basadas en «blockchain» que existen por el momento. Su principal diferencia con el bitcoin reside en que tratan de tener un uso práctico para los usuarios , es decir, que sea posible realizar acciones de compraventa y no funcionen simplemente como una especie de valor refugio.
«Las “altcoin” tienen que tener una utilidad. No buscan ser sólo un instrumento de trading, sino que están asociadas a proyectos a los que se les quiere dotar de una moneda digital», comenta Ángel Luis Quesada , CEO de Onyze, una plataforma española de custodia de criptoactivos. Dentro de este mundo virtual, el bitcoin ha tomado un papel similar al oro al consolidarse como el activo refugio digital en el que protegerse de los vaivenes del mercado. Sin embargo, casi no ha logrado avances significativos en sus planes para convertirse en un método de pago habitual como las monedas tradicionales.
Es en esa área donde las criptomonedas secundarias encuentran una mayor oportunidad. Su objetivo es tener una mayor empleabilidad que el bitcoin y, para ello, intentan enfocarse en diferentes segmentos donde tener una moneda digital puede ser útil. «Por ejemplo, tron es una criptomoneda centrada en el mundo del entretenimiento», dice Álvaro Alcañiz , portavoz de la Asociación Española de Fintech (AEFI).
El gran objetivo que persigue es convertirse en la divisa de pago para la industria del entretenimiento digital . Así, los consumidores de videojuegos, casinos o conciertos online pagarían con trones en vez de dólares, euros, libras, rupias, pesos o florines. A su vez, los creadores de contenido recibirían su pago en esta moneda digital. Su gran ventaja es que las transferencias con trones están exentas de comisiones . De esa manera se eliminan los intermediarios para apoyar exclusivamente a los creadores de contenido. Sin embargo, sí que se paga una comisión cuando se adquieren trones, ya que sólo se pueden comprar con otras criptomonedas como bitcoin, por ejemplo.
La intención de eliminar intermediarios, como bancos o instituciones financieras, forma una parte central del mundo de las criptomonedas. Mediante plataformas «blockchain» de código abierto, los desarrolladores crean monedas descentralizadas que se intercambian de manera cifrada a través de redes «peer to peer» (de igual a igual) en un intento de crear una red segura. Gracias a esa herramienta, y al calor de la filosofía de terminar con los intermediarios, el futuro de la tecnología «blockchain» gira ahora alrededor de crear plataformas Defi , un acrónimo inglés para referirse a finanzas descentralizadas.
Sin intermediarios
Las finanzas descentralizadas (Defi) aspiran a eliminar el control de los bancos y gobiernos sobre las finanzas. Parte de su valor reside en ofrecer, gracias al mundo de las criptomonendas, servicios financieros que la banca tradicional no puede proporcionar . Para ello, utilizan el concepto de «tokenización» para fraccionar activos en partes alícuotas, como si fueran acciones de empresas.
«Digamos que tienes una casa de 100m². Una manera de “tokenizarla” sería dividirla en cien fracciones de 1m2 cada una. Cada porción sería un token», explica Pastor, de Bit2Me. En este caso, cada token es una representación digital de 1m² de la vivienda y podría ser intercambiado con otras personas. Como si fueran acciones, el dueño de cada token tendría un 1% de la vivienda y podría venderlo a otros usuarios sin necesidad de intermediarios. Si la casa estuviera alquilada, por ejemplo, cada pago mensual se dividiría en cien partes y se distribuiría entre los poseedores de los token.
A la «tokenización» se le puede dar muchos usos , como fraccionar digitalmente edificios, acciones de empresas o bonos del gobierno. Ethereum es la pata esencial sobre la que se asienta este sistema . «La red Ethereum tiene capacidad para ser ese ordenador universal en el que se pueden programar y construir todo tipo de aplicaciones», dice Javier Castro-Acuña , directivo de Bitnovo, una compañía de compraventa de criptomonedas.
«El mundo de las Defi se desarrolla dentro de Ethereum porque tiene un sistema con capacidad para “tokenizar”», explica Quesada, de la empresa Onyze. Para poder programar con esta plataforma es necesario contar con la criptomoneda propia de Ethereum, llamada ether y que cotiza bajo el símbolo (ETH). El precio del ether fluctúa , como hemos visto al inicio del reportaje. A mediados de enero un ether rondaba los 1.000 euros, mientras que en diciembre de 2020 estaba en torno a los 500 euros.
Debido a la gran volatilidad y la falta de regulación estatal alrededor de las criptomonedas, el presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza , hace un llamamiento a la cautela con este tipo de activos. «Es necesaria una regulación externa por parte de los bancos centrales, es un tema que genera poca confianza», comenta. Pedraza reconoce el enorme potencial que tiene la tecnología «blockchain» para el sector financiero, pero considera que los inversores deben actuar con extrema cautela. «El futuro de las finanzas va en esa línea, pero con regulación», concluye.
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