El quinto en discordia

Impacto económico de la guerra

Y aunque hoy el ruido es mucho y resulta muy difícil hacer conjeturas, el desenlace más probable continúa siendo el de una guerra relativamente corta, con sanciones económicas más o menos fuertes pero sin que se corte el suministro energético

El presidente de Rusia, Vladimir Putin AFP

Los distintos escenarios que se dibujan sobre cuál puede ser el impacto económico de la guerra depende básicamente de lo que pase con las exportaciones de gas y petróleo por parte de Rusia. La evolución del precio de la energía es la clave en los ... que respecta al crecimiento económico y la evolución de los precios. Resulta fácil imaginar un desenlace catastrófico. Rusia cerrando grifo durante un periodo prolongado llevaría a subidas fuertes y sostenidas de los precios energéticos que truncarían la recuperación económica y provocarían inflaciones altas. Una situación comparable con la crisis del petróleo de los años setenta. Ahora, quien más tiene que perder en ese escenario es la propia Rusia. La dependencia energética de parte de Europa es sabida pero al revés, la rusa de Europa, es mucho mayor. Casi el 80% de las exportaciones de gas ruso tienen como destino Europa. Cerrar el grifo no es una opción para una economía en la que el peso de la energía en el PIB es la mitad. Condenar a la pobreza a toda la población rusa con lo que eso puede suponer para la estabilidad del régimen es la línea que ni siquiera Putin debería atreverse a traspasar. Además supondría que el único aliado importante que tiene en el tablero internacional, China, le diera la espalda. Su economía es absolutamente dependiente de la evolución del precio de las materias primas. Y lógicamente su apoyo se circunscribe a evidenciar las carencias de occidente y no a que su economía sufra un fuerte menoscabo. De hecho si como se barajaba ayer, China eventualmente apoyara las sanciones económicas a Rusia, la película sería completamente distinta.

Y aunque hoy el ruido es mucho y resulta muy difícil hacer conjeturas, el desenlace más probable continúa siendo el de -por un camino o por otro- una guerra relativamente corta, con sanciones económicas más o menos fuertes pero sin que se corte el suministro energético.

El crecimiento económico se resentirá algo y los precios también tardarán algo más en reconducirse. Nada que cambie mucho el escenario central de recperación económica y normalización de los tipos de interés en el que estamos inmersos. Salvo que Putin decidiese condenar a su población a un castigo sin precedentes. Y aunque el ruso tiene una trayectoria insondable y contrastada de atreverse con todo, ese sería un paso que sin duda pondría en riesgo su propia estabilidad. El hambre es lo que siempre está detrás de las revoluciones.

Resultados

En las páginas de economía se habla de los resultados empresariales como algo lejano y que en cierta medida nos es ajeno. Nada más lejos de la realidad. Los resultados empresariales son la mejor medida de lo que está pasando con la economía. Es mucho mejor reflejo de la realidad económica que las muchas veces obtusas estadísticas nacionales. Llevado al extremo son pocos los que saben como se construye el PIB -de hecho hoy la discusión entre los técnicos sobre la idoneidad de la metodología está en un punto álgido- y cualquiera que tenga un negocio entiende una cuenta de pérdidas y ganancias.

Por eso, el hecho de que las cuentas de resultados de las grandes compañías que estamos conociendo estos días vayan viento en popa es la mejor de las noticias con respecto a como están las cosas. Son muchas las compañías que el año pasado hicieron año récord. Empresas de todo tipo. Despachos de abogados, promotoras inmobiliarias, consultoras, o estudios de arquitecturas. Evidentemente otras no. Aquellas que dependen del turismo lógicamente están lejos de esos números -faltan 50 millones de visitantes-.

Lo más sorprendente es la mala percepción que en general se tiene de la realidad económica. Salvo las excepciones antes mencionadas, la mayor parte de las empresas que representan una parte muy importante de la economia española están en máximos o muy cerca. Y no son la excepción,son la norma.

La percepción que tenemos de la realidad muchas veces está sesgada por distintos elementos que nublan nuestro juicio. A lo anterior hay que sumar la mala percepción que tenemos los españoles de nosotros mismos. En cualquier caso más allá de lo que puedan o no pensar, las cosas van a mejor y si nos atenemos a los presupuestos de las compañías para este año, deberían seguir mejorando.

Comportamiento de las Bolsas

El comportamiento de los mercados la semana pasada sorprendió. Para algunos resultaba difícil entender que con Putin echándose al monte los mercados terminaran sin grandes caídas. En el conjunto de la semana el saldo dependiendo de la referencia que utilicemos incluso ha sido positiva.

Detrás de este comportamiento hay probablemente una mezcla de distintas cosas aunque como siempre como el señor mercado no tiene teléfono no le podemos llamar para preguntarle qué es lo que está exactamente descontando. Por un lado está el hecho de que este posible desenlace lleva tiempo en las quinielas por lo que no nos coge por sorpresa. De hecho las coberturas abiertas eran enormes y se ha cumplido la máxima de vender con los clarines que anuncian la guerra y comprar con los cañonazos. En este caso los que han comprado han sido los que han cerrado sus coberturas.

Por otra parte y quizá sea más importante es la percepción que tiene el mercado de lo qué pueda durar la guerra y las consecuencias qué pueda tener. Visto lo visto resulta muy ingenuo tratar de anticipar nada. Ahora, el mercado parece apostar por un desenlace corto sin graves consecuencias económicas. Puede ser o no así. Como comentábamos arriba el impacto económico pasa por lo que suceda con el precio de las materias primas y Putin es quien tiene la mano en la llave del gas.

En las últimas horas se ha producido un vuelco en los acontecimientos que apunta a un desenlace distinto al que pudiéramos pensar el viernes. Una respuesta más coordinada por parte de Occidente de lo que se hubiera podido esperar y una mayor resistencia de Ucrania hacen que el desenlace pueda ser otro.

Es dificil saber cómo se va a tomar esa maquina de descontar el futuro que es el mercado todo lo que hemos conocido en las últimas horas y lo que sin duda todavía está por venir. A corto plazo la volatilidad está garantizada. Ahora a medio y largo una victoria de occidente con una respuesta que supone un paso adelante de proporciones históricas solo puede ser bueno.

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