BNP amaga

Ahora bien, la experiencia demuestra que las compras son la única forma de crecer fuera de tu país de origen. España y los bancos españoles son un buen ejemplo de eso. La banca española aprovechó la ola del anterior superciclo para crecer y meter el pie en aquellos mercados donde les dejaron. Y, 'sensu contrario', la banca extranjera que ha tratado de crecer en España de forma orgánica no ha llegado muy lejos. Hay muchos ejemplos de grandes jugadores que al tratar de entrar en España se han topado con un sector muy competitivo y en el que es muy difícil crecer con una marca extranjera. Esto, las cuentas de resultados con el viento de cola de la mano de la subida de los tipos y el atractivo de los precios a los que de momento todavía cotizan -además del aliento en el cogote del supervisor- es lo que empuja a mover ficha.

La idea del BCE probablemente sea que el universo de bancos europeos se reduzca a tres o cuatro grandes jugadores paneuropeos a los que hay que sumar dos o tres locales por país en función del tamaño del mercado. BNP, Intesa, Santander e ING son los nombres que deberían liderar este proceso y una vez que el francés ha dado el pistoletazo de salida el resto probablemente le sigan.

En el caso español los posibles candidatos a ser comprados son pocos. Sabadell es el más evidente una vez que al BBVA se le encogió el brazo no hace tanto. El resto están a otras cosas. Las antiguas cajas que han quedado fuera de la órbita de La Caixa tiene sentido que intenten juntarse para convertirse en ese tercer o cuarto jugador nacional y no hay mucho más donde rascar; en España tenemos los deberes hechos en ese frente. Así que esperar y ver, pero una vez que ha caído la primera ficha, las otras no tardarán.