José Manuel Campa, Secretario de Estado de Economía, un soplo de aire «liberal»
Aires nuevos para el Gobierno. Y en política económica. El recién estrenado número dos de la economía española, José Manuel Campa, respira liberalismo e independencia por todos sus poros. En boca de muchos de los que le conocen, sobre todo, en el mundo académico del ... que viene, es uno de los mejores economistas europeos de su generación con un enorme prestigio profesional en todo el mundo. Una persona que puede aportar un criterio sólido y fiable en la actual situación de recesión.
¿Lavado de cara?
¿Habrán dado en el clavo el tándem Zapatero-Salgado? ¿Habrá optado el Gobierno, por fin, por un técnico al frente de la economía del país admitiendo la gravedad de la situación actual? o ¿será un simple lavado de cara a la galería? De momento, el nombramiento ha sido muy bien recibido en el mundo empresarial y financiero. No estaba en las quinielas, pero aplauden su elección.
El ya nuevo secretario de Estado de Economía, nacido hace 45 años en Oviedo, es uno de los profesores más populares de la escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra, IESE, que ha destacado siempre por su afán «reformista» y por ser además «buena gente», según dijo su antecesor, David Vegara, también amigo personal. No está mal para los tiempos que corren. De hecho, sin pasado político alguno en su currículum, que, por el contrario, sí está repletito de numerosos premios y reconocimientos por su carrera investigadora, Campa avalaba hace escasamente unas semanas un documento en el que se proponía una reforma laboral para la reactivación de la economía española. ¿Tendría conocimiento de ello el presidente Zapatero?
Entre las propuestas de Campa dentro del citado documento está eliminar los contratos temporales y crear un nuevo contrato único, con despido más barato e indemnización creciente a medida que aumenta la antiguedad del trabajador. Lo que está claro es que el presidente del Gobierno y su vicepresidenta económica no han recurrido a una persona del partido. Ni tan siquiera a un afín a la órbita socialista.
Alguien cercano me comentaba: «Un muy buen técnico. Aportará ideas y soluciones válidas que podrían salvar a España de la actual sangría del paro y recesión. El problema es que, al no ser un político de nacimiento, escasea de la cintura necesaria para esquivar y driblar los mandamientos propios de toda una estructura gubernamental. Durará unos meses en el cargo. En cuanto vea que sus aportaciones no se tienen en cuenta por poder dañar votos al PSOE».
Su colega del IESE, Alfredo Pastor, quien también ocupó la secretaría de Estado de Economía de 1993 a 1995 ha declarado que «es un hombre con capacidad de sobra para hacer frente a una situación muy difícil» como la actual, y añade: «la ministra Salgado tiene mucha suerte de tenerlo en su equipo». Entonces, el resto de España, también. Esperemos que así sea.
Un número dos independiente
Su reto
Es de suponer que, para un economista de prestigio, no puede haber coyuntura económica que motive más que aquella en la que España se encuentra ahora: con 8.000 parados diarios en enero, febrero y marzo, nuestro país ha roto todos los récords de destrucción de empleo de la Unión Europea y es el país con más paro de los 30 que componen la OCDE. Urgen reformas y medidas de choque y ahí entran los conocimientos de un especialista como Campa, que deberá aplicar lo aprendido en los libros a un caso de hundimiento económico «de libro» como el español.
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