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Jonathan Tepper: «La UE ayuda a que los monopolios tengan tantos beneficios»

El economista estadounidense denuncia que apenas se detectan uno de cada cinco cárteles

Jonathan Tepper, economista ABC
Daniel Caballero

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Jonathan Tepper (Nueva York, 1976) no deja ver su ideología tras las líneas de «El mito del capitalismo: los monopolios y la muerte de la competencia» (Roca Editorial) ; el mercado y la libre competencia son sus máximas y no duda en rebatir al polémico Thomas Piketty en su diagnóstico de la desigualdad. Asume parte de sus tesis pero no la causa de los males de la actual sociedad. Este economista trata de ir a la raíz, al embrión de un capitalismo imperfecto, a su juicio, que solo podrá superarse a base de competencia, competencia, competencia.

¿Está en crisis el sistema capitalista?

El capitalismo funciona bien cuando hay competencia, pero la gente entiende el capitalismo como falta de competencia. Gran parte de mis quejas son contra un capitalismo falso y sin competencia en los mercados.

En su libro reniega del comunismo también. ¿Estamos en un sistema imperfecto?

Cualquier sistema va a ser imperfecto. Hay que mejorarlos todos. Creo que un sistema en el que no haya monopolios, ni de estado ni privados, es el mejor; que haya competencia y las mismas oportunidades para todos.

¿Cómo cree que están vistos socialmente los oligopolios?

Tristemente, muchos reguladores piensan que no son un problema. En Estados Unidos y la Unión Europea piensan que, en ocasiones, no hay problema con los oligopolios. Hemos visto mercados como el de la insulina en el que suben los precios todos los competidores el mismo día. Eso es coordinación y no debería permitirse.

Usted explica en su libro que a mayor tamaño empresarial mayores son los problemas de competencia, pero siempre se nos ha vendido que las compañías grandes son más eficientes y productivas. ¿Cómo se entienden ambas visiones?

No es equivocado decir que cuando las empresas crecen son más productivas. El problema es que pasado cierto tamaño es difícil ser más productivo. La productividad disminuye de una manera marginal. Es difícil tener eficiencias en compañías enormes y ahora vivimos en grandes mercados con 4-5 compañías. No hablo de acabar con las compañías grandes sino de no tener monopolios totales.

En su libro hace un paralelismo entre los oligopolios que se reparten mercados y la operativa de la mafia. ¿No es una exageración?

Sí, es exagerado, pero lo hice para que el lector entendiera lo que ocurre. Por ejemplo, en el pasado las mafias se repartieron Estados Unidos. Y esto sucede en las empresas que no quieren competir entre sí y, por tanto, no entran al mercado de otras compañías. Simplemente hay leyes que prohíben la competencia pero todos están contentos repartiéndose el mercado en monopolios locales.

Según una de sus tesis, hay compañías que se consideran amigas entre sí y ven al cliente como el enemigo. ¿A qué se refiere?

Es una frase que surgió en un juzgado cuando coordinaron el precio de la lisina. No inventé yo la frase. Cuando estaba escribiendo el libro tenía cientos de ejemplos parecidos. Los cárteles de coordinación son extensos. Solo detectamos uno de cada cinco cárteles.

Hemos visto las multas millonarias de Europa para penalizar estas actuaciones. ¿Es suficiente la lucha que hace la UE contra los monopolios y oligopolios?

Se está luchando pero, aunque las multas que se imponen parecen elevadas, son pequeñas en comparación a los beneficios de estas compañías, y no imponen cambios estructurales, ni rompen fusiones previas que dieron lugar a esas situaciones. Lo que hacen no cambia nada. Además, la UE, al permitir regulaciones fiscales como las de Irlanda y Holanda, ayudan mucho a que los monopolios tengan tantos beneficios.

¿Habría que limitar el poder que tienen ciertas empresas?

El problema europeo es igual que el americano. Ha habido fusiones y adquisiciones que no se deberían haber permitido. En EE.UU. no van a dar marcha atrás con esas fusiones, pero los europeos sí deberían hacerlo. En esas compañías que tengan una utilidad pública se les debería exigir un mínimo de transparencia y responsabilidad.

En este escenario, ¿llegaremos a ver otro Google, por ejemplo?

Es bastante difícil ver otro Google. A Google le favorece tener mucha gente buscando en su plataforma y poniendo anuncios y editando sus propios sitios web para poder estar en el propio Google. Es difícil, una vez creado este círculo virtuoso de tener buscadores y compañías dentro de la plataforma, que alguien pueda competir.

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