Ajuste de cuentas
Globalización Fría
¿Renunciaría Larry Fink a las ganancias de la economía de frontera que surgirá en un mundo de bloques?
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Iniciar sesiónQuizá el texto más sugestivo y revelador sobre nuestro tiempo publicado en los últimos días sea la carta a los accionistas del fondo de inversión Blackrock que ha escrito su presidente, Larry Fink , la semana pasada. En ella afirma que «la ... invasión rusa de Ucrania ha puesto fin a la globalización que hemos vivido durante las últimas tres décadas». Fink cuenta que su fondo nunca tuvo posiciones relevantes en Rusia, pero que la rapidez e intensidad de las sanciones comerciales adoptadas contra el Kremlin demuestran «cómo los mercados pueden proporcionar capital a quienes trabajan constructivamente dentro del sistema y qué tan rápido pueden negárselo a quien opera fuera de él».
Fink vaticina que la agresión rusa obligará a todo el mundo a reevaluar sus dependencias y revisar sus cadenas de suministro, lo que provocará más inflación. Este proceso ya se había iniciado con la pandemia. También cree que la guerra podría acelerar la implantación de monedas digitales y afectará de manera importante a la transición energética.
¿Estamos ante el fin de la globalización o sólo un freno a la misma? Hasta ahora creía que Trump , Putin , el Bréxit y en términos generales el populismo eran sólo obstáculos para la globalización, pero que esta seguiría adelante. En enero de 2016, a pocos días de que Trump tomase posesión de su cargo, Marty Baron , el director de 'The Washington Post', me decía en su despacho que no creía que «la globalización vaya a detenerse porque los estadounidenses hayamos elegido a Trump». Los hechos subsiguientes demostraron que sí fue capaz de frenarla y de disparar procesos de reversión.
Fink acierta en que el fenómeno que hemos conocido en los últimos 30 años se ha terminado. Lo que viene será distinto. Si el mundo acaba dividiéndose en una región de autoritarismos que sojuzgan a sus pueblos y no les rinden cuentas, en la que podría situarse la Rusia de Putin y la China de Xi, y unas democracias liberales como las de la UE y Norteamérica , el mundo de la Guerra Fría puede retornar casi como un calco de lo que había antes de la caída del Muro de Berlín. En esta Globalización Fría la posibilidad de sacar beneficio de una economía de frontera entre los dos bloques será extremadamente tentadora para naciones, empresas e individuos. La capacidad de disciplinar los mercados financieros, como subraya Fink, será clave y definirá los niveles de riesgo que será necesario asumir para moverse en las tonalidades grises que necesariamente surgirán en la zona de contacto entre ambos mundos y que en el pasado fue terreno de avetureros.
Como decía el presidente de Blackrock, su fondo ha tenido a lo largo de sus 34 años de vida una baja exposición a Rusia. La cuestión es si en el futuro será capaz de despreciar unas buenas ganancias si en esa zona de grises de la Globalización Fría comienzan a producirse rentabilidades importantes.
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