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¿Gobernanza Inteligente?

«Sin potentes capacidades administrativas, visión de largo plazo, y una actitud colaborativa entre administraciones, podemos perder una gran oportunidad»

JOAN E- RICART, PROFESOR DE IESE BUSINESS SCHOOL

En los últimos años, todas las ciudades españolas se han subido al tren de Ciudad Inteligente. Por supuesto; ¿qué ciudad iba a preferir no formar parte de esta denominación? De hecho, como este es un concepto de amplio espectro, cada ciudad ha avanzado en algún aspecto, y algunos han hecho bastantes cosas bien; pero, cabe decir que ninguna se ha transformado desarrollando lo que en «IESE Cities in Motion» hemos insistido en denominar una gobernanza inteligente de la ciudad.

Las recomendaciones que cierran nuestro reporte anual del Índice IESE Cities in Motion insisten en los distintos aspectos que caracterizan la adopción de una gobernanza inteligente en ciudades: (1) pensar estratégicamente, conscientes de las múltiples interacciones y compromisos necesarios en los diferentes ámbitos del gobierno urbano, (2) poner al ciudadano en el centro y escuchar a todos los intereses de la ciudad, (3) instaurar una mentalidad distinta, abierta a la innovación, a la tecnología, a nuevas formas de actuar, (4) y a su vez pensar más allá de la tecnología y, (5) por último, pensar que necesitamos a todos para hacer realidad la ciudad del futuro, y por tanto la colaboración no es sólo necesaria, sino la única forma real de construir ciudades.

En este camino, inesperadamente, se ha cruzado la pandemia, un shock global sin precedentes que ha paralizado al mundo y nos obliga a enfrentarnos a una tremenda crisis social y económica. Las ciudades, las aglomeraciones más afectadas, han reaccionado con rapidez para hacer frente a las dificultades del corto plazo. Con aciertos y equivocaciones han sido la primera línea de la respuesta, aunque todas las administraciones han sido necesarias; l as ciudades han aprendido deprisa que el camino que lentamente seguían se ha transformado en urgencias para el presente, y que deben apostar decididamente por la sostenibilidad y la resiliencia, por la prosperidad y la innovación, por ser abiertas y tener cohesión social, y por tener esa gobernanza inteligente imprescindible para su transformación.

«Se abre una tremenda oportunidad para poner en marcha proyectos que permitan avanzar en este proceso de transformación, ahora urgente»

Con luces y sombras en la respuesta, finalmente Europa está dispuesta a suministrar fondos de recuperación masivos siempre que vayan en línea a la digitalización y la sostenibilidad (el “Green Deal”). Se abre una tremenda oportunidad para las ciudades: utilizar estos fondos para poner en marcha proyectos e iniciativas que les permitan avanzar en este proceso de transformación, ahora urgente e imprescindible.

Hay al menos dos áreas donde las ciudades tienen una gran oportunidad de catalizar proyectos transformadores verdes y digitales. La primera es la rehabilitación masiva de edificios para hacerlos más sostenibles, más eficientes energéticamente, menos contaminantes, mejor conectados, y con mayor confort. Estos proyectos son también una tremenda oportunidad de negocio para las empresas, y de creación de trabajo para la ciudad. La segunda, apostar por una movilidad más sostenible, eficiente, asequible, accesible y segura. Qué proyectos específicos hará cada ciudad dependerá de su idiosincrasia, su estructura productiva y económica, su población, pero la oportunidad está aquí.

No es este el lugar de discutir proyectos específicos, pero las ciudades, sus asociaciones y sociedad civil, sus empresas, sus universidades, todos están desarrollando proyectos que ayuden a la recuperación económica de las ciudades y sobre todo ayudar sus ciudadanos. Pero sí queremos insistir en que todos los proyectos asociados a los fondos de recuperación, deben ser proyectos de transformación “Smart” que permitirán a las ciudades andar este camino transformador con una rapidez inusitada.

Pero también hay barreras que debemos superar. A pesar de que la colaboración, incluso en ciudades, últimamente estaba siendo más difícil, la pandemia ha convertido a las ciudades en verdaderos centros de colaboración comunitaria, pero no es suficiente. Sin potentes capacidades administrativas, visión de largo plazo, y una actitud colaborativa entre administraciones, podemos perder una gran oportunidad. Primero de ayudar a la recuperación económica y apoyar a los más débiles. Pero también de transformar las ciudades y acelerar este camino que nos lleva a la gobernanza inteligente en ciudades prósperas e inclusivas. No nos quedemos de nuevo rezagados.

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