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Digitalización Las empresas se adecúan a la Cuarta Revolución

Los jefes, los profesionales menos digitales pese a tener que liderar la transformación

Un informe de ISDI revela, sin embargo, que son los que más se están formando

Javier Pagola

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Los profesionales que ocupan puestos de dirección son los que poseen menos conocimientos digitales en España, en comparación con otros niveles de la empresa, pese a tener que liderar la transformación de la compañía. Sin embargo, la velocidad de crucero que ha alcanzado la Cuarta Revolución obliga a los jefes a formarse «a marchas forzadas».

El estudio sobre la «Digitalización de los profesional españoles», elaborado por el Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), muestra «importantes lagunas», relacionadas «con la cultura y el enfoque empresarial hacia la economía digital y la falta de una visión integral y multidisciplinar de la misma». Nacho de Pinedo, CEO de ISDI, lamenta que «la digitalización se reparte de manera desigual». En su opinión, «sigue existiendo un profundo gap entre las necesidades de digitalización de las empresas y el desarrollo del talento digital, absolutamente clave para su éxito». Sin embargo, ve como «positivo» que cada vez son más los profesionales y, en especial, los directivos que buscan «una formación estratégica de negocio digital, pagándose la formación, por lo general, de su bolsillo».

Razones históricas

Pero, ¿por qué los jefes son los más reacios a reciclarse? En opinión de Bruno Vilarasau, presidente de la comisión de Tecnología y Negocio de la Asociación Española de Directivos (AED), existen varias razones. Por ejemplo, en España ha habido muchísimo estudio de Económicas, Empresariales o Derecho, históricamente «carreras con bastante visibilidad para entrar en el mundo de los negocios». Los directivos de las principales compañías cotizadas estudiaron sobre todo estas carreras. ¿Qué ocurre? «Pues que en el momento en el que surge la digitalización de las empresas, se da muchísima más importancia a los aspectos técnicos». Desde la dirección se asume esta nueva realidad, pero en esos niveles siguen dominando los mismos roles. «Nos damos cuenta de que hay que cambiarlos y justamente lo que está ocurriendo es que los directivos nos estamos transformando a marchas forzadas», porque «veninos de un pasado menos tecnológico». En el polo opuesto está Estados Unidos. En sus universidades la presencia de ingenieros es mucho mayor, y un elevado porcentaje de los CEO provienen de esa carrera.

¿Pero este atraso de los directivos puede ralentizar la transformación digital? Para Nacho de Pinedo, «el objetivo es desmitificar la creencia de que si los empleados manejan las redes sociales y la compañía tiene una web y canales de venta online, está digitalizada. Así que hay que poner el foco en «el grado de implicación de la dirección».

Los jefes incorporan a la dirección expertos con perfil digital para formarse

Por su parte, Vilarasau, también directivo de Telefónica, está convencido de que la Cuarta Revolución avanza imparable, pese a que los jefes van dos pasos por atrás. «El ser humano va extremadamente rápido. Somos la máquina más rápida a la hora de entender lo que significa la digitalización». Y ello permite interiorizar, también a los jefes, la necesidad de reciclarse. «El hecho de que la formación que hemos recibido en España históricamente haya estado orientada a carreras como Derecho, Económicas o Empresariales, nos ha puesto, quizá, un par de pasos por detrás. Lo que ocurre es que la capacidad de transformarnos es impresionante». Y pone como ejemplo Telefónica, donde «estamos haciendo grandes esfuerzos, con un proceso de transformación que afecta a los empleados y especialmente a todos los directivos». También Inditex, BBVA... De hecho, «estamos viendo el crecimiento de empresas de nueva creación. España está por delante de Francia e Italia en inversión directa en startup. Una muestra de nuestra capacidad de formarnos y de transformarnos. Estamos un poco atrás, pero damos los pasos adecuados».

Los profesionales de entre 32 y 44 años son los más interesados en digitalizarse, según el informe de ISDI. Su perfil: con más de diez años de experiencia profesional, ocupan puestos de responsabilidad en un 80,6% de los casos, un 42,4% como directivos. Los jefes mayores de 45 años aún se resisten a abordar la transformación. Vilarasau comparte este diagnóstico. «Dentro del entorno directivo, los más propensos a formarnos en conocimientos digitales somos el grupo que se sitúa entre los 32 a los 44 años. Los anteriores, que están tan ofuscados en el día a día, no dan a basto». Sin embargo, los altos directivos, los CEO, no acuden a cursos, sino que adquieren conocimientos mediante lectura, conferencias o incorporando a personas de perfil digital en sus estructuras, como ha hecho Telefónica. «Hay que llevar la tecnología al consejo». Es decir, «la manera que los altos ejecutivos tienen de formarse no es tanto asistiendo a cursos, como incorporando talento en los momentos de toma de decisión».

Pero en este proceso de transformación, advierte el presidente de la comisión de Tecnología y Negocio de la AED, hay una de cal, «los jóvenes nacen más preparados en el sentido de que son más capaces de aprovechar las herramientas digitales», y otra de arena, «en España estamos viendo claramente una caída de la gente que se enrrola en las carreras de ingeniería». «Desgraciadamente, no hemos sido capaces de inculcar este deseo entre la juventud y nos estamos encontrando con una ligera, no preocupante, caída en los jóvenes que se matriculan en carreras como ingeniería o matemáticas».

El estudio subraya que Comunicación y Marketing son los departamentos que más se están digitalizando. Por el contrario, «decepciona la escasa implicación» de Recursos Humanos, cuando su misión es precisamente la captación del talento digital. Vilarasau matiza: Desde Recursos Humanos deben entender el proceso de digitalización, pero «no necesariamente ser los expertos». «Su función es identificar las necesidades de talento, promover programas de desarrollo y luego crear una estructura organizativa que fomente el crecimiento y la sostenibilidad de la empresa. ¿Ayuda el tener un perfil técnico? Sí. ¿Es absolutamente imprescindible? No creo».

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