Italia y España, en el ojo del huracán tras la sorpresa de Atenas

El malestar en Madrid y Roma con el sorprendente anuncio de Papandreu es notorio. Ayer mismo, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi subrayó que el desplome bursátil de la jornada y el castigo a la deuda soberana de su país se debe a la consulta anunciada por Atenas. «No hay duda de que la evolución negativa de los cambios está influida fuertemente por la decisión griega de convocar un referéndum sobre el rescate acordado con la UE», afirmó el Gobierno italiano en un comunicado.

«Il cavaliere» se apresuró a contactar telefónicamente con la canciller alemana, Angela Merkel , para reiterarle su compromiso en la aplicación de las medidas de ajuste exigidas a su país en la consejo europeo celebrado la semana pasada en Bruselas . La pregunta es si no es ya demasiado tarde para Italia, acosada en los mercados ante la falta de credibilidad de un Ejecutivo que no se cansa de anunciar medidas que nunca termina de hacer efectivas y el cataclismo desatado por la inesperada decisión de Papandreu.

En España, el anuncio griego también ha levantado ampollas. El respiro del que dio cuenta el presidente francés Nicolas Sarkozy hace pocos días cuando afirmó que «España ya no está en primera línea de la crisis» ha resultado efímero. La voz a la perplejidad y el descontento de Madrid la ha puesto la ministra de Economía, Elena Salgado , que, en declaraciones a la Cadena Ser, calificó el referéndum griego de «sorpresa absoluta». Para Salgado se trata de una decisión «mala». La ministra, consciente de que el nuevo periodo de incertidumbre no hace sino acrecentar los problemas de España, ha hecho un llamamiento a que «la racionalidad se imponga» y a que «si no puede haber marcha atrás en esta decisión, al menos el tiempo de incertidumbre sea el menor posible». Roma y Madrid contienen ahora la respiración.