La inflación hace un roto a la cesta de la compra en puertas de la Navidad

El cambio se observa en la inflación subyacente, el indicador que elimina el efecto sobre el IPC de sus rúbricas más volátiles como los precios energéticos o los alimentos frescos, que en apenas seis meses ha pasado del 0% - cuando el índice general ya había escalado al 2,2% - hasta el 1,7%, pero también en el signo acelerado que muestra la evolución de más de la mitad de las 57 rúbricas a partir de las cuales se construye el índice oficial elaborado por Estadística para seguir la evolución de los precios.

Las subidas más espectaculares del mes se registraron en productos como la carne de ovino (6,9%) - donde se enmarca el precio del cordero-, las prendas de vestir de hombre (4,8%) y mujer (5,9%), el calzado (4,1%) y los combustibles (5%), aunque el efecto arrastre se tradujo en un encarecimiento del pescado, el marisco o la restauración, todos ellos productos de gran consumo en esta época.

Si se acepta la referencia del IPC, cuando los ciudadanos hagan sus compras navideñas se van a encontrar el aceite de oliva un 25% más caro que hace un año;la carne de ovino, un 15%;el pescado fresco, un 4,7%; el marisco, un 4,1%; los refrescos, un 10,5%. Llenar el depósito también saldrá más caro que hace un año:un 29%, si el vehículo es de gasolina;un 32,8% si es diésel; y si es eléctrico, un 46,7%.

Otros productos que también han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos doce meses son las bicicletas (7,7%), las flores y plantas (5,4%) o las cámaras (4,5%).

El fenómeno transitorio y restringido a los precios energéticos del que el Gobierno hablaba hace apenas unos meses ha adquirido la categoría de riesgo económico y cada vez más son más los analistas que consideran que la inflación ha llegado para quedarse, aunque sea en unas cifras más suavizadas. Las previsiones de BlackRock , uno de los fondos de inversión más importantes del mundo y el mayor inversor privado del Ibex 35, apuntan a que este episodio inflacionista todavía no ha tocado tech o y que es posible que éste no se alcance hasta la primera mitad del año que viene.

Funcas , uno de los institutos de análisis más prestigiosos del país, revisó también este miércoles al alza, hasta el 5,8%, su previsión de cierre de año del IPC y hasta el 3% el crecimiento medio de los precios en 2021. Su previsión es que la presión inflacionista se mantendrá en 2022 (2,9%) y que el índice de precios no bajará por debajo del umbral del 3% hasta pasado el próximo verano, lo que augura que las tensiones en el plano salarial serán poco menos que inevitables.

De hecho ya han comenzado. UGT y CCOO celebrarán este jueves una serie de movilizaciones en Madrid, Valladolid y Valencia para exigir la derogación de la reforma laboral del PP y el desbloqueo de la negociación colectiva para acompasar los salarios a la situación económica y evitar que la inflación erosione el poder adquisitivo de los trabajadores.

La subida salarial media recogida en los convenios colectivos negociados hasta noviembre era del 1,5% , frente a una inflación media que se acerca ya al 3%. Los sindicatos culpan de esta situación a la CEOE y le atribuyen cierta resistencia a negociar mejoras salariales en los convenios por lo que se van a presentar frente a la sede madrileña de la principal organización empresarial del país para ‘invitar’ a los empresarios a negociar.

La eventual filtración de la espiral inflacionista a los salarios consolidaría esos efectos de segunda, sobre los que también previno la vicepresidenta Nadia Calviño hace unos días cuando se resistió a enviar un mensaje para alentar las subidas salariales en las empresas para compensar el IPC con el argumento de mimar una recupreación económica aún muy incipiente.

El asunto preocupa en el Gobierno, que según fuentes próximas al área económica del Gobierno baraja informes que apuntan a una ralentización del consumo en las últimas semanas, en lo que parece una medida de protección ante la subida de precios, y a una caída de la actividad en algunos sectores como la construcción por el encarecimiento de los materiales. El traslado de estos fenómenos al dato del PIB es solo cuestión de tiempo.