¿Por qué la inflación en España alcanza el 5,5% y en Portugal no supera el 1,8%?

¿Cómo es posible semejante diferencia en los dos vecinos de la península ibérica, gobernados por el socialismo? ¿Es más pragmático el Ejecutivo de Antonio Costa que el de Pedro Sánchez? Los resultados no admiten lugar a dudas.

En ambos casos, se produce un incremento con respecto al mes anterior, pero no en los mismos términos. En efecto, mientras el baremo luso crece un razonable 0,3%, la variación mensual en suelo español se sitúa en el 1,5%.

Por tener una referencia de contexto, los países de la Unión Europea con la tasa de inflación más elevada son Lituania (8,2%) y Estonia (7,4%). Alemania tiene 4,6% y Francia 3,2%.

La cifra del 5,5% en España es la más elevada en los últimos 29 años, de acuerdo con la actualización del Instituto Nacional de Estadística.

El encarecimiento de las materias primas, la subida desmesurada de la factura de la luz y el problema del transporte, cada vez con un coste mayor, están haciendo mella en las tarifas desorbitadas, que agobian a las familias. El gas y los carburantes terminan por dibujar el panorama claramente alcista, que puede mantenerse al menos durante unos meses más.

Estamos ante las consecuencias de la recuperación económica, con un aumento global de las materias primas y el fantasma de un posible desabastecimiento en el horizonte.

En declaraciones a ABC, el prestigioso caredrático portugués Antonio Nogueira Leite lo tiene claro desde la Nova School Business and Economics, en su campus de Carcavelos (a 23 kilómetros de Lisboa): “En el caso de Portugal, el aumento se debe no solo a los precios de la energía sino también de la alimentación. Se prevé que el Gobierno proteja a las familias el año próximo, basándose en el efecto del montante acumulado en el llamado fondo ambiental”.

“En ambos países, como en el resto de la zona euro, creo que será una evolución temporal, que podrá ser atenuada cuando las cadenas de suministro logístico internacional se ajusten al flujo del gas y Europa retorne a la normalidad”.

No obstante, Nogueira Leite avisa que “habrá que tener cuidado con la política de rendimientos para que lo temporal no se convierta en una tendencia inflacionista”.