Hazte premium Hazte premium

La inflación alemana comienza a presionar al BCE hacia tipos de interés positivos

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ya pide un endurecimiento de la política monetaria ante el incremento de los precios germanos

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann AFP
Rosalía Sánchez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La inflación en Alemania está tomando velocidad. En febrero, los precios al consumidor aumentaron más bruscamente que desde el comienzo de la crisis, hace ya un año, con una subida del 1,3%. En enero había vuelto a subir por primera vez en meses, de la mano del nuevo impuesto sobre CO2, y en el segundo mes del año se ha sumado el efecto IVA, el final de la reducción temporal de las tasas de IVA, desde el 19% al 16% y de 7% a 5% en el segundo semestre de 2020, con el fin de estimular la economía. Pero no se trata meramente de una subida coyuntural debido al reasentamiento del IVA, según advierte Nils Jannsen, del Instituto para la Economía Mundial (IfW).

«Dado que a pesar de este incentivo, muchas personas han estado gastando menos en muchas cosas, como viajes, restaurantes o eventos, pronto podría compensarse parte del consumo y eso puede conducir a un aumento temporal de la inflación », calcula. Sebastian Dullien, director científico del Instituto de Macroeconomía y Investigación del Ciclo Económico (IMK) de la Fundación Hans Böckler, considera que el riesgo de que la inflación se salga de control a medio o largo plazo es bajo. Después de todo, «en la Eurozona en su conjunto, las capacidades todavía están subutilizadas» , por lo que «el margen de las empresas para fijar precios es limitado».

Pero a nadie escapa que la reapertura del comercio y los servicios, después de meses de severo cierre, traerá consigo un ansia de consumo bastante por encima de lo habitual. Tampoco es ningún secreto que los precios de la energía no ayudarán a relajar la tasa de inflación. En febrero registraron una evolución del 0%, después de haber caído un 2,3% en enero, debido al nuevo impuesto al CO2 y a la perspectiva de una mejor economía global después de la recesión. A partir de marzo, si el petróleo sigue cotizando por encima de los 55 dólares, los precios de la energía supondrán un peso considerable. Commerzbank ha advertido que la inflación puede asentarse en el 1,5% en el primer semestre de 2021 y alcanzar el 3% en el segundo. Y eso significaría un considerable aumento de presión alemana sobre el BCE para devolver los tipos de interés a terrenos positivos.

El Bundesbank ha reconocido que la inflación alemana está subiendo desde comienzos de año «muy por encima de nuestras previsiones y de las de los mercados» . El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, admite que veremos la inflación alemana por encima del 3% este año y está ya pidiendo un endurecimiento de la política monetaria del BCE, lo que supondrá para los países más endeudados, como España, un mayor coste de financiación. En una entrevista concedida al diario alemán Augsburger Allgemeine, Weidmann se muestra bastante agresivo, al menos teniendo en cuenta que estamos todavía muy empantanados en la crisis y que las ayudas europeas apenas han comenzado a llegar a los afectados. Aunque es evidente que todavía hay mayoría en el Consejo del BCE para prolongar los tipos bajos cuanto sea necesario, Weidmann no ha tenido reparos en advertir que «no puede faltar determinación» en cuanto la inflación se acerque al 2%.

El dato de inflación claramente al alza no es exclusivo de Alemania ni responde solamente a efectos de las políticas fiscales de impulso. La actividad industrial en Europa registra nuevos máximos en febrero no solo en Alemania, sino también en Austria e Italia . En la zona euro en conjunto, el PMI manufacturero ha repuntado con fuerza hasta los 57,9 puntos, lo que sitúa el dato más cerca de sus máximos históricos que de los niveles inmediatamente anteriores a la pandemia. España, sin ir más lejos, se anota su mejor dato desde el pasado mes de julio. Y los pagos a proveedores se disparan a niveles que no hemos visto en la última década. Es más, las empresas manufactureras se quejan de retrasos y dificultades en el abastecimiento de componentes y materiales debido al incremento de la demanda global, especialmente en Alemania, Austria y Holanda, y están repercutiendo esa presión de precios en sus productos. Los precios de venta de fabricantes en la zona euro aumentaron en febrero al ritmo más fuerte detectado desde el segundo trimestre de 2018.

Un reciente informe de Deutsche Bank minimiza el peligro de inflación fuera de control de forma sostenida a corto plazo, pero insinúa un escenario bastante más peligroso dentro de unos cuatro años, debido al cambio demográfico y pérdida de población en edad de trabajar que desembocará en “un posible descenso de la oferta con una demanda constante o creciente”. El documento, redactado por el economista Sebastian Becker, señala como medidor del peligro la pérdida de PIB potencial y apunta también al cambio que supondrá la mayor concentración del poder de mercado, que implica que las empresas que sobrevivan a la pandemia contarán con una superior capacidad de fijación de precios. A más corto plazo, señala que estamos a punto de ver un aumento de la demanda como reacción a la demanda reprimida durante el periodo de restricciones en sectores que habrán perdido buena parte de su capacidad productiva, creándose un cuello de botella que elevará los precios hasta que la oferta y la demanda vuelvan a encontrar su equilibrio.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación