La industria avisa de que los precios de la luz pueden acelerar la fuga de empresas

Al respecto, desde la patronal de las industrias internacionalizadas el director general de Amec Joan Tristany , reconoce que «el precio de la energía tiene un impacto sobre la competitividad de las empresas y de nuestros productos». En este sentido, explica que puede tener consecuencias directas sobre la estructura de costes, pero también un peso indirecto sobre actividades como las fábricas de bienes de equipo «ya que incorporas el coste de la energía a los productos intermedios». Lo que, en su opinión, puede resultar un problema. En cualquier caso, Tristany advierte que si bien el repunte del coste de las materias primas y la logística «afecta a todos por igual» en el caso de la electricidad no es así. «Si lo metes en el precio, pierdes competitividad. Este es un proceso inflacionario que no teníamos previsto casi nadie, es una crisis de oferta no de demanda», apunta el máximo responsable de esta organización empresarial. Preguntado sobre el mercado eléctrico español y la formación de precios, el director general de Amec , apuesta por una modificación generalizada del régimen tarifario para «buscar un sistema en el que la tarificación nos lleve a estar en igualdad de condiciones con nuestros socios alemanes, franceses y europeos, que no nos reste competitividad».

Desde la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) , que agrupa a compañías de sectores tan diferentes como el metalúrgico, el químico y el siderúrgico, su director general Fernando Soto estimaba la desventaja competitiva con sus homólogas francesas y alemanas en más de 700 millones de euros. Lo que achacaba a los diferentes costes regulados como tasas, impuestos y compensaciones. Además, calculaba que este año el abismo que separa los costes eléctricos de las empresas españolas del resto superará los 30 o 40 euros el megavatio hora, en el caso de las industrias electrointensivas. En concreto, según su último barómetro, el precio medio de la luz en España ha sido un 28,1% superior al de Alemania y un 37 % superior al de Francia durante el mes de agosto. Así las cosas, en el último año, la diferencia de precio entre España y Alemania se ha duplicado.

El segmento de las industrias electrointensivas que engloba a las empresas metalúrgicas, químicas, siderúrgicas, y de gases industriales es el más sensible a la subida de precios de la luz, ya que en algunos de sus sectores llegan a representar hasta el 60% del total de sus costes. Por ello, desde esta patronal advierten de que están en riesgo cientos de millones de euros en exportaciones y, sobre todo, la pérdida de compañías en favor de países que ofrezcan un mayor atractivo de costes. «El precio de la electricidad puede acelerar la deslocalización de las empresas industriales. Si las condiciones no son atractivas y pierdes competitividad, las compañías acabarán moviendo ficha» explica Fernando Soto.

Como solución, desde la patronal de la industria química, Feique, también piden reformas que alienten a la competitividad. En este sentido, proponen establecer compensaciones más generosas por los costes de emisión de CO2 como primera medida de alivio y «un proyecto de tarifa a largo plazo» explica su director general, Juan Antonio Labat.

Todas estas inquietudes también son compartidas por sectores como el alimentario. La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) ven «con gran preocupación» la escalada de la electricidad y avisan de que es «un fuerte incremento podría comprometer de manera directa la competitividad de las empresas españolas», así como «desincentivar la inversión en nuevos proyectos» y reducir el consumo. Como ejemplo, Fiab recuerda que en circunstancias normales «los costes energéticos pueden suponer hasta el 8% sobre el coste de producción».

El problema de muchas empresas con el coste de la energía viene de lejos. En un estudio publicado en julio de 2019 comparando los gastos eléctricos de pymes de 26 países europeos, la patronal catalana Pimec , ya concluía que España tenía «la electricidad más cara de Europa para consumos de menos de 20 MWh - las contratadas por las pymes más pequeñas y autónomos-, concretamente 0,2649 euros kWh».