La indecisión europea sobre el rescate griego castiga a España, Portugal e Irlanda
Zapatero y Barroso intentan convencer a Merkel para que preste ayuda a Atenas
El rechazo de Alemania a ayudar económicamente a Grecia en la refinanciación de los 54.000 millones de su deuda que vencerán este año disparó ayer de nuevo el temor en las Bolsas, especialmente en aquellos países con mayores desequilibrios presupuestarios como España (donde el ... Ibex cayó un 1,17%), Portugal (el PSI un 1,13%) e Irlanda (el Iseq disminuyó un 0,8%).
La apertura en positivo de Wall Street calmó el desgaste de las Bolsas europeas que, hasta ese momento, acumulaban sus mayores caídas de las últimas semanas. La mañana estuvo teñida de rojo en Atenas, con recortes superiores al 3% en su principal índice, el Athens Gral, que finalmente cerró con una pérdida de casi el 2%. Mientras, el Ibex español llegó a ceder más de un 2%, perdiendo incluso la cota de los 10.700 puntos.
El efecto incertidumbre no tardó en llegar a España, donde el diferencial de la deuda con respecto a Alemania se amplió ayer por encima de los 80 puntos básicos, desde los 70 sobre los que se había movido en las últimas semanas.Prácticamente una anécdota en comparación con los bonos griegos a diez años, cuyo diferencial con los germanos repuntó ayer desde los 328 hasta los 338 puntos básicos.
La voz de alarma la volvió a dar ayer la canciller alemana Angela Merkel al rechazar ayudas concretas a Atenas y recordar que, si los países no se ajustan a las condiciones de la Eurozona se podrá producir la expulsión de alguno de ellos. Este nuevo aviso a navegantes irritó de tal modo al Gobierno griego que su primer ministro, Yorgos Papandreu, volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de acudir al FMI.
La dura posición del Gobierno alemán se sustenta, entre otros aspectos, en encuestas como la elaborada por Harris para el diario Financial Times en la que se desvela que el 40% de los alemanes cree que su país estaría mejor fuera del euro. Desde la CE, sin embargo, se apuran las últimas horas para intentar arrancar a Berlín un acuerdo antes de la Cumbre de Primavera que evite el batacazo de credibilidad que, para la Eurozona, supondría la intervención del FMI en uno de sus países miembro. Así lo especificó ayer el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, al reafirmar que quiere convencer a Merkel de que apruebe el plan de ayuda esta misma semana.
Cruce de declaraciones
La propuesta de la CE se centra en un sistema de préstamos bilaterales al tipo de interés medio de la Eurozona, lejos del 6% que le ofrecería ahora el mercado, y compatible con el Tratado, que prohíbe la inyección de dinero entre los socios. Aunque no se han barajado aún oficialmente cifras para el montante, fuentes comunitarias hablan de hasta 22.000 millones.
En el seno de la Unión Monetaria, el cruce de declaraciones fue, ayer, una constante. Desde el BCE, su presidente, Jean-Claude Trichet, dijo que no habrá ayudas directas a Grecia sino, en todo caso, préstamos sin subvención y con condiciones muy rigurosas.
Por su parte, el primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, aseguró que «no es imprescindible» que los líderes europeos decidan esta semana qué hacer con Grecia. «Es prematuro cerrar este debate», sentenció, al tiempo que destacó que la UE «no dejará caer a Grecia» si la «especulación malsana» agrava su crisis de endeudamiento. Incluso sugirió que el FMI pueda participar en el rescate heleno con una ayuda financiera que se sume a los préstamos bilaterales de los países del euro.
Almunia: ir al «fondo»
La postura española corrió por cuenta del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos: «Creemos que es un momento importante para el futuro de la UE y del euro y el presidente del Gobierno va a hacer todos los esfuerzos para dar esa confianza, esa solidaridad, que Grecia merece», destacó. El comisario europeo de competencia, Joaquín Almunia, incidió en la necesidad de afrontar los problemas de fondo, pero no como una huida hacia adelante. Y así es, precisamente, como el comisario calificó la creación de un Fondo Monetario Europeo, una idea que, a su juicio, no es viable en términos políticos en este momento. El comisario se mostró a favor de ayudar a Grecia, siempre y cuando las autoridades griegas y los agentes sociales se aten los machos y hagan los esfuerzos necesarios.
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