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Error de concepto, error de destino

Llevamos 40 años desmontando las competencias del Estado sin preocuparnos lo más mínimo por armonizar la utilización de las mismas por parte de los gobiernos autónomos, lo cual nos ha conducido a situaciones muy divergentes

El presidente de Foment de Treball (Fomento del Trabajo), Josep Sánchez Llibre EP

IGNACIO MARCO - GARDOQUI

La patronal catalana ha hecho un ejercicio de solidaridad magnífico. Desea que le apliquen el mismo nivel impositivo que soportan sus homólogos madrileños y como no quiere molestar a los responsables de sus impuestos y pedirles que los bajen, le ha exigido al Gobierno central que se encargue de subirlos en Madrid. Maravilloso. Llevamos 40 años desmontando las competencias del Estado sin preocuparnos lo más mínimo por armoniza r la utilización de las mismas por parte de los gobiernos autónomos, lo cual nos ha conducido a situaciones muy divergentes.

Pero no solo en los impuestos. Tampoco es igual la sanidad, ni la educación, ni la dotación de infraestructuras, ni la disposición de suelo industrial, ni son iguales las medidas de fomento de la actividad, el apoyo al I+D, etc. No le digo más que me acabo de enterar de que Teruel no tiene ni siquiera una pequeña salida al mar . ¿Debemos armonizarlo todo? Perfecto, pero ¿debemos hacerlo en el nivel de los menos eficientes para que el esfuerzo de nuestras autoridades regionales sea menor? No parece sensato.

Resulta que Madrid ha demostrado que es verdad eso de que las haciendas pueden recaudar más si consiguen aumentar la base imponible a base de reducir los tipos impositivos . Una verdad dolorosa para todos aquellos a quienes les molesta la prosperidad y pretenden igualar la renta de los ciudadanos por el equivocado camino de reducir la de los más ricos en lugar de aumentar la de los más pobres.

Es cierto que Madrid se aprovecha del efecto capitalidad . Pero, a la hora de explicar las diferencias actuales, ese argumento se queda muy corto. Madrid es capital desde los tiempos de Felipe II y no siempre ha disfrutado de la privilegiada posición actual. ¿No tiene nada que ver en ella el hecho de ser la comunidad más «business friendly» de todas, es indiferente su sistema impositivo?

No. Así que la patronal catalana hace bien en quejarse, pero se equivoca a la hora de elegir al destinatario de sus quejas. Que le pida a su Govern que abandone los delirios y se ocupe de las cosas de comer, que gobierne con cordura, que administre con sensatez. Y, si quiere, que exija al gobierno central que se acomode a la España de las autonomías y reparta por todo el territorio losdiversos órganos de la administración central. No es muy eficiente, pero si sería conveniente, además de justo.

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