Hernández de Cos reclama al Gobierno una ejecución rápida de las ayudas directas a las empresas

«En caso de que se materializaran, estos problemas de solvencia no solo provocarían una destrucción de tejido productivo y de empleo, sino que también acabarían afectando a la posición patrimonial del sector bancario, que podría responder con una restricción crediticia que realimentara los efectos negativos sobre la capacidad de recuperación y el crecimiento económico a medio plazo», alerta.

En este sentido, De Cos advierte de que si la dificultad actual de liquidez empresarial deriva en problemas de solvencia «no solo provocarían una destrucción de tejido productivo y de empleo, sino que también acabarían afectando a la posición patrimonial del sector bancario». Esto conllevaría el riesgo añadido de que las entidades respondan «con una restricción crediticia que realimentara los efectos negativos sobre la capacidad de recuperación y el crecimiento económico a medio plazo». Si se protege a la banca con un muro de contención que evite las insolvencias, De Cos señaló que las entidades podrán «seguir siendo parte de la solución de la crisis a través de la concesión de crédito a familias y a empresas», a la vez que contribuyen a la reactivación de la economía una vez que se supere la pandemia.

Por contra, el gobernador del Banco de España sí instó a liquidar las empresas no viables con el fin último de evitar que consuman recursos y que su reestructuración, a pesar del gasto público, no acabe dando los frutos deseados. Con este objetivo, instó a las propias entidades financieras a «seguir reconociendo de manera adecuada y a tiempo» los potenciales deterioros en las compañías más perjudicadas por la crisis del coronaviru s. «Solo de esta forma será posible tener un diagnóstico fiable de la situación que impida que se produzcan dislocaciones en la asignación de recursos financieros a las actividades productivas y favorezca que se adopten las medidas necesarias para que la recuperación sea robusta y sostenida», sentenció.

Finalmente, De Cos concluye que el impacto final de la pandemia sobre el sector bancario «dependerá tanto de su magnitud y duración como de la efectividad de las políticas económicas para paliar sus efectos sobre familias y empresas». También reconoce que se ha puesto más en evidencia la urgencia de que la banca afronte el reto de su baja rentabilidad, un escenario que obliga a que las entidades mejoren su eficiencia «reduciendo costes y utilizando más intensivamente las nuevas tecnologías».

Asimismo, citó las fusiones o procesos de consolidación como «un instrumento útil adicional para afrontar los retos del futuro en mejor posición» , pero recalcó la necesidad de realizar «una evaluación individual de los méritos de cada propuesta de fusión». Además, añade que las operaciones transnacionales europeas «serían particularmente positivas, dado que permitirían profundizar en la unión bancaria, minorar el nexo de riesgo bancario-soberano e incorporar mayores posibilidades de diversificación».