El hachazo de las cotizaciones sociales afectará a los perfiles más cualificados

Fuentes empresariales consultadas por ABC detallan que la mayor preocupación es alza de las bases máximas de cotización, y advierten de que supondrá un verdadero hachazo en los costes a un número importante de compañías, pero fundamentalmente a aquellas con empleados más cualificados y, por tanto, con mayores sueldos.

Las grandes empresas observan con preocupación esta medida que puede poner e n jaque sus estrategias de inversión , apuntan fuentes empresariales. Estadística desgrana que el sector mejor pagado es el de las eléctricas, suministro de gas, vapor y aire acondicionado, con 50.992 euros al año que más que duplica el sueldo medio de 23.156 euros.

Le siguen las actividades financieras y de seguros, con 42.684,65 euros al año, y las de información y comunicaciones, con 32.448 euros. También golpeará la subida de las cotizaciones sociales más altas a las petroleras , ya que las industrias extractivas son el siguiente sector con mejores remuneraciones, con sueldos medios de 32.400,69 euros.

En estos sectores abunda los profesionales altamente cualificados, como ingenieros, a los que afectará la medida.Al observar los perfiles sobre los que más impactará la medida, el INE señala que los más afectados por la subida de las cotizaciones serán los directores y gerentes (con un sueldo medio de 50.530,8 euros), seguidos de técnicos y profesionales (con 37.049 euros).

A este aumento de la base máxima se le podría sumar el destope de las cotizaciones sociales, una medida que elPSOE propuso hace meses y que ahora escudriña el Pacto de Toledo. Ambas medidas supondrían un aumento de la factura de las empresas, que afrontan el 23,6% de la cotización mientras que los empleados asumen el 4,7% restante. Las empresas españolas pagan un 8,2% del PIB en cotizaciones sociales, más que sus competidoras europeas que destinan un 8%.

Así, esta medida irrumpirá en los resultados de la plana mayor del Ibex 35, con sueldos por encima de la media. Curiosamente, los sectores más afectados son los regulados, precisamente aquellos en los que el Banco de España

La subida de las bases máximas se unirá al alza del 23% que sufrirán las bases mínimas por impacto del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que subirá en el mismo porcentaje, hasta 950 euros en 2019.

Por tanto, si bien en términos acumulados el impacto de las cotizaciones altas será mayor sobre la grandes empresas , los sectores peor pagados también se verán afectados. La rama con peores retribuciones es la Hostelería, con 14.125 euros, seguida de otros servicios –15.782 euros– y las actividades administrativas y de servicios auxiliares –16.139 euros–.

En algunas de ellas, como ocurre en las industrias extractivas, los aumentos salariales han sido bastante más altos que los de la media pese a estar en la gama alta de las retribuciones: mientras el sueldo medio creció un 5,8% entre 2008 y 2016, en este sector lo hizo un 21,6%.

Precisamente, el Gobierno ha fijado en su punto de mira los sueldos y los márgenes de banca y petroleras , dos de los sectores con mayores sueldos medios, para los que quiere aprobar un tipo efectivo en el Impuesto de Sociedades del 18% frente al 15% que planea para el resto de compañías con una facturación superior a los veinte millones de euros . Se da la casuística de que esta medida limitará con fuerza los activos fiscales que cuentan estas empresas, siendo, junto a las eléctricas, los sectores que tienen en sus balances más créditos fiscales por compensar.

El incremento de la presión fiscal diseñado por el Gobierno socialista ha sido duramente contestado en público por las grandes patronales y algunas grandes compañías a título individual. La patronal química Feique amenazó hace unos días con despidos si se destopan las cotizaciones sociales máximas, ya que «influirán en los costes laborales y habrá corrección en las plantillas».

La banca española, por ejemplo, tendrá que asumir la subida de las cotizaciones sociales en un momento de baja rentabilidad que ya le ha obligado a realizar drásticos ajustes de plantilla y otros recortes de costes para mejorar su eficiencia. Este desafío, lejos de estar superado, sigue siendo el principal reto actual del sector bancario español y europeo. La rentabilidad de las entidades financieras del país sobre el capital (ROE, por sus siglas en inglés) se situó al cierre del pasado mes de junio, según los últimos datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), en el 8,9%, por encima del 7,2% de media en la Eurozona pero todavía por debajo del coste del capital, que se sitúa ahora mismo en torno al 10%.

De hecho, los supervisores, tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE), insisten a los bancos en la necesidad de tomar medidas adicionales para mejorar esa rentabilidad, incluida la contención de costes de explotación, que en el caso se español se verá ahora elevados por ese incremento de las cotizaciones . «La rentabilidad de la banca sigue bajo presión», dijo recientemente en un foro financiero en Madrid el director general del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE, Ramón Quintana, advirtiendo de que en algunos bancos esa rentabilidad no cubre siquiera el coste de capital –«y esto es insostenible», avisó– y de que los bancos no rentables no pueden apoyar el crecimiento.

Esa falta de claridad en la mejora de la rentabilidad es una de las razones por las que toda la banca europea acumula fortísimas caídas en Bolsa en lo que va de año. Otro sector que está infraponderado en Bolsa a nivel tanto nacional como comunitario es el de las telecos, el otro gran sector afectado por el destope de las bases máximas de cotización. El gran dilema para las compañías del sector es que este aumento de los costes se va a producir justo en un momento en que deben acomete de nuevo grandes inversiones en infraestructuras, fundamentalmente fibra óptica y la red móvil de quinta generación (5G). De hecho, para el despliegue de esta última los principales operadores del país estudian planes de instalación compartida, pese a sus dificultades técnicas, para lograr abaratar la factura final.