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El guiño fiscal de Sánchez a Podemos solo recaudará 400 millones de euros

Los secesionistas catalanes del PDeCat se oponen a una mayor presión impositiva y dificultan al Ejecutivo del PSOE la aprobación de sus cuentas

ABC

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El Gobierno de Pedro Sánchez empezó a negociar el apoyo de Podemos a sus Presupuestos para 2019 concediendo a la formación morada más gasto público en forma de reversión de recortes en servicios sociales. Ahora, cuando toca discutir cómo se pagará esa factura, los socialistas hacen un nuevo guiño ideológico al partido dirigido por Pablo Iglesias para lograr su respaldo. El Ejecutivo confirmó ayer que estudia elevar el IRPF a las rentas superiores a los 150.000 euros, medida con la que recaudaría 400 millones de euros.

Ese importe no cubre, por ejemplo, la eliminación del copago farmacéutico , medida que negocian Hacienda y Podemos y que elevaría el gasto entre 450 y 500 millones. Mucho menos para cubrir el aumento de la factura de las pensiones derivada, primero, del acuerdo entre PP y PNV, que ya la ha elevado en 1.800 millones anuales, coste que se consolidará año a año. A ello habrá que sumar la posible compensación que el Gobierno del PSOE abonará a los pensionistas si el IPC sube al final más de lo previsto.

El plan de los socialistas para sufragar su política de mayor gasto público y las pensiones pasa básicamente por elevar los ingresos impositivos incrementando la presión fiscal a las empresas y, ahora también, a las rentas altas . «Este Gobierno no va a subir los impuestos a la clase media y trabajadora y en eso nos mantenemos, para nosotros es una línea roja», aclaró ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre las negociaciones que mantiene con Podemos sobre las cuentas para el próximo año.

Clases medias

La pretensión inicial de la formación morada, y así lo planteó en las negociaciones, era elevar la fiscalidad a quienes ganan más de 60.000 euros, al considerar que son una minoría privilegiada por ser 671.812 asalariados, el 3,75% de los declarantes . Sin embargo, el Gobierno se negó en rotundo. «Lo único que el Gobierno ha planteado en las reuniones ha sido la posibilidad de estudiar, de explorar una subida a las rentas superiores a 150.000 euros, que evidentemente no pertenecen ni a las clases medias ni a las trabajadoras», explicó la ministra.

El PSOE ya planteó desde la oposición elevar en cuatro puntos, del 22,5% al 26,5% , el tramo estatal del IRPF para esas rentas, que sumando el tramo autonómico haría que en algunas comunidades la presión alcanzase el 52%. Esta medida afectaría, según los datos de la Agencia Tributaria de 2016, a 91.408 declarantes, el 0,46% del total. La asociación de técnicos de Hacienda (Gestha) calcula que con ello el Estado elevaría su recaudación en 400 millones, de forma que cada uno de esos asalariados aportaría una media de 4.400 euros al año más.

Negociaciones abiertas

Está por ver si Podemos cede ante la posición de Hacienda. Eso sí, los populistas reclaman también al Ejecutivo que eleve la presión fiscal a lo que llama las grandes fortunas, lo que pasaría por incrementar el tipo del ahorro a los contribuyentes que obtienen más de 50.000 euros de base del ahorro y unas rentas totales superiores a 150.000 euros. Esto afectaría a 86.198 personas a las que les supondría un recargo de 17.300 euros al año . Con esto la recaudación del Estado aumentaría en unos 1.500 millones de euros.

Las negociaciones entre Gobierno y Podemos avanzan, según valoró ayer Montero, «de forma intensa y satisfactoria» y, dijo, ya «se están produciendo avances». El problema es que, pese a que el respaldo de los 67 diputados de Podemos es fundamental, no son suficientes para que el Ejecutivo saque adelante en el Congreso su nueva senda fiscal, paso previo para el diseño y aprobación de unos Presupuestos propios que permitan al PSOE, que gobierna con solo 84 escaños, agotar la legislatura sin verse obligado a convocar elecciones de forma anticipada.

Y aunque Sánchez se ha mostrado confiado en presentar este noviembre su proyecto de Presupuestos, no lo va a tener nada fácil. A la oposición del PP y Ciudadanos, los indepentistas catalanes del PDeCat avisaron ayer al Ejecutivo de que se oponen a la medida no solo por considerarla simbólica, sino porque creen que es más efectivo perseguir el fraude fiscal y la economía sumergida. Más aún, el portavoz de este grupo, Carles Campuzano, advirtió a Sánchez de que algunas medidas que negocian PSOE y Podemos no gustan a su formación, y denunció que, pese a que su apoyo es clave, no haya interlocución con Hacienda.

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