La guerra entre cargadores y transportistas se recrudece y resucita la amenaza de las huelgas

Las empresas de distribución, conocidas en el sector como cargadores, quieren paralizar a toda costa esta batería de medidas, que incluirá la prohibición de que los conductores realicen las operaciones de carga y descarga de los vehículos de más de 3,5 toneladas o la revisión del precio de combustible. Según ha defendido la patronal Aecoc , estas iniciativas «van a tener graves consecuencias para el tejido empresarial -sobre todo para las pymes ,ya que ponen en claro riesgo la competitividad y eficiencia de la cadena de valor».

Tal y como informó este periódico, el Gobierno se comprometió a tener listo un decreto que articulase todos estos incentivos antes de que finalizase el mes de febrero. Pero los días pasan y el decreto no termina de aprobarse, pese a que en privado representantes del Ministerio de Transportes aseguran a los transportistas que no tardarán en llevarlo al Consejo de Ministros .

Toda esta situación está generando cierta incertidumbre en el sector, que tal y como informó ABC se ha visto especialmente perjudicado por la subida del gas natura l producida en los últimos meses. Según los cálculos de estas empresas, un encarecimiento que ha engordado los costes mensuales más de mil euros.

Ante la presión de los cargadores, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) ha emitido un duro comunicado en el que acusaba a las empresas de distribución de «malas prácticas» y recordaba que el compromiso del Gobierno es «firme, ya que no solo está firmado por la propia ministra, sino que ha sido tomado cuenta del mismo el Consejo de Ministros».

«Si organizaciones de cargadores como Aecoc no aplauden y lo reconocen como sector esencial lo hacen porque las palabras son gratuitas y no les cuesta dinero, porque cuando se trata realmente de dignificar al sector y tratarlo en consecuencia a ese reconocimiento, entra en juego la cuenta de resultados y pone en marcha todos sus mecanismos de poder», abunda el comunicado.

En el sector preocupa que las presiones de los distribuidores terminen retrasando la llegada al Consejo de Ministros del texto aprobado. Lamentan, además, que solo se escuche a Aecoc, cuando otras asociaciones de cargadores respaldan las peticiones del sector del transporte.

Las mismas fuentes relatan que, debido a ello, la tensión entre los transportistas es «máxima». Además avisan de que algunas patronales del sector ya amenazan con volver a convocar huelgas si el próximo martes el Gobierno de Sánchez no da luz verde al decreto ley en los parámetros fijados el pasado mes de diciembre. Un acuerdo que la ministra de Transportes, Raquel Sánchez , «anunció como un momento histórico por la desconvocatoria del paro sectorial en plena Navidad». En todo caso, el sector confía en que el texto estará en el BOE «en las fechas y el formato pactado».

Toda esta situación ha dejado entre la espada y la pared al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana , que está recibiendo presiones por ambas partes y podría enfrentarse a una segunda amenaza de huelga en apenas un par de meses.

Fuentes del departamento dirigido por Raquel Sánchez reconocen que están trabajando en el decreto de ayudas al transporte, pero rechazan ponerle fecha a su aprobación. Los próximos días serán cruciales para determinar su posición.

El otro frente con el transporte lo han abierto los sindicatos. Comisiones Obreras (CC.OO.) emitió ayer un comunicado en el que lamentaba que ni sector ni Ministerio de Transportes «han adoptado una sola medida que resuelva los problemas del sector que se señalaron durante la amenaza de cierre patronal de diciembre» en lo relativo a la situación «precaria» de los conductores.

En este sentido, acusan al departamento de Raquel Sánchez de «incumplir el compromiso de crear una mesa de diálogo social para el transporte de mercancías por carretera». Mientras que en el caso de la patronal creen que han «utilizado» la situación de los trabajadores en las negociaciones «para vestir y justificar peticiones que eran estrictamente económicas por parte de las grandes empresas del transporte».

Desde el sector del transporte rechazan estas acusaciones y recuerdan a los sindicatos que «durante años no han hecho el más mínimo esfuerzo» por respaldar a los conductores. «Incluso rechazaron participar en el acuerdo entre patronales y sindicatos europeos por la dignificación de los trabajadores por carretera», apostilla el vicepresidente ejecutivo de Astic, Ramón Valdivia .