Goirigolzarri apunta a Francisco González y Ángel Cano por contratar a la empresa de Villarejo a sus espaldas

Goirigolzarri acudía a declarar como testigo en la pieza separada número 9 de la macrocausa sobre Villarejo en relación al conocimiento que pudo tener cuando se recurrió a Cenyt para investigar al entonces presidente de Sacyr, Luis del Rivero, y las personas que integraban lo que el comisario denominaba «grupo hostil» para hacerse con mayor control del consejo de administración del banco, el denominado 'Proyecto Trampa', que se desplegó entre 2004 y febrero de 2005.

Según informan en fuentes presentes en la declaración, ha explicado que tuvo conocimiento por primera vez de aquel acercamiento de Sacyr en noviembre de 2004 y no se explica que en la documentación intervenida a Villarejo consten maniobras preparatorias de meses previos. Luis del Rivero le llamó, le explicó que intentarían llegar a un 6% o un 8% del accionariado y él llamó a Francisco González para informarle de la conversación. Ha comentado que a nivel financiero no preocupaba tanto como a nivel mediático -ha dicho que por la prensa se sabía que parte del Gobierno era favorable a la operación- porque había más ruido que capacidad económica real para tomar el control del banco.

En todo caso, ha señalado que si durante aquellos meses de turbulencias se contrató a Cenyt, él no lo supo, y ha datado exactamente el momento en que se enteró: una reunión con Ángel Cano, en la época responsable del área de Recursos Humanos y con ascendencia sobre la dirección de Seguridad que ostentaba Julio Corrochano, que tuvo lugar en mayo de 2005. Cano le dijo a Goirigolzarri que en la época de Sacyr se había contratado a «una empresa de inteligencia» para hacer un «análisis de la operación», pero que todo fue «legal».

Goirigolzarri ha incidido en este punto en que se enfadó muchísimo con Cano porque consideró que aquello había sido «una deslealtad», ya que siendo el número dos del banco, su subordinado no le había informado. Explica así que no se hablase de nada más sobre el contrato en aquella reunión de trámite, donde la conversación acabó girando en torno a la falta de confianza y lo desleal de haber acometido aquella contratación a sus «espaldas».

Lo normal, conforme ha detallado, es que él canalizase los reportes de presidencia a sus subordinados y que cuando el presidente daba un mandato directo a alguien que dependía de él, como era el caso de Cano, esa persona «inmediatamente» fuese a darle cuenta de lo ocurrido . Pero con la contratación de Cenyt no fue así.

No supo qué fue de aquel trabajo de inteligencia, no conoció sus resultados, Cano no le proporcionó detalles ni matices y tampoco recuerda ya si le dijo abiertamente que era una orden de Francisco González, pero Goirigolzarri lo dio por hecho. Ha asegurado que asumió que la decisión de contratar a una agencia de inteligencia procedía del presidente como número 1 de la entidad financiera . Lo demás, la ejecución del contrato y los detalles, ya no imagina quién llevaría la batuta. Pero el inicio, «lógicamente», conforme ha dicho, tendría que venir del número uno, el único en el banco que podía 'puentear' al número dos, de acuerdo a las fuentes jurídicas consultadas.

La Fiscalía Anticorrupción había instado la declaración de Goirigolzarri también por otro asunto. En la documentación intervenida al polémico mando policial obraba un apunte en el que se refería que además pudo tener conocimiento en calidad de consejero delegado de una segunda fase de aquella operación, «Trampa II» , ya cuando el banco estaba en negociaciones con la entidad italiana BNL.

Sobre este particular, ha mostrado su «sorpresa» por el hecho de que se hubiese recurrido a servicios de inteligencia en aquella negociación, porque él estuvo al frente, manejaba muchos datos y ninguno apuntaba a tal cosa. Ni Cano ni Corrochano le informaron nunca de aquello, de acuerdo a su declaración.