El Gobierno sale en defensa de las empresas señaladas por Zelenski: «No tienen actividad en Rusia»

El ministerio ha asegurado que está, a través de la Secretaría de Estado de Comercio, en contacto permanente «con todas las empresas y asociaciones con intereses en Rusia», compañías con las que se ha mantenido «numerosas reuniones para acompañarlas en el proceso de suspensión de operaciones en Rusia».

«También se ha creado un buzón en la web del Ministerio, a través del cual se han aclarado dudas a más de 500 consultas . Las Oficinas Económicas de España en Rusia y Ucrania también colaboran en esta labor de información con las empresas y asociaciones de empresas españolas con actividad en Rusia», ha aclarado el ministerio.

La respuesta de Industria llega un día después de que Zelenski señalase públicamente a Porcelanosa , Maxam y Sercobe por sus negocios en Rusia. «Me quiero dirigir a Maxam, Porcelanosa y Sercobe y otras compañías españolas que dejen de hacer negocios con Rusia», reivindicó el líder ucraniano en la Cámara Baja, poniendo énfasis en que el Ejército ruso está cometiendo «crímenes de guerra contra la humanidad».

La reacción de Porcelanosa y Sercobe ha sido relativamente ágil. Sobre todo de la primera. La multinacional azulejera emitió a los pocos minutos un comunicado en el que explicaba que suspendió el envío de sus productos a Rusia desde que se excluyó parcialmente a este país del sistema internacional de pagos ‘Swift’ como parte de las sanciones impuestas por el despliegue militar efectuado en Ucrania. «Realmente, lo que está pidiendo Zelenski un poco se está cumpliendo» , señaló José María Segarra, directivo de la firma de Villarreal.

Este miércoles, la consejera delegada de esta firma, María José Soriano, explicó en declaraciones a Europa Press Televisión, que las informaciones expuestas durante la intervención del líder ucraniano son «incorrectas»: «Cuando empezó la invasión rusa en Ucrania suspendimos toda la relación con Rusia porque tampoco hubiera sido viable».

Mientras, fuentes oficiales de Sercobe has desmentido a este periódico «rotundamente» que mantenga cualquier tipo de transacción o negocio con empresas u organismos rusos tras la imposición de las sanciones internacionales. « Sercobe cumple rigurosamente la legalidad internacional, siendo uno de los referentes principales ante la Administración española en todos los temas regulatorias y de normativa», han remarcado desde esta patronal.

Más dudas existe con Maxam. «La situación es compleja», reconoce una fuente de la empresa a ABC. La compañía, dedicada a la fabricación y venta de explosivos para minería, obra civil y defensa, lleva ya 24 horas guardando silencio acerca de sus negocios en Rusia. Ayer, cuando el presidente ucraniano Volodimir Zelensky pronunció su nombre su página web dejó de estar operativa y así sigue a primera hora de la tarde del viernes.

Maxam es una empresa de origen vasco. En la fábrica de dinamita que inauguró Alfred Nobel en 1872, y que está situada en la localidad vizcaína de Galdacano, aún hoy trabajan 400 empleados. La relación del grupo empresarial, cuyo accionista principal es el fondo Rhône Capital, con Rusia viene de lejos. La empresa publicó en 2015, que el presidente de la compañía, J osé Fernando Sánchez-Junco, se reunió con altos cargos del Ministerio de desarrollo Económico de Rusia y del Ministerio de Industria y Comercio de la región de Krasnoyarsk (Siberia) para fortalecer una actividad empresarial que había comenzado en el año 2002. «Estoy convencido de que los proyectos que hemos comentado estos días supondrán un gran beneficio tanto para las empresas mineras rusas como para la consolidación de Maxam como compañía global », dijo entonces Sánchez-Junco.

A tenor de las cuentas de la compañía parece que no iba del todo desencaminado. El grupo empresarial, que cuenta con un volumen de negocio anual de un millón de euros, opera en Rusia a través de su filial Maxam Rusia que tiene sede en Moscú y emplea a más de 250 trabajadores . Además, cuenta con varias instalaciones productivas por todo el país, y opera en Siberia a través de la Unión Española de Explosivos-Siberia.

En sus cuentas anuales de 2019, a las que ha tenido acceso este periódico, los países de la antigua Unión Soviética suponían ya el 8% de su cifra de negocio . El mercado había experimentado, de hecho, un notable crecimiento respecto al año anterior. Esa tendencia se habría mantenido en los años siguientes. Algunas fuentes apuntan a que en el último ejercicio habría realizado operaciones millonarias tanto en la filial de Moscú como en sus instalaciones en Siberia que en conjunto podrían alcanzar los 8 millones de euros.