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Una crisis de naturaleza regresiva

«Las encuestas realizadas así como los datos estadísticos apuntan a que las familias con rentas más bajas han sufrido una mayor pérdida de ingresos; y que los empleos menos cualificados y de menor renta predominan entre los nuevos parados»

Gayle Allard

La crisis del Covid-19 es una crisis de naturaleza regresiva. Va a impactar con más dureza a los países más pobres y, dentro de cada país, a las rentas más bajas. Aunque, de momento, en España parece que las comunidades que más han sufrido han sido las de rentas más altas -Madrid y Barcelona-, estamos todavía en una fase muy temprana de la crisis económica y los datos disponibles en otros países desarrollados apuntan a que el impacto va a ser mayor sobre las rentas bajas. Las encuestas realizadas así como los datos estadísticos apuntan a que las familias con rentas más bajas han sufrido una mayor pérdida de ingresos; y que los empleos menos cualificados y de menor renta predominan entre los nuevos parados. Hay muchos motivos para este fenómeno.

Un primer motivo es la mayor facilidad que tienen los profesionales más cualificados (y mejor pagados) de trabajar en remoto. Las industrias mejor preparadas para el teletrabajo son software y tecnologías de la información, finanzas y medios de comunicación. En los servicios de ocio y viajes el trabajo en remoto es posible, pero bastante menos frecuente. Una encuesta de la Reserva Federal muestra que el 63% de las personas con título universitario pudieron trabajar a distancia durante el confinamiento, comparado con el 20% de los que tienen solo Educación Secundaria.

Otro motivo es el tamaño de la empresa. Los parones de actividad que han seguido al brote inicial del virus en los países desarrollados han puesto de manifiesto los pocos recursos que tienen las empresas pequeñas y los autónomos para sobrevivir a la crisis, a pesar de los ERTE y el apoyo a las pymes, en contraste con las grandes empresas. Los autónomos tienen aún menor capacidad.

Por último, dentro de los países desarrollados hay un impacto diferencial de la crisis entre los que tienen empleo estable y los más precarios, que en España son los temporales, los «falsos autónomos» o los que trabajan en la economía sumergida. Está recibiendo mucha atención la llamada «gig economy» , muchos de cuyos empleos son con contratos temporales y peor acceso a beneficios como seguro médico o pensiones, y con sueldos más bajos. Incluso en sectores bien preparados para el trabajo en remoto, estas personas son más vulnerables a una crisis económica.

Combinando las características del puesto de trabajo y los salarios registrados en EE.UU. , visualcapitalist.com ha elaborado un gráfico que señala las ocupaciones con mayor/menor riesgo y mayor/menor sueldo en EE.UU. Claramente, los trabajos más deseables son aquellos que combinan mayor sueldo con menor riesgo. Estos trabajos son: presidentes, directores de marketing, directores financieros, abogados, ingenieros informáticos, programadores y desarrolladores de páginas web, economistas y analistas financieros, agentes de ventas, diseñadores gráficos y profesores... Los de menor sueldo y mayor riesgo incluyen personal sanitario, bomberos y trabajadores sociales en general, y personal de vuelo. Aunque la distribución cambiará algo entre países, los resultados indican de nuevo que la gente con mejor preparación, muchos de los cuales ya ganan mayores sueldos, sentirán menos el impacto de esta crisis. Una importante excepción son los médicos, que en el gráfico aparecen con sueldos altos, pero con un nivel altísimo de riesgo ante el virus.

En el caso de España , la probable crisis del turismo va a dejar sin trabajo a un grupo numeroso de trabajadores de baja cualificación como camareros, empleados de hotel, empleados estacionales de las zonas turísticas, además de muchas pequeñas empresas que viven del turismo como restaurantes, agencias de viajes o apartamentos turísticos.

La crisis también va a ser regresiva entre países. Aunque hasta ahora las noticias se han centrado en los países desarrollados, son los emergentes los que más van a sufrir el impacto de la crisis económica, el parón del comercio internacional y los menores flujos de capitales que acompañan a la pandemia. Estos países se enfrentan a una crisis sanitaria sin la infraestructura con la que cuentan los más ricos, y sin la red de seguridad económica que países como España han podido desplegar en estos momentos. Así, Oxfam ha señalado que la crisis del Covid-19 llevará a la pobreza absoluta a unos 500 millones de personas más a nivel global. El nivel de desigualdad en la mayoría de los países ya estaba aumentando. Y parece evidente que el Covid-19 incrementará aún más la diferencia entre los ricos y los que menos medios tienen para enfrentarse a una crisis.

Gayle Allard es profesora de Economía en IE University

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