La fábrica alemana se atasca

En cuanto a los datos de la Oficina Federal de Estadísticas sobre mercado exterior, muestran que las exportaciones desestacionalizadas cayeron un 1,6% en diciembre , mientras que las importaciones también se redujeron en un 1,6%, lo que dedujo el superávit comercial a 18.800 millones de euros. Las perspectivas eran, sin embargo, de un aumento de las exportaciones de cerca del 0,5% y una reducción de las importaciones de solo medio punto, lo que indica que la crisis en los países socios, tanto de dentro como de fuera de la UE puede estar pasando a Alemania una factura mayor de la esperada.

El gobierno de Berlín ya se ha visto obligado a reducir en una décima su pronóstico de crecimiento para 2016 , situándolo en el 1,7% y en línea con el dato del año anterior. El impacto de la ralentización de China en las economías emergentes está formateando un entorno de fragilidad al que Alemania parece comenzar a ser vulnerable. "La fortaleza económica de Alemania es la envidia de muchos y evidencia el éxito de las políticas económicas, pero no es una garantía de prosperidad futura", ha reconocido el vicepresidente y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel.

Los nuevo pronósticos del Ministerio de Economía alemán contemplan un crecimiento del 1,9% del gasto de los consumidores, en línea con el dato de 2015, mientras que la inversión en construcción aumentará un 2,3%, frente al 0,2% del año anterior. "Desde principios de la legislatura, estamos trabajando duro para fortalecer las fuerzas del crecimiento y la innovación de la economía para ampliar la seguridad social y la sostenibilidad ambiental", ha asegurado Gabriel, que reconoce por ahora solamente un impacto “pequeño inicialmente en el mercado laboral" de la llegada masiva de refugiados y asegura que, a pesar del mayor gasto previsto en relación a la inmigración, la ratio de deuda este año se mantendrá por debajo del umbral del 70% del PIB.