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Esteban García-Canal: «Ha faltado voluntad para implantar reformas que mejoren la competitividad»

Este reputado experto señala que son motor de desarrollo económico y gracias a una mayor diversificación de sus clientes y un mayor músculo financiero logran superar mejor las crisis.

Esteban García-Canal, Director de la Cátedra Fundación Banco Sabadell de Crecimiento e Internacionalización Empresarial en la Universidad de Oviedo

Belén Rodrigo

Director de la Cátedra Fundación Banco Sabadell de Crecimiento e Internacionalización Empresarial en la Universidad de Oviedo, Esteban García-Canal analiza el papel de las grandes empresas en la economía española. Este reputado experto señala que son motor de desarrollo económico y gracias a una mayor diversificación de sus clientes y un mayor músculo financiero logran superar mejor las crisis.

–¿Qué papel ocupan las grandes empresas en la economía española?

–Las grandes empresas (incluso las de tamaño mediano) están infrarrepresentadas en la economía española en comparación con la media de la Unión Europea. Este es uno de los principales factores, aunque no el único, que explica la menor productividad de las empresas españolas.

–¿Cómo influiría en la economía contar con más grandes empresas y acelerar el crecimiento de las pequeñas?

–El tamaño empresarial es un indicador de la competitividad de un proyecto empresarial. Cuando una empresa crece orgánicamente eso está indicando que sus productos y servicios se ajustan a las necesidades del mercado y por eso gana clientes y cuota de mercado. Cuando una empresa crece a través de adquisiciones eso indica que es capaza de añadir valor a las empresas que ha integrado. Contar con más empresas grandes y competitivas aumentaría de forma notable nuestro PIB y nuestra riqueza como país.

–¿Qué papel tienen las grandes empresas en la creación de empleo?

— Las grandes empresas son un motor del desarrollo económico no sólo por su creación de empleo directo sino por su capacidad de arrastre a través de sus proveedores. Pensemos en lo que supone Inditex en La Coruña. Además, la gran empresa cuenta normalmente con métodos de trabajo y procedimientos más eficientes que son transferidos a través de toda su cadena de valor, elevando la productividad de todo el sistema.

–¿Qué estrategias están adoptando este tipo de empresas en la actual crisis?

–La casuística es muy variada. En general, las empresas se están centrando en los clientes/países menos afectados por la pandemia y en atender las nuevas necesidades que están surgiendo. En este sentido, las empresas con estructuras más ágiles son las que mejor están respondiendo.

–¿En qué sectores debería apostar nuestro país?

–España ha sido capaz de generar empresas multinacionales en prácticamente todos los sectores de actividad. En general, no soy partidario del dirigismo público en el desarrollo empresarial; los emprendedores deben dirigirse hacia aquellas áreas donde pueden aportar más. El problema en España es que hay menos proyectos empresariales con potencial de crecimiento de los deseables. Las políticas públicas deberían actuar sobre las causas por las que hay menos proyectos. Entre ellas podría destacar el alto coste energía, fuga de talento al extranjero, trabas a la creación de empresas, escasez de ayudas e incentivos eficaces al I+D+I, rigideces en el mercado de trabajo, entre otros. El diagnóstico de los problemas de competitividad de la economía española está hecho hace mucho tiempo. Ha faltado quizás la voluntad para implantar las reformas necesarias.

–No querer dar el salto a la gran empresa ¿es un problema cultural o burocrático?

–También hay empresas que no quieren crecer. Un plan de crecimiento conlleva asumirriesgos tanto de inversión como reputacionales. Para algunos grupos familiares puede implicar inversiones que exceden su capacidad de endeudamiento y/o que les obligan a cambiar su modelo de gestión. Todo esto les frena debido a que no quieren perder el control de su negocio. También hay regulaciones que se vuelven más rígidas con el tamaño, como las fiscales, y que deberían reformarse. La gran empresa debería verse como un elemento tractor de la economía a proteger.

–¿Esta crisis nos dejará menos grandes empresas ?

–Lo normal es que asistamos a procesos de consolidación en algunas industrias, con lo que habrá menos grandes empresas, pero con ventajas competitivas reforzadas.

–¿Qué relación hay entre el mundo emprendedor y el de la gran empresa?

–Son muy complementarios. El desarrollo económico requiere emprendedores con proyectos con potencial de crecimiento, capaces de generar las grandes empresas del futuro. Por otro lado, hay muchos proyectos de emprendimiento que ya nacen con el objetivo de integrarse (ser comprados) por una gran empresa. Esto es muy habitual en el mundo tecnológico. El problema es que hay muchas compañías que se quedan permanentemente en un status de pequeña empresa. A veces se ve como un drama su desaparición, pero tendríamos que tener una visión «schumpeteriana» de este asunto: cuando una empresa ineficiente desaparece está liberando recursos para que sean destinados a fines más productivos, lo que Schumpeter denominaba destrucción creadora.

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