España, sin el turismo ruso: en juego, 2.000 millones y el cuarto visitante por gasto

Aunque el ciudadano ruso estaba conquistando a España a través del bolsillo. Es uno de los que más gasta con un desembolso medio de 1.500 euros por persona antes de la pandemia (la cuarta nacionalidad que más gasta), con los que aportó 1.992 millones al PIB turístico en 2019, según los datos del I nstituto Nacional de Estadística (INE) .

En todo caso, las principales patronales del sector turístico rechazan que el impacto de la pérdida del turista ruso tenga gran calado en la recuperación para el sector este año que espera cerrar 2022 con el 90% de los ingresos de 2019 (más de 140.000 millones, según Exceltur). Lo que no resta que la ausencia de este mercado pueda golpear con especial dureza en algunas zonas geográficas, convirtiendo la recuperación del sector en España en asimétrica.

La posibilidad de que el turismo ruso deje de venir a España es temida especialmente en Cataluña, que es la comunidad que más visitantes atrae de esta nacionalidad, sumando entre el 50 y el 60% del total de entradas en nuestro país. Según datos de la Agencia Catalana de Turismo , en 2019 -último antes del impacto de la pandemia- vinieron a Cataluña 795.000 turistas procedentes de Rusia y realizaron un gasto de 1.167 millones de euros, lo que supone una nada despreciable media de 1.492 euros por visitante. Una aportación significativa que posicionó al turismo de ese país como el quinto que más ingresos dejó en la comunidad durante ese año, proporcionalmente más que su correspondencia en volumen total.

Las preferencias que tiene el turista ruso son las de realizar un viaje por ocio y vacaciones en la mayoría de los casos acompañados por la familia, mientras que su medio favorito para llegar es el avión y su alojamiento principal el hotel. Asimismo, es un visitante que viene durante todo el año -algo muy apreciado por el sector en su afán por desestacionalizar-, con un alto poder adquisitivo y que se desplaza por todo el territorio, ya que está interesado por el turismo urbano, las zonas de playa, la cultura y la gastronomía . Una de sus destinaciones preferidas en territorio catalán es la Costa Dorada (Tarragona), donde se posicionó como el tercer mercado más importante a nivel internacional, con más de 1,2 millones de pernoctaciones en 2019.

En lo que se refiere a Barcelona , un total de 318.290 rusos la eligieron la capital catalana como destino, con un notable impacto en cuanto a estancias en hoteles: fueron la séptima nacionalidad en tiempo de estancia y presencia en este tipo de alojamientos a nivel internacional, según datos del Observatorio de Turismo de Barcelona. Los rusos también fueron grandes compradores, en 2018 gastaron un total de 3.313.62 euros y 2019 el desembolso fue de 3.518.798. Con gran fijación en los bienes de lujo con artículos como las joyas, la bisutería, los productos textiles o los automóviles, el turismo ruso es especialmente apreciado en el gran eje de las compras internacionales de Paseo de Gracia . También en destinos más populares como localidades de playa como Salou (Tarragona), donde hoteleros consultados por este diario aprecian su carácter tranquilo, familiar e interés por la cultura.

La invasión de Ucrania está teniendo un impacto económico en el turismo de Benidorm y la Comunidad Valenciana por los costes, más que en el volumen de pernoctaciones, y el sector tiene que asumirlo en su margen de beneficios sin repercutirlo en los precios, ya que la mayor parte de las reservas para Semana Santa se han vendido ya a través de touroperadores.

«La situación de turbulencia provoca una inflación de la materia prima y de todo tipo, no tanto en cuanto a la llegada de turistas, ya que venían algunos, pero más bien se trata de segunda residencia, gente que compra apartamentos, que también es negocio importante, pero para el alojamiento afecta menos», ha explicado Toni Mayor, el presidente de la agrupación hotelera autonómica Hosbec, con sede en Benidorm.

De momento, tampoco se ha visto un menor tránsito de viajeros, de movilidad, en otros mercados emisores situados en la zona del Este de Europa. «Estamos lejos del conflicto, no en la situación de Bulgaria, Turquía y otros destinos, además, España se percibe como una zona segura y ahora vamos bien, poco a poco recuperando la normalidad», ha añadido.

No obstante, en el sector ven con preocupación una posible retracción del consumo, en general. «No es bueno, en general, un conflicto así, porque el incremento del coste de la vida para el turista europeo puede llevar a que si una familia tiene que pagar más por la cesta de la compra, no viaje», señala el presidente de Hosbec.

De momento, se resignan a esperar el fin de la guerra, que llegó como un imprevisto «irremediable» igual que otros recientes, caso del coronavirus, sin poder compensar la inflación. «Los touroperadores han vendido casi todo ya de forma anticipada, solo se puede repercutir algo en las reservas de última hora y las realizadas en Internet, en función de la oferta y la demanda», detalla Mayor.

Aunque en global, la coyuntura es favorable. Según sus últimos datos, Hosbec ha destacado que los británicos ya han dado el «sorpasso» en Benidorm superando por primera vez en cuota de mercado a los turistas españoles, dato que no se veía desde el inicio de la pandemia y que confirma las buenas previsiones que el sector manejaba desde que se controló la sexta ola de la pandemia.

«Además, estos datos son doblemente satisfactorios porque se dan sobre oferta de planta abierta que tampoco se veía desde marzo de 2020. La planta hotelera está prácticamente al 100% operativa en Valencia y Costa Blanca y se aproxima al 90% en Benidorm y Castellón», resaltan desde Hosbec.

«Para Baleares todos los destinos son importantes pero el turismo ruso no tiene un impacto tan decisivo como el alemán, el británico o los países nórdicos», reconoce la Federación Hotelera de Mallorca (FEHM) sobre la dimensión del daño económico que supone la pérdida de este turista en comparación con otros mercados emisores mucho más consolidados.

El aumento del turismo ruso en Baleares hace diez años sólo fue un espejismo. Pese a los esfuerzos de empresas como Natalie Tours o Anex Tour , la ilusión se fue deshinchando, y la pandemia y la guerra han supuesto una estocada.

En 2019, las ventas de reservas turísticas desde Rusia a Mallorca se triplicaron gracias a la mejora de la conectividad aérea, la subida del rublo y la apuesta de los principales grupos turísticos. Los rusos gastaron unos 1.400 millones de euros en sus vacaciones a España, de los cuales algo más de 1.100 se quedaron en las Islas. Aun así, las pernoctaciones de visitantes rusos en Mallorca ocuparon el 11º puesto, por detrás de Alemania, Reino Unido, España, Francia, Suecia, Países Bajos, Suiza, Italia, Dinamarca y Noruega . Al año siguiente, en 2020, bajó hasta el puesto 21, y hasta el 22º en 2021.