Hazte premium Hazte premium

España aún no encuentra la tecla del teletrabajo

Un artículo de la Comisión Europea subraya que arraigados estigmas y viejas prácticas organizacionales siguen situando a nuestro país en la cola europea del trabajo a distancia

Rosalía Sánchez

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Telefónica ha superado los objetivos de despliegue de la tecnología 5G en España para 2020, con la cobertura de 1.200 poblaciones y el hito del 76% del territorio nacional conectado. La instalación de 4.000 nodos cubre desde las grandes ciudades hasta algunas poblaciones de menos de 150 habitantes. Si bien es cierto que, en esta primera fase, emplea una tecnología que combina el despliegue 5G NSA (Non Stand Alone) y DSS (Dynamic Spectrum Sharing) que no proporciona todas las prestaciones 5G, que llegarán tras la estandarización. El despliegue nos situará claramente a la cabeza de Europa en esta tecnología, por delante de Alemania e Italia, lo que abrriría la puerta al crecimiento económico exponencial que se deriva de ella.

El BCE advierte, sin embargo, que España no se librará de la brecha digital ni gozará plenamente de los efectos de esa ventaja estructural debido a que el número de empleados que puede trabajar desde casa es aún muy inferior al de otros países europeos. Esta es una de las conclusiones del artículo sobre el impacto de la pandemia en el mercado laboral de la zona del euro incluido en el boletín económico del BCE, que ha sido preparado por Robert Anderton, Vasco Botelho, Agostino Consolo, António Dias da Silva, Claudia Foroni, Matthias Mohr y Lara Vivian. El «home working» sigue sujeto en España a una organización del trabajo atrasada e incluso a un estigma que vuelve a alejarnos de los puestos de cabeza.

Grandes diferencias

La cuota de trabajadores con empleos en los que es posible el teletrabajo supera el 50% en las regiones de la capital del Reino Unido, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Suecia, pero es sólo del 20% en algunas regiones de España, Grecia y Rumanía, según datos del BCE. El número de empleados que trabaja desde casa de forma regular u ocasional varía mucho entre regiones, un 70% en Estocolmo y un 45% en París y Londres, pero sólo un 10% en buena parte del territorio español. Castilla y León y Cataluña ni siquiera llegan a ese 10%. Estas diferencias han sido ya causa de perjuicio en 2020, puesto que fueron regiones en la que no se pudo implementar rápidamente el teletrabajo para sobrellevar la pandemia. También impedirán desarrollar en esas regiones la economía del siglo XXI. Y esto se debe «a las diferentes normas sociales y al estigma vinculado a trabajar desde casa», según los economistas del BCE.

El INE contabiliza que más de cuatro millones de personas en España dispone de la opción de teletrabajo, un 22,3% de la población ocupada. En Europa, el trabajo en remoto ha alcanzado de forma efectiva el 33% de los empleados y el 46% de los ingresos anuales en la zona euro, protegiendo el empleo entre los trabajadores con niveles de educación elevados y empleos bien remunerados. Las profesiones más propicias para el teletrabajo incluyen a empleados de banca, técnicos de la información y la comunicación, y la mayor parte de los directivos y expertos, mientras que otros trabajos exigen objetivamente la presencia, como vendedores, servicios de limpieza y sanidad. Pero las diferencias territoriales en la implantación del trabajo desde casa surgen también de una determinada cultura del trabajo asociada a la vida social en la oficina, así como de limitaciones relacionadas con los equipos y habilidades digitales, dice el informe del BCE, en referencia al conjunto de herramientas que van desde conexiones de banda ancha adecuadas hasta la formación para los entornos del trabajo a distancia.

Nueva mentalidad

«Las opiniones sobre el trabajo desde casa han cambiado por completo en algunas regiones», dice el economista de la Universidad de Stanford Nicholas Bloom, codirector del programa de Productividad, Innovación y Espíritu Empresarial de la Oficina Nacional de Investigación Económica. «Ahora ya no existe el estigma de trabajar desde casa y allí donde no se produce ese cambio de mentalidad las consecuencias serán negativas». Twitter ya avanzó en mayo que la mayoría de sus empleados seguirán teletrabajando en el futuro, recuerda Barbara Larson, profesora de administración de la Northeastern University, que recomienda «buscar quién sí funciona en remoto y estudiar quién regresa a la oficina o puede quedarse en casa». Sin olvidar que el «home working», una vez superada la pandemia, no estará circunscrito a las cuatro paredes del domicilio. Los espacios de «coworking» crecen y «disminuye lentamente la oficina tradicional», constata Utopicus, la firma de «coworking» de Colonial, que predice un trasvase de ese modelo tradicional al «flexible» bastante más rápido en las empresas medianas, de hasta 50 empleados.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación