España maniobra para escapar de las condiciones que le exigirá la UE

El centro de la discusión será saber quién decide si esa condición de poner en marcha las reformas se ha cumplido o no. A cambio de participar en las ayudas, los países «frugales» , los más rigurosos con el gasto (Holanda, Dinamarca, Suecia y Austria) y otros que no están en su órbita, piden poder participar en la discusión de si se dan o no las condiciones y para ello han sugerido que el Consejo tenga capacidad para intervenir , como sucedía con el Eurogrupo en los rescates de Grecia, Chipre, Irlanda y Portugal. En una primera reacción, el Gobierno español a través de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ya ha dicho desde Varsovia que esa posibilidad no le parece adecuada y que prefiere que se usen «los mecanismos de control existentes».

«He escuchado a todo el mundo» -dijo Michel en referencia a la ronda de contactos que ha tenido con todos los gobiernos de los países miembros- «y está claro que queremos estar seguros de que las reformas se llevarán a cabo para que nuestras economías sean más fuertes en el futuro y para ello necesitamos un papel más relevante para el Consejo». El primer ministro holandés Mark Rutte había insistido después de una cena en Berlín con la canciller Angela Merkel el jueves que para él «es muy importante que el fondo de recuperación se implemente junto con reformas para que todos los estados miembros de la UE sean fuertes».

Hasta ahora las recomendaciones de la Comisión se controlaban por sus propios servicios, que por su propia naturaleza evitan siempre cualquier confrontación con los países. Durante la década anterior la Comisión no llegó a imponer ninguna multa por déficit excesivo a ningún país y las reformas que pide y que teóricamente han de ser llevadas a cabo, se repiten un semestre detrás de otro porque los países se resisten a pagar el precio político que conllevaría ejecutarlas.

Esta proposición es por ahora la única base de negociación para la cumbre de la semana que viene , la primera que los líderes europeos celebrarán en persona desde el inicio de la pandemia. Charles Michel ya había dado a conocer esta proposición a los embajadores de los países miembros, de modo que l as capitales ya están haciendo cálculos sobre las cantidades y sobre los esquemas de voto cualificado necesarios para obtenerlas.

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño , había pedido tiempo antes de hacer comentarios cuando habló con los periodistas al término de la reunión virtual del Ecofin, ayer por la mañana. Su colega de Exteriores, que también conoce la Comisión porque ha trabajado en sus filas, fue más directa y después de una reunión con su colega polaco, dijo que ambos estaban de acuerdo en que «en la UE ya existen mecanismos que ofrecen cauces bien establecidos , bien rodados y útiles para la aprobación de cuestiones relativas a reformas que los países deben hacer» y que por eso lo les parece bien esa mayor intervención del Consejo.

Para Polonia , el problema no son las reformas económicas, que va implementando prácticamente desde cero. Lo que no le gusta a su gobierno nacional-populista y euroescéptico son las exigencias de mantener el respeto al estado de derecho , que también son una condición para recibir ayudas para la reconstrucción.

Michel dijo ser consciente de que «para algunos países esta es una cuestión sensible y lo que yo propongo es un puente para que haya un compromiso entre el papel del Consejo y el de la Comisión ». En lo que no hay dudas es en que su propuesta incluye la exigencia de que para poder recibir dinero europeo a fondo perdido, los países deberán ejecutar las reformas que les han sido recomendadas en los últimos años en los análisis de la Comisión.

En el caso de España , todos los semestres se repiten machaconamente la reforma del sistema de pensiones y la profundización de la reforma laboral que hizo el PP en si día y que para los técnicos de Bruselas se quedó demasiado corta. También se incluye una mejora del mercado interior , es decir, acabar con la fragmentación que suponen en ocasiones las especificidades autonómicas. En la cumbre del viernes, la canciller Merkel ha dicho que espera que se llegue a un acuerdo por unanimidad y que todo el mundo va a tener que ceder. Unos tendrán que poner el dinero y otros deberán asumir las condiciones para recibirlo.