Los escenarios de la tragedia helena

Si finalmente los líderes europeos convencen a Papandreu de que retire su pretensión de convocar un referéndum, seguirá adelante el plan pactado con la UE, que incluye una quita del 50% de la deuda griega; o, lo que es lo mismo: se «perdona» al Estado heleno la mitad de lo que debe. Y, a cambio, lógicamente, se exigirán más sacrificios a los ciudadanos. Eso sí, el plan necesita la aprobación del Parlamento heleno, en el que, de momento, el partido socialista tiene mayoría. Pero puede que haya deserciones en sus propias filas y el Gobierno se vea obligado a dimitir. De hecho, mañana el presidente se enfrenta a una moción de confianza que podría provocar la caída del Ejecutivo. Ocurra lo que ocurra, el órdago ya ha hecho un enorme daño a la ya deteriorada credibilidad de Europa.

2 Hay referéndum y Grecia vota sí al euro

Si Papandreu logra finalmente ganar la moción de confianza, sigue adelante con el referéndum y Grecia vota sí al euro y al rescate, el presidente tendrá legitimidad para aplicar las fuertes medidas de ajuste que tendrá que exigir a los ciudadanos. El problema es que hay por delante otros dos meses de incertidumbre que el resto de Europa, de momento, no está dispuesta a aceptar. La imagen que queda es que quien no ha hecho los deberes, quien ha engañado y quien no es capaz de pagar su deuda marca el paso al conjunto de Europa y del mundo.

3 Los griegos dicen no al rescate

Este escenario llevaría a una inevitable suspensión de pagos de Grecia, ya que el país sería incapaz de afrontar la devolución de sus deudas sin ayuda internacional. Pero, además, tampoco podría hacer frente al pago de los sueldos de sus funcionarios o de las pensiones, según el propio Ejecutivo reconocía hace unas semanas. De no aceptar el rescate, Grecia tendría que arreglárselas con sus propios ingresos fiscales, ya que nadie se va a arriesgar a financiar a un país en quiebra.

4 Los más perjudicados

Si Grecia va a la quiebra, sus acreedores, fundamentalmente los bancos franceses y alemanes, pero también los estadounidenses, que poseen buena parte de los seguros de impago (CDS) de la deuda griega, serían los más perjudicados.

5 Salida del euro

El actual Tratado no prevé ni la expulsión de un país del euro ni su salida voluntaria. Pero los tratados pueden modificarse, y Grecia siempre podría volver al dracma. En este caso, el país se empobrecería, pero podría devaluar su moneda y ganar competitividad frente al exterior. Pero su deuda seguiría contraída en euros y su capacidad de pago sería incluso más limitada que ahora.

6 Contagio a otros países

Y el mayor riesgo de que Grecia abandone el euro es, según algunos expertos, para el conjunto de la eurozona. Tras la salida de un país del euro se crea un precedente que podría suponer que otros estados salieran después. Pero crecen las voces a favor de dejar caer a Grecia, porque todas las ayudas son parches que solo prolongan una agonía.