EnlightED, puertas abiertas a la educación inclusiva

Como representante del gobierno, Isabel Celaá destacó cómo, de acuerdo a estimaciones de la OCDE, un 22% de los trabajos seran susceptibles de cambio en un futuro próximo; la necesidad de destinar un 5% del PIB (horizonte, 2025) en formación de alumnado y profesorado; un Plan de Conectividad que alcance a todos los centros españoles: una cada vez mayor cualificación de la Formación Profesional («con cotas de empleabilidad muy elevadas»)… un panorama de irrenunciable compromiso social para garantizar la educación universal y de calidad.

Hasta el 4 de octubre, EnlightED repasó, por lo tanto, todo lo que la tecnología puede aportar a una educación propia de un mundo globalizado, en el que la llegada de nuevos trabajos, la desaparición de otros y, en todo caso, la formación continua, nos acompañarán en el recorrido. Tanto el «frío» de la tecnología como el «calor» de la personalización y, a la vez, de la universalidad, sirven en este proceso.

Por ello, José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, abogó, durante su presentación en la jornada inaugural, por una educación marcada por la tecnología pero con el foco en el ser humano: « Es tiempo de poner a las personas primero». Una educación que mejore a los que la tienen y que permita acceder a ella a los que no la tienen, que impulse las competencias personales y profesionales.

Álvarez-Pallete también señaló la importancia de la conectividad («está en el centro de la educación, y el 5G la llevará al siguiente nivel»), sobre todo en un país como España, cuya cobertura de fibra óptica es «superior a la de países como Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal juntas, y crecerá del 80% al 100% del territorio», fundamental para conseguir una educación en la que cualquier alumno pueda ser un alumno digital, en la que no solo los perfiles STEM seran vitales, también las Humanidades y demás disciplinas («es la hora de formar sociólogos digitales, economistas digitales, profesores digitales…»). Un modelo irrenunciable para realizar con éxito la transición digital, otro desafío del siglo XXI, como en el caso de la transición energética: «En un proceso que sera inclusivo o justo, o no será».

En línea con los objetivos del «Mobile World Congress de la Educación a nivel mundial», como lo definió el presidente de Telefónica durante su ponencia; Santiago Íñiguez de Onzoño, presidente ejecutivo de IE, destacó para ABC Empresa la condición impulsora-proyectora de este evento: «Es una plataforma que intenta atraer a todos los agentes sociales que pueden aportar a la educación: empresas e instituciones empleadoras, generadores de opinión (por supuesto, los medios de comunicación), a la administración pública, a los nuevos innovadores y emprendedores que están creando ‘edtechs’, etc.». Y en todo caso, con una imprescindible base de trabajo: «Concienciar sobre la importancia de la aportación tecnológica para personalizar, potenciar la formación al máximo, huyendo de la estandarización, para identificar y, potenciar, las habilidades y capacidades de los alumnos».

Íñiguez de Onzoño subraya, además, la importancia de contar con las universidades como «motores de innovación, a partir de la tradición educativa», de la interacción con las empresas y de evitar el exceso regulatorio en una actividad que debe ser «muy fluida, no hay que inhibirla». Una educación que se ajuste a las necesidades de los estudiantes y del mercado, con títulos en la institución que dirige como el Tech MBA: «Incorpora las tecnologías más actuales y los contenidos más innovadores para formar a directivos de grandes empresas que van a guiar el rumbo tecnológico del futuro»… En todos los puestos, en cada modelo de negocio, el acierto en la educación permitirá que la tecnología ofrezca todo tipo de oportunidades accesibles para todo tipo de personas.