Las grandes empresas públicas perderán más de los 2.413 millones estimados por el Gobierno

Los Presupuestos Generales del Estado contemplan, para todas ellas, unas pérdidas de 2.413 millones de euros. Destacan las pérdidas de 762 millones que tendrán Adif y Adif Alta Velocidad en conjunto , los 581,6 millones que estima el Ejecutivo para Aena y los 581,9 que prevé para su matriz, Enaire. Unas cifras que, sin embargo, han quedado desfasadas con el estallido de la segunda ola , tal y como han reconocido algunas de las propias empresas.

Los cálculos que despiertan más dudas son los de Aena y Renfe. La primera remitió, apenas unos días después de publicarse las cuentas del Ejecutivo, un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV ) en el que destacaba que las estimaciones del Ejecutivo se veían afectadas por «la rápida evolución de los efectos derivados de la pandemia de la Covid-19 que ha tenido lugar desde que se elaboraron dichas previsiones».

El gestor aeroportuario también hizo referencia a «los cambios en las expectativas sobre el cierre de acuerdos con los operadores de las actividades comerciales en los aeropuertos que, hasta la fecha, no se han materializado». Como resultado, Aena consideraba que la previsión de pérdidas recogida en los Presupuestos «no se corresponde con la actual previsión» para el cierre del ejercicio.

La incertidumbre que mencionaba la compañía pública no solo se ha mantenido desde entonces, sino que ha aumentado. El tráfico de los aeropuertos españoles cayó un 82% en octubre , un desplome que fue todavía mayor (cercano al 90%) en los trayectos internacionales. Y se espera que los resultados de noviembre arrojen unos porcentajes similares, ya que las restricciones a la movilidad se han mantenido en toda Europa y se han incrementado en España, que exige desde hace unas semanas una PCR negativa a los turistas que aterrizan en el país procedentes del extranjero.

Renfe es la otra empresa pública que genera a día de hoy más dudas. Los Presupuestos estiman unas pérdidas de 204 millones de euros para este año. Pero los números rojos superaban los 330 millones en octubre. Y según fuentes cercanas al operador, se han ampliado hasta los 380 millones durante las últimas semanas . Pese a ello, el presidente de la compañía pública, Isaías Táboas, ha asegurado en varias ocasiones que las pérdidas rondarán los 200 millones a finales de año.

Las citadas fuentes consideran que este cálculo es, no obstante, muy complejo de cumplir, porque tal y como ha destacado Táboas la demanda de viajeros representa por el momento el 22% de lo que suponía en el mismo periodo del año pasado. Y no se espera que registre cambios de aquí a final de año.

Adif también asegura que cumplirá las previsiones fijadas por las cuentas públicas, si bien estas reflejaban un agujero mucho más grande para el administrador ferroviario. Los Presupuestos de 2021 establecen que Adif perderá 275 millones este año y Adif Alta Velocidad se dejará 487,4 millones. En total, un resultado negativo de más de 762 millones de euros , motivado fundamentalmente por la caída de los ingresos derivada de la escasez de trenes en circulación.

El panorama más allá de las empresas agrupadas bajo el paraguas del antiguo grupo Fomento no es mucho más alentador. El vicepresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Bartolomé Lora, ha asegurado que las empresas del grupo tendrán unas «pérdidas históricas» que llevarán al «holding» a registrar unos números rojos cercanos a los 500 millones de euros.

Dentro del grupo, la crisis se ha cebado con Correos. La empresa logró unos beneficios de 14,8 millones en 2019 tras cinco años consecutivos de pérdidas. Pero este año sufrirá un severo correctivo que alcanzará, según los Presupuestos, los 285 millones de euros. Lora aseguró que en 2020 se enviarían 400 millones de cartas menos, un desplome que ampliará las caídas producidas en los últimos años por la digitalización de la mensajería. Además, desde la SEPI también han abierto la puerta a que las pérdidas tanto de Correos como de Navantia, otra de las empresas del «holding», sean finalmente mayores a las presupuestadas por la dureza de la segunda ola.

La única empresa pública que parece mantenerse al margen de la crisis del coronavirus es la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae). Durante los últimos años Loterías se ha erigido como la «gallina de los huevos de oro» para el Estado , una situación que parece mantenerse en plena pandemia. Los Presupuestos cifran unas ganancias de 1.565 millones para Loterías en 2020, unos beneficios que se ampliarían a 1.639 millones el año que viene. Todo ello pese a la caída de ventas que, tal y como reconocen los loteros, está sufriendo la compañía pública.

Lo cierto es que Selae representa en este caso la excepción que confirma la regla. Y ante el catastrófico ejercicio que están viviendo, las empresas intentan diversificar sus fuentes de ingresos, sobre todo las que dependen más de la movilidad y el turismo.

Aena, por ejemplo, ya aseguraba antes de la crisis que pretendía depender menos del sector aéreo , y para ello tenía previsto realizar una apuesta decidida por su división comercial. Por su parte, Renfe ya ha anunciado públicamente que estudia entrar en el negocio del comercio electrónico, fomentando las denominadas autopistas ferroviarias a través de su filial Renfe mercancías.