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¡Cómo cambian las cosas en Rusia!
A un año de las elecciones presidenciales, el país ha tomado medidas positivas para reducir su dependencia del petróleo y el gas y va por buen camino para celebrar la Copa del Mundo en 2018
jim O'neill
La semana pasada participé en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, junto con diversas personalidades del mundo de los negocios y de la política reconocidas a escala internacional, para debatir sobre las perspectivas de crecimiento mundial. Mientras pensaba en el futuro de Rusia antes ... de llegar a este foro, me vinieron a la memoria recuerdos de las conferencias del verano de 2008. En aquella ocasión, estaba encargado de moderar los debates en relación a Rusia y aportar mi visión sobre la Rusia que nos encontraríamos en 2020. Teniendo en cuenta que por aquel entonces los precios del petróleo rondaban los 150 dólares por barril, a los asistentes les sorprendió mi falta de optimismo. Muchos de los medios de comunicación allí presentes describieron mis opiniones como pesimistas y sugirieron que las autoridades se sentirían molestas debido a que no situaba a Rusia entre las cinco economías más destacadas para 2020. Diría que mis proyecciones sobre la economía —con un PIB de 2,5 billones de dólares— eran realistas y equilibradas, y además reflejaban los riesgos y oportunidades a los que se enfrentaba un país como Rusia. Estaba seguro de que el país se encontraría entre las 10 economías de mayor tamaño del mundo, pero me parecía difícil que fuera una de las cinco primeras. En los debates posteriores a mi intervención, intenté hacer ver a mis interlocutores que nada se mueve en línea recta —ni siquiera los precios del petróleo— y que sería poco probable que éstos volviesen a multiplicar su valor por siete, tal y como había ocurrido desde que definiera el concepto «BRIC». Todos sabemos lo que ocurrió poco después y resulta obvio que Rusia tuvo un turbulento 2009. Incluso hoy en día, resulta común valorar negativamente el futuro de Rusia, a pesar de que los precios del petróleo han aumentado más del doble desde los mínimos que alcanzaron en 2009.
La semana pasada, me tildaron de ser ligeramente optimista acerca del futuro de Rusia. En realidad, resulta bastante fácil serlo en medio de una atmósfera tan pesimista. Recibo un correo electrónico casi a diario en el que se me pregunta cuándo voy a quitar la «R» a los BRIC. ¡Incluso hay autoridades de otros países en vías de desarrollo que aspiran a entrar en este grupo y que me piden que quite la «R» e introduzca la letra inicial de su país! Sin embargo, no tengo muy claro que vaya a ser así y trato de mantenerme fiel a lo que afirmé en 2008. Creo que Rusia crecerá entre un 3% y un 4% de media en esta década. Aunque actualmente existen riesgos a la baja, también observo señales que indican crecientes riesgos al alza. A lo largo de mi carrera he aprendido que lo verdaderamente importante de una crisis es aprender de ella y no dejar que sus lecciones caigan en saco roto. En este contexto, cada vez me pregunto más si la crisis crediticia, con todo lo malo que trajo consigo, no ha sido un hecho positivo para muchos países, visto desde una perspectiva general. Creo que este es el caso de China, EE.UU. y posiblemente también Rusia. Gracias a que la crisis se manifestó con todo su potencial desde el principio, las autoridades rusas tomaron medidas para reducir su dependencia del petróleo y el gas, debido a la vulnerabilidad del país a las bajadas pronunciadas y rápidas en los precios del petróleo. A pesar de que aún es temprano para juzgarlo, en mi opinión Rusia ha acertado de pleno. Asimismo, parece que cada vez hay más señales que indican que las medidas que el país tomó en el pasado para afrontar sus problemas demográficos están dando sus frutos. Algunos expertos en este campo me comentan que la esperanza de vida en varones ha experimentado un crecimiento notable y actualmente ha superado los 60 años. Además, también han sido bien acogidas las últimas políticas anunciadas por las autoridades para tratar de aumentar aún más la tasa de natalidad.
Rusia crecerá entre un 3% y un 4% de media en esta década, aunque aún existen riesgos
Sin embargo, es obvio que Rusia afronta sus propios desafíos, como es el caso del entorno empresarial, el cual continúa siendo inhóspito para muchos inversores extranjeros. Estos inversores tienen dificultades para entender la forma de hacer negocios del país y tienen poca confianza en el ordenamiento jurídico al que se tendrían que enfrentar en caso de litigio con otra empresa. Sin embargo, incluso en esta área parece que algunos reguladores tratan de cambiar el entorno empresarial, por lo que será interesante observar la reacción de los inversores internacionales ante las próximas OPV. Posiblemente sería de gran ayuda que estas operaciones fueran bien.
Las próximas elecciones presidenciales representan uno de los asuntos de mayor importancia, así como los candidatos que se presenten y el futuro ganador. Este asunto atraerá muchas miradas en los próximos 12 meses, aunque, una vez termine, los temas anteriormente mencionados recobrarán su importancia natural.
No obstante, por encima de todo, Rusia tiene en la organización de la próxima Copa del Mundo de fútbol su mayor reto. Como «Mr. BRIC», estoy tremendamente ilusionado por el hecho de que los únicos países que albergarán las ediciones de la Copa del Mundo de fútbol en esta década serán Brasil y Rusia. Es algo fantástico y confirma la creciente importancia de BRIC. Es una gran oportunidad para Rusia, especialmente porque tiene ante sí siete años para utilizarlo como elemento de motivación para mejorar sus infraestructuras y hacer más fácil viajar por el país. Estas reformas pasarán a ser un legado duradero y un excelente activo para mejorar la productividad del país. Tuve la oportunidad de presenciar la final de la Liga de Campeones en Moscú-2008 en la que mi querido Manchester United se hizo con la victoria. Sin embargo, mientras la organización del acontecimiento en el estadio fue fantástica, la salida del país a través del aeropuerto no fue tan fluida. Tal y como podría confirmar cualquier usuario regular del aeropuerto de San Petersburgo, al segundo aeropuerto de Rusia le vendría bien una importante reforma. El contraste con China resulta sorprendente.
Sigo regularmente un índice compuesto por 13 variables diferentes que considero claves para medir la sostenibilidad del crecimiento y de la productividad: el Growth Environment Score. En este índice, Rusia no registra la menor puntuación entre los BRIC. Lo más sorprendente sea que es la India quien ocupa ese lugar. Rusia aparece inmediatamente después, ligeramente por detrás de Brasil y China. Entre los principales emergentes, Corea —quien probablemente no debería seguir portando esta etiqueta— registra una altísima puntuación. Las autoridades reguladoras rusas deberían estudiar la productividad de Corea para extraer lecciones que puedan ayudarles a seguir progresando. En mi opinión, parece que se están produciendo importantes cambios positivos en Rusia; esperemos que el país continúe esta senda.
Jim O'Neill es Presidente de Goldman Sachs Asset Management
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