El PIB de EE.UU. sufre un golpe histórico y cae un 9,5% en el segundo trimestre

La caída anualizada, publicada ayer por el Departamento de Comercio, es notablemente superior a la registrada en el primer trimestre (del 5%) y no cuenta con precedentes en la serie histórica que mide el PIB de Estados Unidos desde 1948. Y podría haber sido peor, ya que los analistas estimaban que la economía americana se derrumbaría un 35% entre abril y junio.

El dato, no obstante, debe ser analizado con cautela. Estados Unidos utiliza una metodología diferente a la de Europa para calcular la evolución de la economía, que consiste en evaluar la producción de bienes y servicios durante un trimestre , compararla con el trimestre anterior y calcular cuál sería la caída en el conjunto del año si la tendencia se mantuviera durante los siguientes meses.

Este sistema distinto de medición no oculta sin embargo el histórico desplome que sufrió la economía americana entre abril y junio. Durante los peores meses de la crisis producida durante la década pasada, el PIB estadounidense cayó un 8,4% en tasa anualizada, lo que supone casi cuatro veces menos que ahora.

«El declive del PIB en el segundo trimestre refleja la respuesta que se dio al avance del Covid-19 a medida que las órdenes de confinamiento , emitidas en marzo y abril, fueron parcialmente levantadas en algunas zonas del país en mayo y junio, y los pagos gubernamentales por la pandemia fueron distribuidos a los hogares y negocios», explicó ayer en un comunicado el Departamento de Comercio americano. «Esto llevó a rápidos cambios en la actividad a medida que los negocios y las escuelas continuaron su trabajo remoto y los consumidores cancelaron, modificaron o restringieron sus gastos», apostilló la institución.

El consumo cuenta con un papel destacado dentro de la economía americana y representa cerca del 70% del PIB. Durante el segundo trimestre del año cayó un 34,6%, un dato inédito que condicionó la evolución de la economía. Dentro de las cifras de consumo, el gasto en bienes descendió un 11,3%, mientras que el gasto en servicios se desplomó un 43,5%.

La inversión de las empresas se derrumbó un 27%, frente a la caída del 6,7% del primer trimestre. Esto supone la peor lectura del dato desde el tercer trimestre de 1952 . En concreto, la inversión en estructuras cayó un 34,9%, mientras que la inversión en equipos descendió un 37,7% y la realizada en propiedad intelectual se redujo un 7,2%.

También el mercado laboral estadounidense atraviesa una situación convulsa. En la última semana, las solicitudes de subsidios de desempleo en EE.UU. aumentaron hasta alcanzar los 1,43 millones, frente a los 1,41 millones de la anterior. La tasa de desempleo cerró junio en el 11,1%, muy por encima del 3,5% con la que comenzó el año. Y en la semana que concluyó el 18 de julio había 17,01 millones de trabajadores que recibían el subsidio convencional, comparado con 1,619 millones en la semana anterior.

Además, otros 17 millones de trabajadores independientes y subcontratistas, perciben un cheque semanal de 600 dólares por un programa federal creado en marzo para enfrentar la pandemia. Unas ayudas que están próximas a terminar si el Congreso y la Administración Trump no alcanzan un acuerdo para prorrogarlas antes del viernes.

Ayer, las gestoras de fondos acogieron con cautela el dato del PIB estadounidense . Si bien se esperaba una caída incluso mayor, preocupa los registros que está arrojando el consumo privado. Desde AXA Investment Managers advierten de que «existe el riesgo de que la pérdida de puestos de trabajo pese ahora más sobre los ingresos de los hogares, lo que aumenta la perspectiva de una desaceleración más persistente».

«La contracción anualizada del 32.9% en el segundo trimestre es el punto de partida de lo que será una recuperación larga y potencialmente rezagada para la economía de EE. UU ., especialmente en comparación con las economías similares que enfrentan epidemias de coronavirus más contenidas», defendió por su parte la compañía especializada en cambio de divisas Monex Europe. Desde el Departamento de Comercio americano defienden que el tercer trimestre será más positivo para la economía. Siempre y cuando se controlen los rebrotes.