El Estado dispara su déficit un 58% por la subida a pensionistas y funcionarios

De esta forma, el aluvión de guiños del Ejecutivo ha impactado en las cuentas sin contraprestación en los ingresos , con un gasto que aumentó un 6% hasta los 52.803 millones de euros. De esta forma, la remuneración de asalariados ha aumentado un 6% por el incremento del 2,25% aprobado a los empleados públicos, unidos a la equiparación salarial de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado con los cuerpos autonómicos.

A ello se le unió el primer pago del préstamos del Estado a la Seguridad Social de 1.875 millones para respaldar la subida de las pensiones con el IPC. Esta transferencia permite que el superávit de la Seguridad Social alcanzara los 3.686 millones, un alza del 18% frente a 2018.

También impactaron varios acontecimientos extraordinarios que redujeron los ingresos de la Administración. Entre los gastos inesperados también figuran los 139 millones destinados a partidos políticos y elecciones por las citas con las urnas de Estado y comunidades. Asimismo, el Impuesto de Sociedades redujo su recaudación un 81,9% hasta los 274 millones por el juicio ganado por Telefónica a Hacienda sobre actas pendientes de 2008 a 2011 por valor de 702 millones de euros. Otro imprevisto es la devolución del IRPF de las prestaciones por maternidad y paternidad que dictaminó el Tribunal Supremo, que de enero a marzo recortó la recaudación en 676 millones de euros por las devoluciones.

Por ello, el IRPF redujo sus ingresos un 1% -sumada a la segunda entrada en vigor de la exención a los sueldos de entre 12.000 y 14.000 euros de IRPF , por valor de 228 millones-. Pese a todo, eliminando el efecto de los cambios normativos, tanto el IVA -afectado por el Sistema Inmediato de Información que ahora le resta ingresos en comparación con el año pasado-, como las retenciones de trabajo en el IRPF crecieron un 5,3%, según la Agencia Tributaria.

Porque pese a los cambios normativos, la recaudación parece evolucionar con corrección: las comunidades autónomas , pese a estar en año electoral, redujeron su déficit un 72,4% hasta los 175 millones de euros, un 0,01% del PIB hasta febrero de 2019. La mejora se debe precisamente al incremento de la recaudación por impuestos en un 8,1%, sobre todo IRPF -la rebaja del Estado no afecta al tramo autonómico- y Patrimonio.

Pese a que Extremadura, Murcia, Canarias y Baleares ya superaron en febrero el objetivo del 0,1% para todo el año, la meta es una entelequia, ya que el Gobierno va a proceder a suavizar el objetivo global.

Sin ir más lejos, ayer envió a Bruselas el Programa de Estabilidad con un objetivo de déficit del 2% del PIB , frente a la previsión del programa presupuestario del 1,8% -que el Congreso tumbó- y la vigente del 1,3%.

El escenario que establece el Ejecutivo es el de prórroga presupuestaria con un ajuste de la inversión que Hacienda planeaba que ascendería a 3.000 millones de euros , conteniendo gastos proyectados este año. De lo contrario, el propio Ministerio alertó de que el desequilibrio se podría ir al 2,4% del PIB. Con la aprobación de Presupuestos, la subida de impuestos proyectada no entraría con toda su fuerza por la avanzada entrada en vigor , pero el gasto podría dispararse por igual con las medidas contempladas, por lo que es posible que el déficit acabe por encima del 2%.

Junto a ello incluyó una reducción del paro, que en sus previsiones bajará del 14% este año. Justo la frontera que trazó el FMI en sus últimas estimaciones, en las que señalaba que España sería incapaz de bajar de este nivel en los próximos cinco años si no aprobaba reformas.