El déficit público se dispara un 14% y las CC.AA. elevan sus números rojos en 5.275 millones

Ello triplica el objetivo de déficit del 0,1% para este año, de forma que once regiones incumplen la meta, con Castilla-La Mancha al frente (un desequilibrio del 1,38% del PIB) seguida de Extremadura (-1,12%), Murcia (-1,07%) y Valencia (-1%). Quedan con superávit Canarias (1,1%), País Vasco (0,69%), Navarra (0,18%) y Baleares (0,15%).

Dos razones se ocultan para este deterioro en las cuentas autonómicas. Por una parte, que el Estado cuenta con 6.500 millones de euros más en recursos por las entregas a cuenta de este año de las regiones que en septiembre aún no había repartido –siendo la cantidad que recibirán las regiones de 4.700 millones–. Pero por el otro lado, también influye que el gasto público en las comunidades ha crecido este año un 5,6% –7.252 millones de aumento–, el mayor incremento en estos nueve meses desde antes de la crisis. Todo ello cuando se han celebrado elecciones en trece comunidades.

Si se toma el desembolso computable a efectos de la regla de gasto, este ha aumentado un 5,7%, el doble frente al límite del 2,7% que rige para todas las administraciones. Catorce de las diecisiete regiones incumplen: Aragón (6%), Asturias (5,8%), Canarias (5,9%), Cantabria (7,1%), Castilla-La Mancha (11,9%), Castilla y León, Cataluña (5,6% ambas), Extremadura (7,9%), Galicia (5,7%), Madrid (7,4%), Murcia (5%), Navarra (7,1%), Valencia (7,5%) y País Vasco (6,1%). Once de las catorce autonomías díscolas han celebrado comicios este año.

El Estado, por su parte, mejora sus cuentas al cerrar octubre con un déficit de 6.303 millones (0,5% del PIB), un 20,7% menos que hace un año. Parte de ello se explica porque para octubre aún no había procedido al reparto de las entregas a cuenta pendientes –el decreto se aprobó entonces, pero la distribución completa aún no se ha hecho–. Pero también a que el gasto, con los Presupuestos de 2018 prorrogados, apenas crece un 1,4% mientras los ingresos repuntan un 2,5%.

Curiosamente en octubre, el mes con mayor recaudación del año, los ingresos tributarios se contrajeron un 4,7%, debido a la fuerte caída que sufren los ingresos por Sociedades, que en el segundo pago fraccionado se hundieron en 1.900 millones de euros. La Agencia Tributaria achaca este comportamiento a cinco grandes empresas. «Para entender esta fuerte caída hay que recordar que el año pasado los pagos tuvieron una evolución peculiar, influida decisivamente por el comportamiento de cinco grandes grupos que tributan todos ellos de acuerdo al pago mínimo. Estos grupos declararon pocos beneficios en el primer pago y una cantidad anormalmente alta en el segundo», detala el Fisco. La recaudación en el impuesto se desploma un 11,6% o un 6,5% si se toman términos homogéneos que descuentan el comportamiento de estos cinco grupos.

En los diez primeros meses, los ingresos aumentaron un 0,8%, con el IRPF como mascarón de proa al recaudar un 4,6% más ante el aumento de los salarios y el empleo, el IVA creciendo a un ritmo del 1,9%, un ritmo menor debido a la desaceleración del consumo de las familias.

Sin embargo, el gran origen del déficit sigue siendo la Seguridad Social,. Su desvío hasta octubre se disparó un 18% hasta los 6.231,69 millones (un 0,5% del PIB) frente a los 5.282 del año pasado (0,44%). Ello se debió al empuje de los ingresos por cotizaciones del 8%, hasta los 103.203 millones de euros que, eso sí, no sirvió para compensar la escalada del gasto en pensiones hasta los 106.1987 millones, con un incremento del 5,3%.

Ello supone un aumento del boquete de 949 millones. La previsión para la Seguridad Social es de un 1,4% del PIB de déficit, ya que a final de año este se suele disparar al desembolsar la mensualidad extra de Navidad a los pensionistas.