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Cuando el concurso de acreedores es solo un punto y seguido

A pesar de que la legislación reforzó su papel de tabla de salvación para pymes y autónomos, el procedimiento concursal aún carga con el estigma de símbolo del fracaso y sigue desaprovechado

El concurso, una opción infrautilizada GERMAN ESVEEV

Belén Rodrigo

La crisis dejó a muchas personas en situaciones realmente comprometidas, en especial a autónomos y pequeños empresarios que acabaron con grandes deudas porque a su vez no recibieron el pago de sus trabajos y no pudieron hacer frente a sus facturas. Solicitar el concurso de acreedores ... es una salida para muchas de estas personas pero sobre todo supone «darles una segunda oportunidad para que vuelvan a ser productivos para la sociedad», explica a ABC el economista alemán Raphael Nagel. Recuerda que en España hay entre dos y tres millones de personas sobrendeudadas y solo se realizan 2.000 procedimientos de concurso de acreedores al año cuando «en Alemania superan los 100.000 ». Cree que existe «poca empatía por quien fracasa» y que la sociedad debe ayudar a la gente para que «vuelva a empezar». Es normal oír hablar de concurso de acreedores cuando se trata de las grandes empresas, «a ellas sí se las permite que fracasen y desaparecen», añade.

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