El Covid lleva a España al liderato de la UE en paro juvenil con una tasa que duplica la media

La tasa española es más del doble de la media europea (17,1%) y es casi siete veces superior a la de Alemania , que con un 6% es el afortunado «farolillo rojo» de los Veintisiete. La diferencia con nuestros vecinos es también más que notable: Italia (29,7%), Portugal (24%) y Francia (19,6%).

También hay que destacar que aunque la media en España es del 40,45%, la tasa de Canarias es del 61,72%, de Andalucía del 51,53% y de Extremadura del 47,32%. La más baja es la de Navarra (29,4%).

El motivo de este nuevo incremento del desempleo entre los más jóvenes de nuestro país es, lógicamente, la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus que ha sacudido con extremada dureza el mercado laboral. Y en esta situación el colectivo de menos de 25 años es el que más ha sufrido este correctivo ya que sus empleos son, mayoritariamente, los más precarios.

Además, ocupan miles de puestos de trabajo en los sectores más afectados por la crisis, como son el turismo, la hostelería, la restauración, el ocio, etc.... Por ejemplo, muchos camareros, monitores de actividades extraescolares y deportivas y empleados de parques de atracciones compatibilizaban sus salarios a tiempo parcial o temporal con los estudios. Asimismo, como sucede siempre en tiempos de crisis, ha aumentado la precariedad laboral, con contratos abusivos, como cuando firman uno de media jornada y en la práctica hacen jornadas completas o cuando se ven obligados a realizar horas extras sin remunerar, tal y como denuncian UGT y CC.OO.

La pandemia también está castigando a los jóvenes que estaban terminando sus estudios y tenían ya planificada la realización de prácticas en determinadas empresas u organismos. Para muchos de ellos la única vía ha sido, ante la anulación de las mismas y la ausencia de ofertas de trabajo, la de seguir estudiando másters, idiomas u otras enseñanzas para ocupar este año laboral perdido. Incluso, hay cientos de jóvenes que aprobaron distintas oposiciones antes de marzo y aún no han sido llamados por las respecivas administraciones.

Y el futuro a corto plazo no es muy halgüeño con un estado de alarma hasta mayo. De momento, está previsto que en la próxima campaña de Navidad se realicen 152.000 contratos menos que el año pasado, según Randstand.

Esta crisis ha vuelto a poner sobre la mesa las deficientes vías de entrada de los jóvenes al mercado laboral en nuestro país.

El presidente de la Fundación Princesa de Girona y de la Fundación Bertelsmann, Francisco Belil, pidió recientemente una especial atención a la orientación profesional y a la Formación Profesional dual como herramientas para ayudar a los jóvenes a entrar en el mercado laboral. Aboga por las titulaciones con orientación digital y tecnológica y la colaboración entre instituciones educativas y empresas para adecuar las necesidades de ambos. «Debe haber una transición del estudio al empleo. Se tiene que hacer con orientación de calidad, acercar la educación a la empresa y hacerla partícipes a los empresarios».

En el mismo encuentro organizado por la CEOE, el presidente de su comisión de Educación y Formación, José Antonio Sarría, solicitó un mayor protagonismo de las empresas en este ámbito para mejorar la empleabilidad. « Educación y formación están llamadas a ser un catalizador crítico en la salida de la crisis» , dijo. «Deben ser «una apuesta estratégica de nuestro país porque es el mejor medio para lograr más empleo, mejor empleo, crecimiento económico y cohesión social».

Instó a impulsar y prestigiar la Formación Profesional (FP) para elevar el número de profesionales cualificados que demandará el mercado en el futuro. «Estos estudios no deben ser considerados una cuneta donde van los que estudian poco o los que menos trabajan . La FP es un camino por el que se puede llegar tan lejos como se quiera, pero tenemos que mejorar nuestro sistema. Debemos definir las necesidades de formación del sector y ayudar a las pequeñas empresas a nutirse con el nuevo talento». Añadió que se debe acercar el mundo universitario a las empresas para equilibrar los conocimientos con las necesidades de las compañías. «Se debe profundizar en la adaptación de las titulaciones a las necesdidades del mundo empresarial y de la sociedad».