El oro continuará brillando entre los grises del incierto 2021

A lo largo de 2020, el precio de este codiciado metal ha subido más de un 20% hasta rondar los 1.890 dólares por onz a el 21 de diciembre. De hecho, a comienzos de agosto la onza llegó a registrar un máximo histórico de 2.067 dólares, un dato que evidencia el gran apetito de los inversores por proteger parte de su patrimonio durante un año extremadamente volátil.

«Su revalorización se ha dado sobre todo por la incertidumbre creada a raíz de la pandemia, pero también por la situación geopolítica entre Estados Unidos y China y las elecciones presidenciales de EE.UU.», dice Gabriel Ruíz, presidente del Grupo Sempi, empresa que oferta la inversión en oro físico.

Otro factor que explica el incremento del metal precioso por excelencia es la política monetaria expansiva implementada por los bancos centrales con la intención de mitigar la crisis global causada por la propagación del nuevo coronavirus.

«La respuesta de los bancos centrales ha sido emitir más dinero. En cambio, no se puede emitir más oro» , explica Antonio González, gestor de activos en Renta 4. La cantidad de este activo que existe en el mundo es finita, un metal del que la humanidad ha extraído unas 150.000 toneladas a lo largo de la historia, según Ruíz. Con datos de diciembre, los bancos centrales acumulan unas 35.000 toneladas, es decir, una quinta parte de toda la cantidad existente.

«Las perspectivas siguen siendo buenas y es un activo que aporta valor. En Renta 4 recomendamos tener entre un 5% y un 10% de la cartera en oro», indica Antonio González, quien considera que la mejor opción es invertir en oro que tenga respaldo físico. Existen varias formas de invertir en oro. Una opción es adquirirlo de manera física, como lingotes o monedas, pero también es posible hacerlo mediante opciones, futuros o accciones de compañías mineras que estén centradas en la extracción de este metal.

«La ventaja del oro físico es que existe. Eso no ocurre con otros mecanismos de inversión», explica Gabriel Ruíz. El presidente del Grupo Sempi aconseja guardar el oro en el domicilio, siempre en una caja fuerte, o bajo un sistema de custodia con una entidad privada.

Las perspectivas alrededor del precio son alcistas para el analista Roberto Moro. «A largo plazo, el oro se va muy por encima de sus máximos históricos», dice este especialista, quien cree que no debería caer por debajo de los 1.770 dólares en el mediano plazo.

O tro factor que podría impulsar los precios hacia arriba sería si el dólar sigue debilitándose frente al euro. «La moneda estadounidense también ha sido tradicionalmente vista como un activo refugio, por lo que el dinero que buscaba protección en el dólar ahora saldría hacia el oro», comenta Roberto Moro.

«Es altamente probable que siga subiendo en los dos o tres próximos años», dice el analista técnico José Francisco Llinares. De acuerdo con sus perspectivas, el mineral dorado está en una tendencia primaria alcista desde junio de 2019 y le otorga un 80% de probabilidad a que continúe subiendo durante los tres años próximos. «Hay una zona de soporte que es poco probable que pierda entre los 1.700 y los 1.800 dólares por onza», indica.

Francisco Llinares coincide en que el oro físico es la mejor opción para los inversores que buscan proteger su patrimonio . «Si no se compra oro físico no hay valor refugio porque los otros instrumentos —futuros u opciones— son para especular», comenta estea analista. «El tamaño de la deuda mundial es impagable y eso traerá graves problemas a la economía. Bajo esa premisa, el oro físico es una manera de proteger parte del patrimonio», concluye el experto.