«El conflicto con los controladores fue manipulado políticamente por el Gobierno de Zapatero»
César Cabo, portavoz del colectivo durante la huelga de 2010, celebra en una entrevista con ABC que la Justicia le haya absuelto y destaca que «la relación del gremio con Enaire no ha vuelto a ser la misma»

Antes de que el coronavirus le sacara brillo, el estado de alarma era una figura extremadamente atípica en España que solo se había aplicado una vez en democracia. Fue el 4 de diciembre de 2010, un día después de que cientos de controladores aéreos abandonaron ... sus puestos, iniciando una huelga que puso en jaque la conectividad del país y desató un caos en los cielos . Con este instrumento, el Gobierno liderado entonces por José Luis Rodríguez Zapatero se aseguró de que los controladores volvían a su puesto de trabajo; en caso de negarse, habrían incurrido en un delito de desobediencia.
La situación se estabilizó, pero la huelga se judicializó. Y la semana pasada, casi diez años después de los hechos, el Juzgado de lo Penal nº 18 de Madrid resolvió el caso imponiendo multas de entre 15.000 y 31.500 euros a 131 controladores de Barajas y Torrejón por abandono del servicio público. Entre los condenados, sin embargo, no se encontraba el portavoz de entonces de los controladores y cara visible del conflicto : César Cabo ha sido absuelto de los cargos.
«Me siento muy aliviado. Ha sido un proceso muy largo y no ha sido fácil », explica en declaraciones a ABC. Cabo se encontraba de vacaciones cuando ocurrieron los hechos, y por eso no entiende por qué no se ha caído del procedimiento, «como otros compañeros». «Estaba ahí por haber sido la cara visible, pero estaba claro que yo nunca hice ninguna declaración que incitase a mis compañeros a realizar paros», explica.
Tampoco entiende que se haya condenado a más de 130 controladores. Porque el antiguo portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA ) asegura que «Enaire cerró el espacio aéreo antes de que ellos dijeran que estaban indispuestos y abandonaran sus puestos». Cabo asegura que esta es la razón por la que ha habido otras 20 causas que han dado la razón a los controladores. Eso sí, también reconoce que ese día había «agitación y mucha tensión» en la plantilla de controladores, por lo que entiende que quizás la decisión de Enaire fuese «una medida preventiva».
La sentencia explica que esa tarde la totalidad de los controladores presentaron ante el responsable de la sala un documento en el que alegaba una « disminución significativa de sus capacidades psicofísicas». Una acción que según la jueza fue «colectiva y concentrada con el fin de paralizar la actividad aeronáutica al margen de cualquier negociación colectiva u otra vía legal».
Esa «acción» representó el culmen de un conflicto con Enaire, controlada por el Estado. Y tuvo consecuencias para miles de viajeros, que no pudieron volar en esas fechas (era el puente la Constitución) y perdieron viajes y reservas de hotel. « El conflicto fue manipulado políticamente por el Gobierno de Zapatero y toda la opinión pública se nos echó en contra. No se me olvidará nunca, porque marcó un antes y un después para el colectivo», destaca Cabo.
El controlador también deja caer que había una «agenda detrás del conflicto» y que la huelga fue la excusa perfecta para que un gobierno socialista liberalizase 13 torres de control . «Se lo puso fácil». El plan de sacar más torres al mercado, impulsado por el entonces ministro de Fomento, José Blanco, lo paró su sucesora, la popular Ana Pastor.
A nivel personal, Cabo se convirtió en una figura mediática que colaboraba con distintos programas de televisión. «Pasé de ser una persona anónima a ser reconocido por todo el mundo, como le puede pasar ahora a Fernando Simón. Pero con el paso del tiempo volví a tener un perfil bajo y a mi puesto de controlador», dice.
Y a nivel profesional, el enfrentamiento entre controladores y Enaire abrió una herida que todavía hoy no ha sido cerrada. «La relación sigue sin normalizarse, y todavía hay que ver qué medidas toma la empresa pública con los controladores porque sigue habiendo expedientes abiertos», concluye Cabo. Diez años después, los controladores todavía sufren la resaca de haber sido protagonistas del primer estado de alarma de la democracia en España.
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