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El compromiso por lo ecológico y lo bio ya llena el carro del consumidor español

En 5 años, el 62% de los españoles se ha iniciado en la compra de este tipo de alimentos

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D.G. S./J. C. V.

La demanda creciente de sostenibilidad en todos los campos es cada vez más notable en el gran consumo. Las nuevas tendencias que marcan los consumidores son firmes en la búsqueda y valoración de los productos más saludables, en consonancia con la preocupación extendida de procurar un estilo de vida más saludable en la que la alimentación es crucial. Al consumidor español también le preocupa la conveniencia y la inmediatez del servicio en un entorno de competitividad y omnicanalidad.

La asociación empresarial de gran consumo AECOC certifica el crecimiento del interés del consumidor en comprar productos ecológicos, biológicos y artesanales porque los consideran beneficiosos para su salud; mostrando así su compromiso con la lucha contra el cambio climático.

Según detalla el informe «Las claves que mejor definen al consumidor», elaborado por AECOC Shopper View, plataforma de estudios del comprador de esta asociación que agrupa a más de 28.000 empresas de gran consumo, el 45% de los usuarios constata que este año comprará productos que percibe como saludables, mientras el 31% afirma que adquirirá alimentos sin o bajos en azúcar; el 29% se decanta por los ecológicos y los bio y el 28% asegura que consumirá productos artesanales.

El 68% prefieren eco-bio

Estos datos avanzan que la tendencia natural de adquirir alimentos que sean sostenibles con el planeta ganará peso en los próximos años, como igualmente va cogiendo fuerza la agricultura biodinámica, una estrategia ecológica que entiende la agronomía a partir del conocimiento de todo un sistema equilibrado entre la fauna, la flora, el sol y otras energías, como las lunares o relacionadas con los ciclos del agua.

El sector eco-bio no sólo innova, sino que emerge por ser concebido por el 68% de los consumidores como productor de alimentos que ayudan a vivir más y mejor. Por ello, aunque el mayor volumen de compradores eco-bio se haya adherido recientemente a la tendencia, ya que el 62% se ha iniciado en los últimos cinco años, un 44% compra productos ecológicos al menos una vez al mes.

Desperdicio alimentario: El estudio lo atribuye mayoritaiamente a losvenes, ya que el 70% declara tirar más alimentos por decuidos o pereza

Para el consumidor, es capital llevar una vida saludable siguiendo una alimentación equilibrada que abarque todos los nutrientes y la pirámide de alimentos. Entiende que debe evitar excesos como las grasas. Dada la preocupación de mantener una vida saludable, otros productos que se consumen frecuentemente son los «sin», aquellos que no contienen lactosa, gluten o que son «light».

El estudio de AECOC muestra un consumidor preocupado por la salud en un entorno cada día más sostenible donde, en un principio, debería mantenerse el producto sin agotar los recursos que podrían causar un grave daño al medio ambiente.

Sin embargo, a pesar de esa buena disposición, los hogares españoles generan un 42% del total de desperdicio que se produce en la cadena de valor, lo que supone llegar a tirar globlamente hasta 2,9 millones de toneladas de alimentos al año. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la pérdida de este excedente representa un uso extremadamente ineficiente de los recursos, así como una contribución al calentamiento global y un impacto social evitable.

El responsable del informe de AECOC, Xavier Cros, subraya que, a pesar de que España ocupa la séptima posición entre los países europeos que más alimentos desperdician, el usuario percibe que se desaprovechan y se malgastan muchos productos.

Mayores más exigentes: Compran productos pequeños, que pesen poco, no se resbalen ni se echen a perder fácilmente y que su coste sea asequible

De hecho, el despilfarro alimentario se atribuye mayoritariamente a los jóvenes, un 70% de los cuales declara tirar alimentos por descuidos o pereza; el 25% lo hace porque atribuye poco valor de la comida; y un 15% por sus malos cálculos o falta de previsión. Curiosamente, los alimentos más saludables como las frutas y los vegetales son los que más se tiran. El 78% de los consumidores declara que tira este tipo de alimentos. Le siguen los productos de panadería, la comida precocinada, carnes y lácteos, productos que también son desechados en ocasiones, según declara el 40% de los consumidores.

Contra el desperdicio

Con el objetivo de poner fin al desperdicio, AECOC promueve una campaña dirigida a los distribuidores y fabricantes con acciones que previenen que la comida se estropee. Cuando la asociación empresarial pregunta a los consumidores qué hacen para prevenir el desperdicio y qué creen que podrían hacer las empresas, apuntan la conveniencia de envasar al vacío los productos al corte e implementar cierres herméticos, además de promocionar la venta a granel, ofrecer descuentos de última hora en productos frescos y un largo etcétera.

El objetivo de la campaña es prevenir el desperdicio con buenas prácticas y poner el foco en la redistribución del excedente de comida a través de los bancos de alimentos.

Seniors versus «millennials»

El informe de AECOC muestra consumidores de distinta edad con interés en la conveniencia y la salud. Según Xavier Cros, los jóvenes de entre 18 y 35 años «son más racionales y han aprendido a no vivir por encima de sus posibilidades». Este colectivo, conocido como «millennials», se informa en internet sobre el producto antes de adquirirlo para buscar su beneficio real evitando ser malgastador. Este grupo social también se centra en comprar sano, con ingredientes naturales dentro del marco de la sostenibilidad, alimentos que no contengan conservantes ni aditivos. También están comprometidos con reducir el desperdicio de alimentos. Asumen que no son expertos en la cocina y, por ello, valoran los alimentos cocinados con rapidez y las elaboraciones prácticas.

En cambio, el consumidor senior es más exigente y solicita que los productos que compra preferiblemente sean pequeños, pesen poco, no se resbalen en las manos, no se echen a perder fácilmente y que el coste sea asequible. Además, piden que no se hagan cambios en la localización de productos en el lineal del supermercado. Eso sí, el gran consumo suele atraer al comprador senior mediante mensajes que mitigan su longevidad como, por ejemplo, los productos laxantes, sin azúcar, con aporte de calcio y los que reducen el cansancio.

Cambiar por necesidad

Por lo general, todos los colectivos adquieren productos saludables para vivir mejor. Y las familias acostumbran a priorizar lo saludable porque sus miembros se sienten más seguros, ya que una alimentación más natural les aporta una doble dosis de confianza.

No obstante, muchas personas tienden hacia productos saludables porque están obligados a causa de padecer alguna intolerancia, mayoritariamente a la lactosa y al gluten. En este caso, el informe de AECOC percibe cómo las motivaciones del comprador cambian cuando la alimentación está condicionada por motivos de salud.

Innovaltio Hub para empresas

La «hiper conectividad» del gran consumo casa con el consumidor arroba, que interactúa con empresas y otros usuarios a través de múltiples canales. Muestra de ello es que el 94% de los compradores realiza búsquedas online antes de adquirir un producto. Para ofrecer respuesta a la transformación digital y a la multicanalidad, AECOC ha presentado el Innovation Hub, un servicio que facilita a las compañías información detallada sobre tendencias, tecnologías e impactos que marcan el futuro del gran consumo . Un servicio clave para preservar su competitividad y crecimiento. La asociación de gran consumo avanza que las empresas, para estar a la última, deben simpatizar con algunas de las tendencias de mayor impacto. El Advanced Analytics, por ejemplo, permite a la entidad identificar patrones de comportamiento de consumo e información útil para elaborar estrategias empresariales. Otras tendencias son el Internet of Things, el Customer Engagement y el Next Genneration Commerce.

Sólo un 5% compra online una vez al mes

Electrónica, libros, películas, música, electrodomésticos, ropa y zapatos son algunos de los artículos que más se compran online en España. Sin embargo, a pesar de que el sector de la alimentación hace años que dio el salto a la red, este canal no acaba de cuajar. Según AECOC, sólo el 5% de los consumidores asegura usar el canal online por lo menos una vez al mes para hacer su compra de gran consumo, que incluye productos de alimentación, bebidas, droguería y perfumería.

Los jóvenes de la generación «millennial», que son los principales internautas del siglo XXI, tampoco recurren a la compra online para el gran consumo. Una compra poco usual porque, aunque viven altamente conectados, prefieren obtener el producto de manera inmediata, ya que les horroriza esperar la entrega. Una tendencia que ocurre, sobre todo, en el sector de la alimentación, al preferir consumir el producto al momento, una solución que les ofrecen las tiendas de barrio y gasolineras por su amplitud horaria. Sin embargo, los jóvenes de entre 18 a 35 años son los que más consultan internet para obtener información sobre el descuento del producto antes de adquirirlo y, además, son los que más comparten su experiencia en redes sociales. Uno de cada diez usuarios muestra su satisfacción o indignación con el producto en Facebook y Twitter.

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