Cinco claves del sector inmobiliario en la recuperación económica y social

1. Generador de empleo . El varapalo que ha supuesto el coronavirus dentro del sector servicios ha sido colosal. El turismo y la hostelería han alimentado las cifras del paro en estos meses de un modo desconocido para los registros históricos. Se baraja la idea de que sea la construcción la que sirva de colchón para estos desempleados, llegando incluso a generar hasta 2 millones de puestos de trabajo. Además, la necesidad de levantar obra nueva sigue siendo acuciante.

2. Demanda embalsada . Una de las hipótesis que se manejan es que existe un nutrido grupo de ciudadanos cuya economía no se ha visto afectada por la crisis del Covid-19, formando un grupo de demandantes de vivienda solventes con ganas de dar el paso y convertirse en propietarios. Por otro lado, el apetito inversor en épocas bajas resurge con fuerza, y es muy posible que las malas cifras de compraventas y concesión de hipotecas se vean compensadas por el interés creciente de ambos perfiles.

3. Colaboración público-privada . El acuerdo entre la administración y la iniciativa privada es más urgente que nunca si queremos que el acceso a la vivienda no se quede estancado. Uno de los inconvenientes con los que podrían toparte este tipo de iniciativas es el elevado gasto público exigido para llevarlas a cabo. En estos momentos, la principal preocupación es ayudar a la población más vulnerable, y los recursos públicos estarían muy comprometidos.

4. Alquiler como solución . Buena parte de la demanda de vivienda ha tenido que posponer sus planes de compra y buscar refugio en el alquiler hasta que su situación financiera se normalice. En este sentido, el sector tiene en el arrendamiento una oportunidad muy interesante, dado que esta preferencia se reafirmará en los próximos meses y se necesitará oferta para responder a los nuevos inquilinos. Hay que seguir la pista al trasvase del alquiler turístico al residencial.

5. Built to rent . En línea con el punto anterior, una de las tendencias que más se extenderá es la obra nueva en alquiler. Algunos expertos calculan que esta actividad podría generar hasta 600.000 empleos. La promoción de viviendas destinadas al arrendamiento cubre una falta estructural en el país, y aunque ya hay iniciativas que han abrazado esta corriente, todavía hay promotores que siguen anclados en una mentalidad más clásica en la que la vivienda nueva debe comprarse y no alquilarse.