La CEOE se planta con la congelación del SMI y acaricia el apoyo de Sánchez

Fuentes empresariales consultadas por ABC aseguran que los argumentos de la patronal en la mesa de negociación se centrarán en desgranar cómo no se cumple ni una sola de las condiciones que se recomiendan en el Estatuto de los Trabajadores . Su artículo 25 establece cuatro condiciones para que el Gobierno , previa consulta con empresarios y sindicatos, acometa o no un alza de este indicador.

La primera de estas referencias es el IPC, ahora en terreno negativo (-0,7% en lo que va de año). Eso quiere decir que este año la mayoría de los asalariados habrá ganado poder adquisitivo, incluidos los perceptores del salario mínimo, ahora en 950 euros. Otro de los argumentos es la productividad, que no estaría en su mejor momento; y otra tercera, la participación del trabajo en la economía. Hoy el mercado laboral se recupera, pero aún tiene que reconstruir m ás de 350.000 empleos destruidos , y sectores de salarios bajos, como la hostelería y el comercio, están todavía muy tocados por la pandemia.

El cuarto argumento es la coyuntura económica . Y en estos momentos Europa apunta a España como uno de los países a los que deben prestar mayor atención; sus previsiones son de un desplome económico del 12,4% en 2020 . Conclusión: no se da ni un solo requisito que invite a subir el SMI. La posición de la organización de empresarios no variará, por tanto, y, además, se cargará de razones y argumentos para defenderla en esta negociación.

Donde sí ha habido ajustes de posición desde la última reunión ha sido en el Ejecutivo. La fragmentación del Gobierno de coalición se ha hecho especialmente visible en esta negociación, aunque en las últimas horas la postura del presidente, Pedro Sánchez , parece deslizarse hacia la opción que han venido defendiendo los miembros más tecnócratas de su Ejecutivo, como Nadia Calviño o José Luis Escrivá , alineados con los empresarios y partidarios de la congelación.

El pasado miércoles, durante su comparecencia en el Congreso , el jefe del Ejecutivo se manifestó públicamente a favor de la vicepresidenta Calviño -«Voy a romper una lanza en defensa de la vicepresidenta», dijo- y recordó que el compromiso para elevar el salario mínimo contempla un plazo «de legislatura». Sánchez, además, reivindicó como objetivo «fundamental» garantizar «la paz social» y el «diálogo social con los agentes sociales» en estos momentos «tan críticos y trágicos» de la pandemia. Un mensaje clave, que llegó apenas dos días después del órdago lanzado por Trabajo de defender la subida del indicador incluso sin el acuerdo de los empresarios.

Pero el pulso no está ni mucho menos cerrado. El pasado viernes, las diferencias entre el ala socialista y el de Unidas Podemos seguía siendo palpable. La secretaria de Estado para la Agenda 2030, y dirigente de Podemos, Ione Belarra , insistió en que la subida mínima que debe experimentar el SMI con la llegada del nuevo año debe ir en línea con la que van a registrar pensionistas y funcionarios, un 0,9%. De esta manera, esta actualización llevaría la retribución mínima desde los 950 euros mensuales actuales a los 959 euros.

Prácticamente, de manera simultánea, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo , insistía en el discurso dado por el presidente del Ejecutivo días antes, e incluso iba un paso más allá, mostrándose abiertamente contraria al incremento al ser preguntada sobre si era partidaria «ahora» de una subida en una entrevista en televisión. «No», dijo tajante Calvo. «Es más, hemos estado en un periodo de dos años en los que ha subido un 29%. Y reclamó buscar un país que haya subido el SMI un 29% en menos de dos años. «Estamos ahí, no en mañana ni en pasado; lo diga quien lo diga, estamos ahí», remarcó.

Enfrente está el ala morada, con Yolanda Díaz y el vicepresidente Pablo Iglesias a la cabeza, que apuestan decididamente por una subida. Y los sindicatos UGT y CC.OO. están en esta batalla alineados con el ala comunista del Gobierno. Reclaman, de forma tajante, esta mejora y no es descartable que puedan levantarse de la mesa de negociación si, finalmente, como todo indica, el presidente Sánchez se impone a Podemos y congela el salario mínimo, como recomienda su equipo económico.

Las expectativas iniciales de la ministra Díaz comprendían subir hasta el entorno de los mil euros la retribución mínima, desde los 950 euros actuales, pero ahora han rebajado expectativas y pelean por alinear el alza con el de funcionarios y pensionistas , esto es, en el 0,9%.