Montero se jacta de bajar el déficit tras acaparar los ingresos fiscales extra por la inflación

La recaudación extra por impuestos en la recta final del año al compás de la escalada del IPC y el reintegro a las arcas del Estado de 2.000 millones de euros de las ayudas directas a las empresas restaron un punto al déficit.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, charla con la vicepresidenta Nadia Calviño EFE

Bruno Pérez

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero , ha presentado este jueves la mayor reducción del déficit público acaecida en la historia presupuestaria española desde que existen registros. Los números rojos de las Administraciones Públicas españolas se redujeron el año pasado desde el ... 10,27% del PIB en que cerró 2020 hasta el 6,87% , un recorte de más de 31.000 millones de euros o del 28% si se prefiere la referencia porcentual. El Gobierno, que había remitido a Bruselas en la actualización de sus planes presupuestarios un objetivo de rebaja del déficit que aspiraba a dejarlo en el 8,4%, muy por encima del 7,3% en que se movía el consenso de los analistas.

El favorable comportamiento de la recaudación por impuestos ha sido clave en este resultado. La ministra de Hacienda ha reportado este jueves que los ingresos por impuestos se incrementaron un 21,2% durante el año pasado, pese al paquete de rebajas fiscales habilitado por el Gobierno para bajar el precio del recibo de la luz, con la rebaja del IVA del 21% al 10% , la rebaja al mínimo del tipo del Impuesto Especial de la Electricidad y la suspensión temporal de la aplicación del Impuesto sobre el Valor de Producción de la Energía Eléctrica, un 'pack' en el que se han ido cerca de 2.000 millones de ingresos públicos.

Los ingresos por IRPF se incrementaron un 7,5%, hasta alcanzar la cifra récord de 94.546 millones de euros; los del Impuesto sobre Sociedades, lo hicieron un 68%, hasta los 26.627 millones, pese a que las subidas fiscales aprobadas por el Gobierno no se notarán hasta este año 2022; y algo similar sucedió con el IVA (+14,5%) y con los impuestos especiales (+5%). Montero atribuyó esta avalancha de ingresos fiscales al éxito de las medidas de política económica aplicadas por el Ejecutivo, que según su relato habrían permitido preservar el empleo, alentar el consumo y acelerar la recuperación económica.

Sin embargo, las propias cifras proporcionadas por el Gobierno no soportan ese relato. Pese a que preveía un crecimiento económico bastante más dinámico del que finalmente ha resultado, un 6,5% frente al 5,1% que reportó el INE la semana pasada, el Ejecutivo presentó en septiembre dentro de su proyecto de Presupuestos para 2022 un avance de cierre de la cuenta de ingresos que se situaba 8.500 millones de euros por debajo de lo que finalmente se ha obtenido.

¿Qué cambió en el último trimestre del año para que esa previsión se quedara tan corta? No fue el comportamiento de la economía, que creció en el último trimestre menos de lo que esperaba el Gobierno. Todos los indicios apuntan a la inflación. En apenas tres meses, el índice que mide la evolución de los precios pasó del 4% al 6,5% y éstos tienen incidencia directa, sobre todo, sobre los ingresos por IVA, impuestos especiales y también en parte en el Impuesto sobre Sociedades. Fuentes empresariales admitían esta misma semana que el incremento de los ingresos por Impuesto sobre Sociedades se explican por la mejora de las ganancias empresariales entre el segundo y el tercer trimestre del año, cuando la recuperación fue más vigorosa y con un impulso añadido por el lado de la actualización de las tarifas que se habían reducido durante la pandemia, lo que se reflejó en el pago fraccionado de octubre.

La fuerte rebaja del déficit durante el año pasado aproxima el cumplimiento de la senda de consolidación fiscal diseñada por el Gobierno, cuyo próximo hito indica que en 2022 se debería llegar al 5%. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha subrayado también este jueves que el margen fiscal conseguido el año pasado ha permitido adoptar el paquete de medidas aprobado esta misma semana para amortiguar el impacto de la crisis y cuyo coste presupuestario se ha estimado en unos 6.000 millones de euros.

Sin levantar el pie del gasto

La ministra de Hacienda presumió ayer de que la rebaja del déficit se ha conseguido sin realizar recortes en el gasto, apoyándose en la evidencia de que el gasto público se incrementó un 9,2% en 2021 respecto al año de la pandemia, en que el recurso al gasto público fue particularmente intenso.

La comparativa tiene truco, ya que los datos de gasto de 2021 incorporan una cantidad que Montero no concretó de fondos euros del Mecanismo de Recuperación que en 2020 no existían y que han ensanchado la cuenta de gasto de los presupuestos, pero no impugna el hecho de que el ajuste se ha producido porque los ingresos han crecido más que los gastos.

La reducción del gasto asociado al Covid ha descargado sobre todo a la Seguridad Social, que en 2020 gastó 27.831 millones y en 2020 solo 10.496 millones. El déficit de la Seguridad Social se redujo del 2,62 al 1,02%, pero no por la caída del gasto Covid, sino por las transferencias del Estado. La inyección del Estado también llevó a las CC.AA. al equilibrio presupuestario.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios