La Cámara de España en China usa tres sellos, pero solo uno es oficial
Con un informe de un despacho de abogados, la delegación de Shanghái insiste en la validez del suyo por utilizarlo muchos años
Durante más de una década, la Cámara de Comercio de España en China ha usado tres sellos en sus documentos cuando, por ley en este país, solo uno es el oficial. Todo apunta a que ese es el custodiado en la sede de la Cámara ... en Pekín. Con la palabra «CAMARA» en mayúscula en el centro y rodeado por el nombre en mandarín y castellano en sus bordes circulares, está vigente desde finales de 2007, cuando fue cambiado el anterior. Otorgado por el Buró de Seguridad Pública, registrado en el Ministerio de Asuntos Sociales y en el banco, dicho sello es empleado por la junta nacional y la delegación de Pekín y, por ejemplo, certificó en 2017 el cambio de representante legal ante la oficina de impuestos.
Pero la oficina de Shanghái siguió utilizando un sello similar al antiguo, que llevaba en el centro las letras CCECh y alrededor el nombre en castellano y mandarín de Cámara de Comercio Española en China. Y la delegación de Cantón (Guangzhou) tiene otro parecido con las letras CCECh al que ha unido, en inglés, las palabras SOUTH CHINA.
Según el artículo 13 de las Normas de la Administración de Seguridad Pública sobre Sellos, «las unidades que necesiten grabar sus sellos solo pueden solicitar el grabado de un sello con el nombre legal de la unidad». Por el artículo 1 de sus estatutos, «la Cámara es oficialmente una sola entidad, con sede en Pekín, que tiene una red de tres delegaciones oficiales: Pekín, Shanghái y sur de China».
Tras descubrir en noviembre sellos distintos al cambiado en 2007, la junta local pequinesa ha denunciado ante las 200 empresas de la Cámara que «se han utilizado sellos falsificados en las oficinas de Shanghái y el sur de China, anulando cualquier control sobre su uso desde la junta directiva nacional». Una acusación que, desvelada por ABC, ha desatado un escándalo en los círculos empresariales y diplomáticos de España en China, ya que la Cámara es una organización privada pero tiene como asesor técnico al consejero económico y comercial de la Embajada.
Esgrimiendo un informe de un despacho de abogados efectuado a petición propia, con sus documentos y con una declaración de su directora, Lei Ren, la delegación de Shanghái insiste en la validez de su sello por su utilización a lo largo de los años. «Dado el uso público y constante del sello en nombre de la división de Shanghái desde 2002 a 2020, el uso del sello con una tercera parte será reconocido como vinculante. Internamente, si el presidente y la junta directiva de la división de Shanghái fueron conscientes del uso del sello sin objeciones, o si han acordado explícitamente su utilización, no habría base legal para las alegaciones de que el sello fue usado ilegalmente», reza el informe de la firma legal Young-Ben de Shanghái.
Aunque está fechado el 22 de mayo, dicho estudio no ha sido difundido hasta la noticia publicada el viernes por ABC, ya que no fue presentado a la junta nacional de julio ni a la turbulenta asamblea general de agosto, abandonada por los 72 socios de Pekín. Aunque es asesor de la Cámara, ni siquiera el consejero económico y comercial de la Embajada en Pekín, Carlos Tórtola, conocía la existencia de tal informe el pasado jueves. Citando una sentencia del Tribunal Supremo chino, el estudio afirma que «si la Cámara de Comercio de España fue consciente del uso del sello de la división de Shanghái y no lo objetó, o si está probado que el sello ha sido usado en muchas ocasiones en los últimos años, deberá ser reconocido como un acto en nombre de la división de Shanghái, y esta estará atada a los contratos u otros documentos legales con él sellados, incluso si no ha sido registrado».

Pero el informe no entra a detallar si la división de Shanghái, que es una delegación de la entidad jurídica única que es la Cámara de Comercio de España en China, tiene derecho a poseer dicho sello ni qué organismo oficial se lo otorgó. Además, la nueva junta directiva nacional, que relevó a la anterior tras otra crisis el año pasado, no descubrió los sellos hasta noviembre.
Falta de información
Tampoco sabía nada de los sellos una vicepresidenta de la anterior junta de Shanghái, Lynn Ye Huan, quien dimitió el año pasado por «no haber recibido desde enero ninguna información de lo que estaba haciendo y pasando en la Cámara, entre otras cosas el traslado a la nueva sede de Hongqiao y sus obras».
Curiosamente, la oficina de Shanghái firmó el contrato de dicha oficina con su sello propio, pero necesitó el de Pekín para un documento bancario y contratos de personal. Contrariamente a lo habitual en China, el anterior presidente de la junta nacional y de la de Shanghái, Manuel Torres, de Garrigues, firmaba documentos con ambos sellos. Su sucesor desde el año pasado, el empresario chino Yongtao Gu, explicó el jueves a ABC que ya no usa el sello de Shanghái, sino el custodiado en Pekín, para «evitar problemas».
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