El sueño digital de Calcuta

Calcuta —hoy rebautizada Kolkata— llegó tarde al boom tecnológico indio. El Estado de Bengala representa un 2,6% de la industria informática del país asiático. Ese escaso margen crea 70.000 trabajos directos y 300.000 indirectos. Aunque empresas tecnológicas como Cognizant, Tata, Nokia o IBM tienen presencia allí, el 70% son «startups». Y el sector crece al 70%, el doble que en el resto del país.

«Las ventajas de Calcuta son los recursos humanos, como arquitectos e ingenieros», explica Bimal Patwari, presidente de Pinnacle Infotech Solutions, especializada en servicios arquitectónicos y que cuenta con 400 empleados. No en vano los bengalíes han sido la vanguardia intelectual de la tercera economía asiática. «Calcuta podría convertirse en un centro de diseño, animación, software e ingeniería», afirma Suparno Moitra de la Asociación Nacional de Software y Servicios de India.

Para hacer realidad ese «podría», el Gobierno estatal otorgó al sector el estatus de utilidad pública —como la policía o los hospitales— para inmunizarlo contra las interminables huelgas. Patwari recibió subsidios y exenciones fiscales del Gobierno estatal, así como facilidades con el terreno en Durgapur, cerca de Calcuta. También hay inconvenientes. «Necesitamos mejores infraestructuras, como conexiones aéreas internacionales», dice Patwari. El 90% de sus clientes son extranjeros.

El Gobierno de Mamata Banerjee, que desbancó a los comunistas tras 34 años en el poder, quiere potenciar un sector que genera en la India 67.000 millones de euros anuales. Su reciente mensaje a la industria fue claro: «Decidme lo que necesitáis y lo haré».