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La caída del petróleo desde junio de 2014 es la mayor de los últimos 40 años

El barril de crudo Brent que hoy cuesta unos 48 dólares valía 107 hace solo dos años

Imagen de varios pozos de petróleo ABC

JAVIER GONZÁLEZ NAVARRO

La economía mundial está viviendo la que es la mayor caída del precio del petróleo Brent en por lo menos los últimos 40 años. Los datos son elocuentes, según las estadísticas que manejan las compañías del sector: el crudo ha bajado un 73% durante los últimos 20 meses, situación que no se ha dado nunca desde 1975. Además, este récord no tiene fecha de caducidad a corto plazo. De hecho, el petróleo sigue actualmente (48 dólares) más barato que hace un año (56,50 dólares) y cuesta un 150% menos que hace dos años en estas fechas (107 dólares).

Esta histórica caída de la cotización del crudo Brent tuvo su origen en la cumbre que la OPEP celebró a principios de junio de 2014 y donde Arabia Saudí impuso su tesis de no recortar la producción para hundir el próspero negocio petrolero del «fracking» en Norteamérica. Esta decisión provocó un imparable descenso de los precios por el exceso de oferta que había en los mercados. Este desplome se hizo patente a partir del día 19 de ese mes, cuando el crudo alcanzó un máximo de 115 dólares el barril.

En caída libre

Desde esa fecha, el petróleo cayó sin freno y al acabar ese año costaba 57 dólares, justo la mitad que aquel 19 de junio. En 2015 siguió el descenso. Aunque en mayo alcanzó el máximo anual con 67 dólares, acabó el año en 37 dólares. En 2016 ha continuado la tendencia y el 20 de enero registró el mínimo de 28 dólares, su cotización más baja en los últimos seis años. Con estos precios, la industria del «fracking» se ha visto muy perjudicada, ya que la mayoría de sus pozos solo son rentables con un crudo por encima de los 50 dólares. Por eso, en Estados Unidos llegaron a cerrar más de 1.000 pozos de los 1.600 que funcionaban en 2014, lo que ha ocasionado un descenso de la producción.

Esto provocó que hubiera menos petróleo en los mercados, por lo que su precio empezó a subir moderadamente, a pesar de que Irán está incrementando su producción. Aunque el pasado 6 de junio volvió a superar los 50 dólares el barril, en las últimas semanas se mueve entre los 45 y 48 dólares. Lo cierto es que sigue habiendo en los mercados un exceso de oferta de crudo de unos 2 millones de barriles diarios. Por eso, pocos se atreven a dar un pronóstico sobre los precios del petróleo a medio o largo plazo. El presidente de BP España, Luis Aires , dijo hace unos días que el crudo terminará el año con unos precios similares a los actuales y el presidente de CLH, José Luis López de Silanes, pronosticó entre 50 y 60 dólares el barril.

Por su parte, Barclays ha elevado un 11% su previsión del precio del petróleo Brent en 2016, hasta 44 dólares, y pronostica que esta «commodity» experimentará una progresión al alza durante el ejercicio, hasta situarse en una media de 52 dólares en el cuarto trimestre. Para 2017, el precio del barril ha quedado fijado en 57 dólares, frente a la previsión anterior de 55 dólares, mientras que en 2018 ascenderá a 70.

Reequilibrio en 2017

El director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía (AIE), Fatih Birol, ha dicho que «al finalizar el año en curso o a más tardar en 2017, esperamos que el mercado petrolero y los precios se reequilibren. Cuando nos fijamos en todos los fundamentales —la demanda, la oferta y los inventarios— tengo todas las razones para creer que, en ausencia de una importante recesión económica, vamos a ver un equilibrio en los mercados para el 2017», Y matizó que «creo que 45 dólares es un poco de alivio para los productores de crudo en todo el mundo, pero aún es muy bajo para hacer rentable toda la producción de petróleo de esquisto de EE.UU.».

Mientras tanto, las economías de Oriente Medio y el norte de África se están viendo afectadas por la bajada de los precios del crudo, según el último informe difundido por Crédito y Caución, compañía líder del seguro de crédito interior y a la exportación en España.

El análisis sobre las ocho economías más representativas de la región refleja fuertes desajustes en las cuentas públicas. Los países productores mantienen su solvencia gracias a las grandes reservas de divisas extranjeras, pero si el actual precio del crudo se mantuviera a largo plazo sería necesario tomar medidas para reducir sus gastos. Los países no productores de la región afrontan otros problemas, en especial el del impacto sobre el turismo de la inseguridad en la región.

Impacto en los productores

En Arabia Saudí, el mayor productor de crudo del mundo, el petróleo representa el 80% de los ingresos del país. El elevado superávit de la cuenta corriente, que recoge el comercio real de bienes y servicios y rentas, han dado paso tras la caída del precio del crudo a un déficit del 5,4% en 2015 que alcanzará el 9,3% en 2016. Aunque el país está en una situación envidiable para financiar estos déficit, con una deuda pública inferior al 15% y reservas para hacer frente a 30 meses de importaciones, un cambio estructural de los precios del petróleo supondría un riesgo para la economía .

En Kuwait las ventas de petróleo y gas representan el 50% del PIB, el 90% de los ingresos de exportación y el 85% de los ingresos públicos. El déficit por cuenta corriente alcanzará el 7,6% en 2016, pero el fondo soberano del país dispone de activos por valor de 590.000 millones de dólares para gestionar la situación generada por la bajada del precio del petróleo.

En Argelia, donde el sector de petróleo y el gas representa más del 95% de los ingresos de exportación, la Administración ha comenzado a recortar el déficit presupuestario reduciendo el gasto en algunos subsidios y paralizando proyectos de infraestructuras. No obstante, Argelia será capaz de mantener un largo periodo de bajos precios del petróleo gracias al tamaño de sus reservas de divisa extranjera, que superan los 140.000 millones de dólares.

Diversificación

Emiratos Árabes Unidos (EAU) ha alcanzado una mayor diversificación y el 70% del PIB procede ya de sectores no petroleros . No obstante, la economía emiratí se ha visto afectada, tanto directa como indirectamente, por el descenso del precio del petróleo. Sus empresas de sectores de tecnología, bienes de consumo duraderos, alimentos, metales, acero o construcción enfrentan problemas cada vez mayores.

En Egipto y en Túnez los problemas de seguridad interna han tenido un impacto muy negativo en el turismo. En Jordania , el crecimiento económico se está viendo afectado negativamente por los conflictos de la región. Los flujos comerciales con Irak , importante destino de exportación, han disminuido y el turismo y la inversión se han visto afectados por los problemas de seguridad. A medio plazo, el panorama económico en Egipto se puede considerar positivo tras al descubrimiento de grandes yacimientos de gas.

Y Marruecos afronta otros problemas, como los efectos de la sequía, que está afectando al sector de la agricultura, que emplea al 40% de la población. Marruecos está incrementado sus esfuerzos por diversificar su economía mediante el desarrollo de la industria en el sector del automóvil, la aeronáutica y la electrónica a través de la inversión extranjera. El principal riesgos potencial para la economía marroquí es el deterioro de la zona euro, importante destino de exportaciones.

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